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/Eduardo Sadot./
Dice la biblia “por sus actos los conoceréis”. La elección judicial, viciada de origen, desde la aprobación constitucional que le dio fundamento conseguida con cuatro votos de conseguidos mediante la corrupción a senadores más la aprobación en la Suprema Corte chantajeando a un ministro, nunca, ni ética, moral, jurídica ni en un acto honesto de contrición puede decir nadie que fue reflejo de la voluntad “del pueblo bueno y sano”. Ningún participante en el proceso puede – viendo a los ojos a sus seres queridos – sostener que con la participación del nueve por ciento del padrón electoral el proceso tiene legitimidad.
El PRI, en voz de su líder Alejandro Moreno, acompañado por priístas integrantes de la cámara de diputados, presentaron una denuncia ante el cooptado INE, dócil al mandato del Partido MORENA. El PRI presentó las pruebas – incluidos los acordeones – acompañando al escrito de denuncia de nulidad, no obstante que la presidente del INE obviamente militante de MORENA impuesta por obrador, declaró que los acordeones ¡no son prueba de nulidad! cuando los ministros ganadores, son reflejo de la corrupción de los acordeones. Y explicamos por qué, muy simple, el ejercicio del voto es y debe ser la manifestación libre y autónoma de la voluntad del ciudadano, pero cuando lo que se vota en el sentido de lo que le ordenan ¡mediante un acordeón!, pues digan si no en el acordeón esta plasmada la voluntad de quien hizo el acordeón y no nos quieran ver la cara, diciendo que los electores propusieron a quien ha demostrado simpatías con un partido, tampoco se vale – bueno si es que se fuera honesto – decir que los partidos no participaron y por eso hubo poca votación, porque ¡eh ahí! la contradicción porque entonces es admitir – quieran o no – que MORENA hizo los acordeones, cuando “supuestamente” los partidos de oposición no participaron y que llamaron a no votar ¡por favor! Seamos serios y no hagan el ridículo.
Pero lo que es inadmisible es que: quien ha de presidir a la Suprema Corte y las ministras “a modo” que tomarán posesión, sostengan ¡como juristas! que la elección es legítima. Evidencian perversión, opacidad, parcialidad, que si fueran éticos y honestos, no se prestarían a “esos enjuagues” más, siendo quienes habrán de presidir al máximo tribunal de la nación.
El virtual presidente de la corte abre la boca para evidenciar populismo, ignorancia, fanatismo y parcialidad, el que esto escribe como ñuu savi (mixteco) como jurista, como profesor definitivo por oposición en materia de Derecho Administrativo, desde hace 38 años en la UNAM, como mexicano, como doctor en derecho, no puede cerrar los ojos y mirar para otro lado ante la irresponsabilidad y perversión de tal tamaño. Primero ya no somos ñuu savi puros, para autodefinirnos como “indígenas” somos mestizos – nos guste o no – que por conveniencia y conducta trepadora nos asumamos indígenas – que además, está mal empleado el concepto, por la confusión de tierras de las Indias – no nos hace herederos de las tradiciones de nuestros mayores. Mal comienza el virtual presidente de la Corte, si fuera honesto, ético e imparcial, ya estaría aclarándolo. Pero su ignorancia supina le hace evidenciarse con visión política y populista, cuando dijo que la Corte iba a sesionar en todo el país de manera itinerante, trataré de explicarme, es tanto como decir que saldrán los mejores cardiólogos con los quirófanos a todo el país, como si las cirugías de corazón fueran como una extracción (sacada) de dientes ¡de verdad paisano! Qué usted, en su afán populista no sabe lo que está diciendo – pues asesórese de quien sabe. Y agrego, que no usará la Toga, es como decir que ya no entrarán los cardiólogos a quirófano con sus ropas especiales que ahora podrán entrar con huaraches porque son “indígenas” puedo entender que el virtual presidente no tenga más allá de licenciatura, pero no puedo entender que llegue cargado de resentimiento e ignorancia a presidir tan alta responsabilidad, nomás porque “su cuate” lo encumbró y en agradecimiento por controlar a los mayas a los olmecas y en santa Lucía a los nahuas, otomís y tepehuas. Ah y a mí no me puede decir la titular del poder ejecutivo que yo sea discriminador, porque yo si tengo orgullosamente en mis venas, sangre de pueblo originario ñuu savi, pero también – y no puedo ni debo negarlo – española.
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