La prisión lo volvió… cursi .

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/ Verónica Malo Guzmán /

Andrés Roemer pasa a ser el hombre de las tres ‘Cs’. Además de cínico y criminal, ahora también es cursi. Ante el cambio de medida precautoria en Israel en el caso que se sigue en su contra, mandó una epístola cursi y plagada de inexactitudes a Ciro Gómez Leyva.

El que se ufana de ser escritor, llenó su epístola —escrita en español— de signos de exclamación, pero sólo al final de las oraciones y de montón en montón.

Ahora bien, llama la atención la frase: “… en contra de las estadísticas más robustas, salí de la cárcel. Parece ser el primer caso de arresto domiciliario en mi circunstancia”.

El susodicho no se refiere en ningún momento —porque en el fondo le vale un comino— a su inocencia; tampoco escribe en términos de justicia o injusticia. Lo que a él le importa y de lo que se ufana es que aparentemente es el primer caso en el que en el proceso judicial se hace de esa manera.

Yo que él no me envalentonaba tanto; ni a la justicia israelí ni a la mexicana se le quiere asociar con “primeros casos”, sino con procurar ir al fondo del asunto.

¿Cantar victoria y decir que “Israel descubrió mil falacias mexicanas y evaluó a detalle que yo tengo de peligroso lo que a un peluche conlleva”?

En razón de que él SIGUE bajo proceso (no hay un dictamen conducente si lo dicho en México es mentira o no), su afirmación es equivocada, además de mostrar una prosa cursi, empalagosa y de rima maltrecha.

Debía ser innecesario subrayarlo, pero ya que el señor Roemer quiere engañar a propios y extraños, hay que decirlo nuevamente: seguir su proceso en prisión domiciliaria no es sinónimo de libertad, tampoco de que la justicia israelita le considere inocente.

El exconductor de televisión y exfuncionario público debería recordar que huyó a Israel en 2021, tras ser acusado por decenas de mujeres de acoso, abuso y violación sexual agravada.

Estuvo dos años tratando de esconderse allá y el 2 de octubre de 2023 fue detenido por la policía israelí.

Si ésta tardó casi dos años en detenerlo, no se debió a que no lo encontraran (son de las mejores del mundo en búsqueda e investigación). Tampoco a que iban tras otros sujetos.

Si demoraron es porque querían asegurar primero toda clase de pruebas. En ese sentido, es muy posible que permitirle la prisión domiciliaria también tenga sus razones, si bien aún no las conocemos.

Él no está libre; Israel no ha dicho que es inocente. Y no le extraditan porque entre Israel y México no hay tratado de extradición.

Para que eso llegue a suceder, llevará tiempo. México ha presentado a Israel diversas solicitudes para su extradición, éstas sustentadas en detallados testimonios de mujeres que rompieron su silencio para señalarlo.

Tan sólo en el 2021, nuestro país presentó cinco solicitudes de extradición contra Roemer. Pero formular y procesar las acusaciones en su contra no ha sido sencillo; además, las acusaciones por supuesto deben investigarse y sustentarse a profundidad.

Creo que la candidata presidencial Xóchitl Gálvez expresa el sentimiento de muchas mujeres cuando dice: “Yo siempre le voy a creer a las mujeres… les creo a las víctimas que en este caso son mujeres.”

Y en ese sentido me permito señalar que no es momento de cartas cursis para ningunear —una vez más— el testimonio de 60 mujeres y para tratar de aderezar lo que ha sido la modificación a una medida precautoria. Roemer está revictimizando a quienes lo han acusado.

Qué lástima que la prisión lo volvió cursi; mejor hubiera sido que en estos meses se hubiese habituado a decir la verdad, a dejar a un lado su cinismo y, de una buena vez, a aprender a respetar a las mujeres.

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