La revictimización.

La Fiesta del Té

Brisa Gómez

Esta semana se reportó la desaparición de una joven de 18 años en Veracruz.

Fue encontrada con vida y afortunadamente a pocas horas de que se reportara su desaparición.

Sin embargo, esa no fue una buena noticia para mucha gente, quienes se volcaron a las redes sociales a condenarla por hablar aparecido rápidamente y poniendo en duda no sólo su desaparición, sino incluso su actuar.

De inmediato, apenas se conoció la noticia de su aparición con vida, inició el linchamiento vía redes sociales, acusándola de jugar con la sensibilidad de la población, de haberse ido con alguien más que no era su pareja, de haber desaparecido para llamar la atención y a su familia de no querer revelar información por la vergüenza de lo que estuvo haciendo la chica mientras había desaparecido.

Esto se llama revictimización, pues se responsabiliza a la víctima de lo que le ocurrió, se le condena por cada detalle de lo sucedido aún cuando esté fuera de su control, se revela o se busca revelar información personal y hasta delicada de lo ocurrido, todo con un afán de morbo.

Pongámonos en sus zapatos, ¿a quién le gustaría que exhibieran su nombre, dirección, cuentas de redes sociales, lugar de trabajo, actividad diaria?, vamos más allá ¿a quién le gustaría además exponer esa información y ponerla al alcance de gente que te condena por haber desaparecido, por realizar actividades diarias, por salir tarde, por vestir de cierta manera, por trabajar en cualquier cosa, por estudiar, por tener pareja, por no tenerla…?, son cosas que a nadie le gustaría enfrentar.

Entonces ¿por qué lo hacemos?, ¿por qué la falta de empatía?, ¿cuál es el motivo de condenar a la víctima y no a los agresores, a las autoridades incompetentes?

La perspectiva víctimal es la que se tiene basada en el respeto de los derechos humanos de una víctima, resguardando su identidad, su seguridad, sus datos personales y evitando que deba revivir una y otra vez lo sucedido.

Esta perspectiva, además, evita responsabilizar a la víctima de lo ocurrido, se se aplica la empatía y la atención de la situación que enfrenta.

Sin embargo es algo que no le queda claro a la sociedad y por lo tanto lapida virtualmente a las mujeres que sufren situaciones de violencia de cualquier tipo, no sólo aquellas que desaparecen, sino también las que sufren violencia sexual, violencia en el ámbito doméstico o la que sea.

Hace falta sensibilidad, empatía y sobre todo entender que a quien se debe de juzgar no es a la víctima, sino al agresor, pues es quien comete un delito y no la víctima.

Esto, parece, no se entiende por lo que constantemente es posible ver comentarios que violentan cada vez más a las víctimas.

Porque aquí Tod@s estamos loc@s

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