La primera prueba

DE FRENTE Y DE PERFIL

RAMÓN ZURITA SAHAGÚN

La prueba de hoy es, tal vez, la primera dura que enfrenta el gobierno de la 4T, de la que pueden remarcarse los buenos oficios de la diplomacia mexicana o el primer golpe rudo que afecte la economía y por ende la administración del Presidente López Obrador.

Ninguna de las decisiones presidenciales de la presente administración, impactaría tan fuerte como esta que proviene del exterior y que pretende mostrar la fragilidad de su gobierno.

Según el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, hay un 80 por ciento de posibilidades de conseguir un buen arreglo con el gobierno de Estados Unidos y evitar los aranceles que el gobierno vecino pretende endilgar a los productos mexicanos.

El uso de la diplomacia como arma de negociación es lo único con lo que cuenta el gobierno mexicano, ya que los condicionamientos que se le ponen de frenar a los migrantes y detener el narcotráfico se advierten como un imposible y más de la forma en que pretende el Presidente Trump de acabar con ello en un solo día.

La tarea que tiene encima el canciller mexicano y el equipo que le acompaña en Washington, lleva una losa pesada que deberá franquear las barreras que el propio Presidente estadounidense se ha encargado de repetir.

Y es que con todo y la confianza depositada en Ebrard y las dotes de negociador con que cuenta, el asunto es sumamente difícil y más si se toma en cuenta que el Presidente Trump se encuentra a punto de abrir lo que todo mundo sabe, su propósito de competir por la reelección.

Para el gobierno del Presidente de Estados Unidos uno de sus grandes retos ha sido detener el flujo migratorio de su frontera del sur, por lo que constantemente ha pedido al gobierno mexicano detenga esa corriente que en gran afluencia se sitúa en los límites entre ambas naciones.

Incluso mantiene abierta su anuncio de amurallar la frontera, aunque su Congreso no le autoriza los recursos necesarios para ello, pero tiene como política prioritaria que le abona muchos puntos el freno de los migrantes, especialmente mexicanos y de Centroamérica.

De ahí que la reunión entre representantes de ambos gobiernos (México y Estados Unidos) deberá arrojar resultados satisfactorios para los dos países, donde ambos queden conformes con el arreglo.

Si las previsiones de Marcelo Ebrard no resultan de acuerdo a su anuncio de ayer, entonces desde el próximo lunes entraría en vigor un arancel del cinco por ciento a los productos mexicanos, el que aumentaría otro cinco por ciento en julio y así sucesivamente hasta llegar al 25 por ciento, mientras el gobierno mexicano no se pliegue a las exigencias de Trump.

Los augurios no son buenos para la economía mexicana, aunque se mantienen vivas las esperanzas de se logre un acuerdo satisfactorio que ni impacte en la soberanía de México, que ha mantenido desde siempre su política de puertas abiertas a la migración.

2.- Si los pronósticos de Marcelo no se hacen realidad, podría ser el inicio del derrumbe de uno de los hombres más poderosos del gabinete del Presidente López Obrador y a quien algunos ya ven como uno de los prospectos sólidos hacia el 2024.

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