LA OTRA MARGINACIÓN.

Alma Ciudadana

Alma Delia Hernández Sánchez

“Un niño, un profesor, un libro y una pluma pueden cambiar al mundo”. Malala Yousafzai.

Resultaría complicado creer que, en pleno siglo XXI, con los avances tecnológicos y de comunicación ya existentes haya personas que se encuentran jurídicamente marginadas por falta de documentación que sustente los derechos que poseen como persona. Sin embargo, quienes vivimos en la urbanidad y podemos acceder a la información disponible en redes sociales, plataformas digitales o medios de comunicación convencionales, olvidamos que justo en este momento en el que usted está leyendo esto, en alguna parte alejada de Veracruz alguna persona está siendo marginada jurídicamente por no contar con el documento que acredite su identidad, por desconocer sus derechos o por no tener cómo acreditar la propiedad de sus bienes.

En el año 2015, el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), destacaba que la falta de documentos oficiales que acreditaban la identidad, las actas del estado civil, los títulos de propiedad y la falta de testamentos son problemáticas cotidianas a las que no se les presta la debida atención sino hasta que se convierten en un verdadero problema.

Tan sólo en el tema de las propiedades intestadas, muchas de las personas que habitan ciertos inmuebles no tienen la manera de acreditar su propiedad porque estas aún siguen estando a nombre de personas ya fallecidas que, inclusive después de muertas, siguen contribuyendo con el predial, el pago de agua o de luz. El problema aparece cuando las personas que habitan esos inmuebles se ven forzados a venderlos, hipotecarlos o darlos en garantía para salir de algún apuro económico; es justo en este momento en el que las personas en esta situación son marginadas jurídicamente por carecer de los documentos que sustenten el derecho que dicen tener y no poder resolver su problema de manera satisfactoria.

Pero los casos más graves se dan en las personas que no cuentan con un registro de nacimiento y que oficialmente no existen. Al respecto, ya la Suprema Corte determinó que toda persona tiene el derecho de recibir su primera acta de nacimiento de manera gratuita, esto con la finalidad de garantizar su derecho a una identidad.

Las consecuencias de no contar con el documento que acredite la identidad no sólo es la limitación del ejercicio de derechos como la educación, acceso a servicios públicos o votar y ser votado, también expone a las personas que se encuentran en esta situación a ser víctimas de algún delito como la trata de personas o la explotación, en cualquiera de sus modalidades.

Una persona que se encuentra marginada jurídicamente tendrá siempre una situación de desventaja ante el resto de la sociedad civil.

En el pasado se propusieron una serie de reformas en el tema de justicia cotidiana sobre todo en los tópicos de justicia civil y familiar, justicia laboral, marginación jurídica, mejora de la enseñanza y del ejercicio de los derechos, violencia en las escuelas, asistencia temprana y justicia alternativa, por citar algunos.

Sin embargo aún se tiene la percepción de que esto no ha sido suficiente para que la sociedad se sienta satisfecha, pues en el informe más reciente del Latinobarómetro señala que sólo el catorce por ciento de los mexicanos cree que el país está progresando, mientras que en América Latina la percepción de progreso tuvo un decremento de ocho por ciento.

Nuestro país está atravesando una serie de eventos que pretenden incidir de forma definitiva en el futuro a mediano y largo plazo. Sin embargo, es importante que exista un verdadero estado de derecho y un respeto por la legalidad para que podamos aspirar a ser una sociedad con un alto nivel de bienestar. Por eso es importante reducir en la medida de lo posible esa marginación jurídica, porque una ciudadanía mejor informada sobre sus derechos es fundamental para abatir la corrupción y la desigualdad que tanta daño le hacen a nuestro país.

En la medida que el Estado siga promoviendo campañas para regularizar el estado civil de las personas y así como la situación jurídica de las propiedades, podremos ir avanzando en la construcción del modelo de sociedad al que aspiramos y que necesitamos. Pero también en la medida que nosotros como ciudadanos conozcamos esos derechos y repliquemos la información con nuestros iguales la tarea del estado será mucho más sencilla.

Son tiempos de cambio y son tiempos de una mayor participación ciudadana, ahora nos toca a nosotros no sólo exigir, sino proponer y actuar en la solución de este tipo de problemas cotidianos que cualquiera de nosotros pudiera tener.

Mtra. Alma Delia Hernández Sánchez
Integrante del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción de Veracruz de Ignacio de la Llave.

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