*Zona de Reflexión.
/ Escrito por Lucía Lagunes Huerta /
Aquello que parecía lejano, finalmente se concretó el pasado martes. La banda presidencial portada por una mujer, que era el sueño de las sufragistas del siglo XIX se hizo realidad.
La transformación constitucional que lograron las feministas del siglo XXI para garantizar la Paridad en Todo, tiene su gran éxito en la primera mujer presidenta de México.
Estemos o no de acuerdo con la propuesta política que representa la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, este es un momento histórico que marca un parteaguas en la vida de nuestro país y de la región del norte de América.
Como nunca en la historia, las mujeres y sus derechos han sido nombrados y vindicados desde la más alta esfera política de este país. El derecho a ser nombradas con A que desde hace tres décadas las feministas mexicanas exigieron y que fue banalizado por el ex presidente Vicente Fox hoy se reconoce como necesario, porque, “lo que no se nombra no existe”.
Y bajo ese mismo principio que hizo propio la Presidenta mexicana, de la importancia de nombrar y vindicar, es que hay que traer a la luz, que si este momento se está viviendo en nuestro país es gracias a doscientos años de feminismo mexicano.
Se reconozca o no, cada una de las mujeres que hoy están en los cargos de poder, incluida la Presidenta de México, son las beneficiarias de esta acción política llamada feminismo, y hay que nombrarlo en un acto de justicia histórica hacia las mujeres que abrieron brecha y que no lo hicieron desde lo individual sino desde la organización colectiva y pensando siempre en todas las mujeres.
Porque para poder recontar la historia en la cual las mujeres estemos como protagonistas, hay que incorporar al movimiento político más longevo que tenemos en la historia de la humanidad que es el feminismo.
Porque sin él no tendríamos esta presidenta, ni tendríamos los posicionamientos que ella ha incluido dentro de su proyecto de gobierno,
Nada de lo que hoy se incluye en la agenda de la presidenta Sheinbaum es ajeno al feminismo, la creación de la Secretaría de las Mujeres cuya propuesta presidencial llegará hoy a la Cámara de Senadoras/os según el anuncio este jueves en la mañana de la presidenta, tuvo su primera iniciativa en la LIX legislatura a cargo de la entonces diputada Angélica de la Peña.
La igualdad sustantiva, como concepto y faro político es producto del feminismo de finales del siglo XX; una vida Libre de Violencia para las mujeres y niñas, se lo debemos a la antropóloga feminista mexicana, Marcela Lagarde y de los Rios; la igualdad salarial es una exigencia que encabezó la feminista socialista Clara Zetkin desde 1910 y que da origen al 8 de marzo, la justicia de gabinetes paritarios se fortalece tras las reformas constitucionales de 2019, conocida como Paridad en Todo e impulsada por la Red de Mujeres en Plural.
Así podría seguir en cada uno de los cinco ejes que ha priorizado la Presidenta Sheinbaum en lo que ha llamada la República de y para las mujeres.
Y en un acto de justicia hay que nombrarlo para vindicarlo, porque el movimiento feminista está vivo y es de larga data.
Veremos desde qué visión se plasman estos cambios si desde la asistencia o desde el reconocimiento de las mujeres como sujetas de derechos, la primera respuesta la tendremos hoy con la iniciativa de la Secretaría de las Mujeres y la segunda se concretará al momento de definir el presupuesto, veremos si el Anexo 13 es rescatado para garantizar todos los derechos para todas las mujeres.
La historia actual se está escribiendo día a día con una mano femenina, y no sin tropiezos y piedras, eso, queda claro. El movimiento feminista como actor político seguirá presente y la relación con la presidenta dependerá más de ella que del movimiento, las puertas del movimiento siempre han estado abierta para dialogar más no así las de palacio nacional, veremos si la Presidenta que nos promete que llegamos todas las abre.