La Quinta de las Rosas (INAPAM)

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/ Agustín Basilio de la Vega./

La antigua casa ubicada en la esquina de la Avenida 20 de Noviembre e Independencia, fue propiedad de doña Laura Paniagua de Murillo y de su esposo Don Rafael Murillo Camacho quien le diera el nombre de “Quinta de las Rosas”.  Dicha propiedad fue comprada por Jorge Saldaña y éste, a su vez, la vendió al gobierno del Estado en la década de los noventa.

Mientras fue propiedad privada se mantuvo en buen estado y daba gusto visitar esa casa llena de jardines. Su arquitectura europea aún llama la atención y en la actualidad se usa para atender a personas de la tercera edad mediante los programas del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM) que data del 2002 cuando el entonces presidente Vicente Fox reformó el INSEN.

Las autoridades federales, estatales y municipales han abandonado ese inmueble y se ha deteriorado en los últimos años de manera grave. El tejado de la fachada de 20 de noviembre está averiado desde que unas ramas de laureles de la india le cayeron encima, las banquetas se han desnivelado por las raíces de los árboles, representando un peligro para los ancianos y peatones y este año destruyeron la entrada principal sin que a la fecha hayan repuesto la reja histórica.

Recientemente pintaron la fachada y barda perimetral de color guinda y blanco, sin atender lo verdaderamente importante: la cubierta de tejas y la madera que se sigue pudriendo, así como reparar las banquetas que día a día se desnivelan creando tropezones que en una persona mayor puede provocar un accidente de indeseables consecuencias.

Se comprueba que con los gobiernos de Morena no es importante el mantenimiento ni la conservación del patrimonio histórico o que de plano no hacen planeación ni tienen recursos para lo esencial y gastan en fachadas y apariencias.

El populismo arruina el progreso de los pueblos entre otras cosas, porque no atiende las causas de los problemas sociales, sino que derrocha el dinero en paliativos. En el caso que nos ocupa, la pintura de la fachada puede esperar no así las reparaciones de la estructura del inmueble y las banquetas.

Lo primero que deberían hacer los gobiernos municipales, en coordinación con el estatal, es sembrar arboles adecuados que no dañen las banquetas y tener un buen plan de poda, reparaciones de techumbre y en general de la estructura de los edificios de la Quinta, nivelar las banquetas y respetar la normatividad del Instituto de Antropología  e Historia (INAH) así como acudir a las instancias Federales para que de manera subsidiaria intervengan en el rescate de este símbolo arquitectónico de Xalapa. Las ocurrencias e improvisaciones están haciendo de México un país en ruinas.