La salida de Javier Duarte: el regreso de “Las tijeras, pen…”

*Confidencias

/ Por Evelyn Hernández.

Hablará de las traiciones del Cisne y de muchos otros. Del viraje que le dio a la elección de Héctor Yunes y de la infamia que tuvo que pagar por sus funcionarios corruptos y traidores.

–Si Javier Duarte regresa a Veracruz y a la escena política, temblarán los que traicionaron al exmandatario veracruzano: quienes se beneficiaron durante su administración, los que robaron y se ocultaron, y quienes cometieron fraudes y delitos por su propia cuenta y mano, a espaldas del gobernador. Duarte fue quien terminó pagando con cárcel muchos de esos delitos y los faltantes en las arcas públicas.

El regreso de Javier Duarte podría poner en riesgo a muchos políticos del pasado y del presente: algunos que se refugiaron en el Partido Verde, otros en Morena; funcionarios de primer nivel de su exgabinete que lo traicionaron y que, cuando estaba detenido, vendieron información, calumnias e historias perversas a cambio de libertad.

¿Quién recuerda, por ejemplo, a Alberto Silva Ramos, Adolfo Mota, Tomás Ruiz, Pablo Anaya, Sergio López Esquer o Iván López Fernández? En fin, quizá de los menos traidores fue Erik Lagos. Todos pusieron su grano de arena para hundir a Javier Duarte, quien quizá fue uno de los gobernadores más jóvenes, pero pecó de ingenuo al confiar plenamente en una bola de hampones que terminaron desprestigiando y desacreditando su administración.

En su momento, Javier Duarte declaró ante los medios que había sido obligado desde el Gobierno Federal a desviar recursos, muchos de ellos destinados a las campañas del PRI y de Enrique Peña Nieto. Pero su error más grave fue dejarse envolver por “El Cisne”, Alberto Silva Ramos, quien, en su ambición por ser candidato a la gubernatura y entorpecer la candidatura natural de Héctor Yunes, se fue en contra del aparato de Estado, que ya había decidido apoyar a Yunes. Prefirió reventar y colapsar la candidatura, influenciado por Silva, que a toda costa quería ser el candidato del PRI.

Eso le costó las denuncias en su contra, la orden de aprehensión, la licencia anticipada y después la cárcel.

¿Regresará a la escena pública o se aislará de México? Javier Duarte, a quien le inventaron lo de los medicamentos falsos para niños con cáncer —acusación que nunca se comprobó y que fue más un linchamiento mediático—, tendrá mucho que reclamar y muchas cuentas que ajustar con propios y extraños.

Héctor Yunes perdió la campaña bajo la sospecha de que, al no haber sido Silva candidato, convenció a Duarte de apoyar a Morena y de revertir la elección. El PRI perdió la gubernatura por primera vez en décadas, lo que le costó a Javier Duarte el repudio total de la cúpula priista y, después, la cárcel por actos de corrupción. Y peor aún la llegada del otro Yunes.

Javier, formado en las filas del Fidelato, en donde Fidel Herrera apostó por muchos años por su continuidad, terminó siendo el sacrificado. Pagó por los multimillonarios robos de su gabinete, cuyos miembros después se convirtieron en soplones a cambio de impunidad.

Ahora, después de casi cumplir su condena, está a punto de quedar en libertad. La pregunta inquietante es: ¿qué dirá Javier Duarte a los medios de comunicación cuando salga de prisión? ¿Guardará silencio o apuntará a todos y cada uno de quienes participaron en lo que podría llamarse la gran caída duartista?

Muchos de ellos hoy están en Morena, así que más de uno debería empezar a temblar, porque los días están por llegar en que la verdad podría salir a la luz.

Quizá se repita aquella anécdota de las tijeras de Javier Duarte, cuando, desesperado entre sus colaboradores más cercanos, gritaba al intentar corregir y mandar comunicados aclaratorios desde la computadora:

—“¡Páááasenme las tijeras! ¡Las putas tijeras!”

Y todos corrían como locos buscando unas tijeras que no aparecían. Hasta que Duarte exclamó:

—“¡Ah! ¡Eran las tijeras de la computadora, pendejos!”

Así será cuando salga: llevará sus tijeras, pero ahora sí para cortar y contar todo lo que realmente pasó.

Será interesante saber también qué dirá Héctor Yunes cuando eso ocurra.