*Haters, Misoginia, Violencia de género.
Ya sabemos que una de las dianas preferidas para los haters del mundo online son las mujeres, porque el odio de carácter machista o misógino aparece continuamente y con una intensidad muy alarmante en los medios digitales. Pero concretamente hoy entramos a una temática de gravedad mayúscula, que deja cada año decenas de mujeres asesinadas y quién sabe cuántas mujeres desprestigiadas, en la cárcel y hasta desaparecidas.
Vamos a hablar de violencia de género y vamos a tratar de exhibir la tan socorrida estrategia patriarcal de las denuncias falsas on line contra ellas, pues si tuvieran evidencias, lo menos que se esperaría es que tuvieran las agallas para denunciar ante la autoridad competente y no sólo de palabra.
Pero no lo hacen. Se trata de una patraña más del tipo de masculinidad tóxica que busca afianzar la posición dominante de los hombres y la subordinación de las mujeres, sobre todo contra las que tienen los que ellos no: una posición elevada en los núcleos de decisiones de poder.
También hay que tener en cuenta, que, en cualquier caso, el número de denuncias interpuestas por quienes desde el espacio virtual las acusan, se cuentan con las manos por la falta de evidencias, entre otras cosas.
Las mujeres están obligadas a denunciar esta oleada de acusaciones virtuales como violencia de género, pero lamentablemente son muy pocas quienes interponen ante la autoridad y no resultan una representación fiel del número de casos reales, pues los casos de agresiones onlines son cifras muy altas.
Se sabe por ejemplo que en el 91% de las mujeres asesinadas por violencia machista durante 2018 a la fecha no había denunciado previamente y todas iniciaron con acusaciones vía las redes sociales pues la idea es demeritar, estigmatizar y derrumbarlas de sus cargos, sin importar que empujen sus feminicidios.
La responsabilidad de los haters misóginos en los feminicidios de mujeres en política no frena a estos seres que se la pasan en modo negacionista de la violencia de género, que aducen que sus dichos son verdades solo por que son hombres y creen que su pensamiento es el orden del universo.
Cuando te encuentres a un recalcitrante hater misógino con el cuento negacionista de que no son denuncias falsas, pide que te muestre las evidencias.
Una de las pruebas más evidentes de estos haters de mujeres en la política son que sus comentarios son sistematicos, repetitivos, se convierten en una campaña permanente sin el más mínimo rigor analitico y con consecuencias extremadamente dañinas e irresponsables.
El agresor busca a desproteger a la víctima, al extender un halo de sospecha sobre la mujer centro de su odio, de manera continua, hasta dejarla en la indefensión.
Mucho/as lectores desisten de leerlos pues son de tal obviedad que cansan por lo que automáticamente se desactiva el efecto tóxico de mensajes misóginos de este cariz de denuncias falsas, pues consiste en denunciar a otra persona por hechos delictivos (o faltas) que no ha realizado.
Cuando un analista, politólogo, comentarista hace una denuncia lo hace fundamentada en hechos no dichos y es atendible su exposición, pero, cuando esta se vuelve tóxica solo demerita a quien escribe. Los insultos, los calificativos, la campaña inflexible y obviada solo se les revierte.
No todos somos especialistas en Derecho, ni conocemos los tecnicismos de los elementos que conforman los distintos tipos penales. Si una persona denuncia unos hechos en concreto, puede no saber si constituyen o no un delito, aunque crea que sí, pero otra cosa es denunciar algo que nunca ha tenido lugar y solo está en la imaginación de quien acusa en textos sin evidencias.
No son conscientes que sus escritos se convierten en una pieza de prueba concreta para exhibir ante un juez cuando se piensa en interponer la denuncia sobre la sistemática violencia de género en agravio de sus víctimas mujeres en la política.
Entonces, ¿Cuál es exactamente el afán de los haters por extender este tipo de bulos de carácter misógino? ¿No les parece que la violencia de género sea realmente algo grave e importante? ¿O es la verdadera igualdad entre hombres y mujeres lo que les molesta?
*La violencia digital se caracteriza por la vulneración de derechos a través de los servicios digitales o telemáticos, cuyas consecuencias pueden derivar en daños psicológicos o emocionales importantes, en el ámbito de su vida privada o en su imagen propia.