Alguien como tú.
Gladys de L. Pérez Maldonado.
El origen actual del Día de la Madre se remonta al siglo XVII, en Inglaterra. En ese tiempo, debido a la pobreza, una forma de trabajar era emplearse en las grandes casas o palacios, donde también se daba techo y comida.
Un domingo al año, denominado “Domingo de la Madre”, a los siervos y empleados se les daba el día libre para que fueran a visitar a sus madres, y se les permitía hornear un pastel, conocido como ‘tarta de madres’, para llevarlo como regalo.
Después de la colonización de América, algunos colonos ingleses conservaron la tradición del británico Domingo de la Madre, sin embargo, en Estados Unidos la primera celebración pública del Día de la Madre se realizó en 1872, en la ciudad de Boston, en honor de las madres de familia que resultaron víctimas de la guerra por ceder a sus hijos a la milicia, pasadas algunas celebraciones anuales esta iniciativa quedó en el olvido.
Fue una ama de casa Ana Jarvis, quien tras la muerte de su madre en 1905, comenzó una campaña a nivel nacional en los Estados Unidos, para establecer un día dedicado a las madres estadounidenses. Así, maestros, religiosos, políticos, abogados y otras personalidades la apoyaron en su iniciativa de celebrar el Día de la Madre, el segundo domingo de mayo. En 1910, esta festividad se llevaba a cabo en casi todo el territorio.
En 1914, el Presidente Woodrow Wilson proclamó el Día de la Madre como fiesta nacional, que debía celebrarse el segundo domingo del mes de mayo, curiosamente la primera celebración oficial aconteció un 10 de mayo de ahí que muchos países adoptaron esa fecha con el mismo motivo.
En la actualidad en varios países del mundo se lleva a cabo esta celebración, aunque en diversas fechas, pero casi todos el segundo domingo de mayo y en otros como en México el 10 de mayo.
No obstante, en nuestro país su origen es bastante polémico, se dice que la adopción del 10 de mayo como Día de las Madres fue una reacción conservadora al movimiento feminista que se llevaba a cabo en el Estado de Yucatán.
Marta Acevedo, especialista en estudios de género, explica el origen histórico de esta celebración. Ella comenta que en 1916 se celebró el primer congreso feminista en Yucatán, en el que se discutió por primera vez en nuestro país la maternidad elegida y se aconsejó a las mujeres evitar embarazos no deseados mediante el método anticonceptivo.
Seis años después, durante el gobierno de Felipe Carrillo Puerto en Yucatán, se formó una liga de mujeres que luchaba a nivel nacional sobre la emancipación de la mujer y sus derechos civiles, lo que obviamente provocó reacciones del sistema patriarcal y se inició una campaña en los medios de comunicación contra estas propuestas “inmorales” de controlar la procreación.
Acevedo sostiene, que durante ese tiempo, fue que el periódico Excelsior, la Secretaría de Educación Pública, el Arzobispado Mexicano, la Cruz Roja y las Cámaras de Comercio decidieron adoptar el Día de las Madres, como una reacción en contra del movimiento feminista de aquella época que iba ganando terreno y que fue aplastado por la propaganda a favor de la procreación.
Esta teoría del origen del Día de las Madres en México, por supuesto, no ha sido confirmada por fuentes oficiales, muchos señalan que es mera coincidencia cronológica y no una reacción antifeminista de los conservadores. ¡Así las cosas!.
Lo cierto es que, el 10 de mayo de cada año se celebra y enaltece a la mujer que es madre. Este día todo el territorio nacional para en sus actividades -aunque este año la festividad será diferente por motivo del resguardo obligado que todas las personas enfrentamos por motivo del Covid-19- no importando de alguna u otra forma, celebraremos a la mujer que nos dio la vida o que sin ser la madre biológica, nos arropó en sus entrañas, nos da sus horas de sueño, su esfuerzo, su amor de manera incondicional, que trabaja sin cesar para sustentar las necesidades de sus hijos/as, que nos aconseja, la que siempre ha estado pendiente de llevar un alimento diario a sus hijos, la que educa, la que forma, crece y administra a la familia, la que siempre perdona y justifica la conducta de las hijas e hijos, en pocas palabras la mujer que siempre está dispuesta en cualquier horario para nosotras/os aunque seamos mayores e independientes económicamente.
Tristemente, la realidad que hoy se vive, es que esa mujer, es aquella que cada vez es más violentada por la sociedad, es a la que se discrimina, a la que se exige un esfuerzo mayor para brillar en un centro de trabajo, es a la que se limita en sus opiniones a nivel familiar, es a la que se le restringe el dinero por su pareja cuando se dedica a las labores del hogar y al cuidado de los hijos y en ocasiones también de los padres, es aquella mujer a la que se le priva de la vida y deja a sus hijos e hijas en orfandad.
“La Madre” es una mujer y la sociedad lo ha olvidado. Hombres y mujeres sin desdén lastiman a las mujeres los 364 días del año restantes, cuanta incongruencia existe en este siglo XXI, cuanto dolor se profesa a las madres con el desprecio y olvido de los hijos y las hijas que solo las recuerdan cada 10 de mayo, cuanto dolor se ejerce sobre aquella madre que aunque no es propia convive en nuestro entorno laboral y social, cuanta violencia recibe la madre de sus parejas.
No debemos olvidar que la mujer tiene el don divino de ser madre y que aunque no lo sea, debemos respetarla, valorarla y tratarla con la dignidad que un Ser Humano merece, pues sin ellas no estaríamos aquí y será entonces cuando el 10 de mayo cobre la relevancia de su celebración.