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/Juego de Palabras/
Yaneth Angélica Tamayo Avalos
SemMéxico, Querétaro, Qro., 28 de agosto, 2021.-Hace semanas, el caos, la incertidumbre y el miedo se apoderó de Afganistán tras la llegada al poder del régimen talibán. El conflicto armado que los ha acompañado por años a obligado a que cientos de miles de personas abandonen sus hogares.
Pero también, a sorprendido al mundo por las severas restricciones de derechos humanos que se están ejecutando contra civiles; en especial la severidad y brutalidad que se esta ejerciendo en contra de mujeres y niñas, quienes son las que más peligro corren de perder la libertad y la vida.
Si bien, este conflicto bélico territorialmente es distante a nuestra región, la violación a derechos humanos y la violencia por razón de género no es ajena a países en los que la violencia de género y los estereotipos son la base de su cultura y sociedad.
Como lo dijo Simone de Beauvoir <
Ahora bien, ¿por qué es importante que las personas y las mujeres hablen de este tema?
La primera de las razones, es porque se necesita visibilizar la violencia de género en cualquiera de los contextos que se susciten, el tratar de minimizar o aislar los acontecimientos por considerar que son ajenos a la realidad social de un territorio o espacio determinado, solo genera que estas acciones se normalicen y se contribuya a silenciar el auxilio de las personas que son víctimas.
La segunda, es porque, comúnmente se suele ignorar que los conflictos armados son realidades profundamente marcadas por estructuras de género presentes en cualquier sociedad. Lo que contribuye a que las víctimas no tengan acceso a la protección que les otorga el derecho internacional humanitario, ni el acceso a la justicia y reparación del daño por el sufrimiento ocasionado.
La violencia de género en entornos bélicos, se convierte en un hecho político que sintetiza en un acto, la cosificación de la mujer (ejercicio del derecho de posesión y uso de la mujer como objeto de placer y destrucción) y la realización extrema de la condición masculina patriarcal.
Lo anterior porque, el cuerpo de la mujer al ser considerado propiedad masculina y propiedad de la sociedad, es el medio para transmitir un mensaje de humillación y poder al enemigo. Es decir, que mediante el cuerpo de las mujeres no sólo se ejerce un control sobre ellas, sino que este control se hace extensivo a toda la sociedad enemiga.
Las mujeres víctimas de la violencia evidencian el poder que sobre su sociedad tiene el enemigo. Los cuerpos de las mujeres se convierten en transmisores de mensajes de humillación, control y poder. Así pues, la violencia contra mujeres, niñas y niños obedece a la voluntad de destruir el tejido social y familiar de una comunidad determinada. Porque implica la apropiación y daño.
Y tercero, porque, los conflictos armados ya sea de carácter internacional o internos, al no ser exclusivos de determinada región, cualquier Estado es susceptible de atravesar por estos.
En dónde civiles y principalmente mujeres y niñas, serán particularmente afectadas por violencia sexual y de género, pues ya lo dijo Simone de Beauvoir, las mujeres siempre deberán permanecer alertas ante el atentado de sus derechos.
La historia nos ha mostrado cómo las guerras y los conflictos armados han arrebatado los derechos de las mujeres, sin que la comunidad internacional asumiera su compromiso por garantizar y preservar la justicia. (Rwanda, Bosnia y Herzegovina)
El reconocimiento de la violencia sexual como crimen de lesa humanidad, no garantiza los derechos de las mujeres y niñas frente a los padecimientos de los conflictos armados.
Si bien, ha existido un avance importante dentro de la comunidad internacional para reconocer que los conflictos armados causan particularmente violaciones a los derechos humanos de las mujeres y niñas. La falta de un abordaje bajo la perspectiva de género supone un retroceso respecto de los compromisos adquiridos con anterioridad.
Por ello, es importante analizar la intervención que se dará al tema de Afganistán, visibilizar las condiciones que el grupo bélico dará a los civiles, en especial en lo que respecta a las mujeres, y por supuesto, generar presión mediática, los hechos actualmente ocurridos no pueden pasar desapercibidos.
Para finalizar, es necesario valorar estos procesos desde una perspectiva crítica. La utilización de la violencia de género como arma de guerra y de terror busca generar un daño individual y social con consecuencias que perduran durante mucho tiempo. Es importante no considerar este tipo de violencia como un fenómeno que surge en contextos de violencia organizada a gran escala, sino identificar los vínculos que existen con el ejercicio de la violencia contra las mujeres en tiempos de paz.