*Charo Alises, abogada de derechos humanos y activista LGBTI, y Julián Ramírez, equipo de diversidad sexual y de género de AI
La transfobia es el rechazo que sufren las personas transexuales al transgredir el sistema sexo/género socialmente establecido. Estas personas son especialmente vulnerables y sufren un alto grado de marginación, violencia y comportamientos discriminatorios que vulneran sus derechos humanos.
Julia Serrano, teórica y autora transfeminista, en su libro Whipping Girl argumenta que las raíces de la transfobia están en el sexismo. La autora lo denomina “sexismo oposicional”, término que se vincula a la creencia de que masculino y femenino son categorías rígidas que se excluyen mutuamente y que cada una posee atributos, aptitudes, habilidades y deseos únicos que nunca se solapan.
Serrano contrasta el sexismo oposicional con el sexismo tradicional, es decir con la creencia de que los hombres y la masculinidad son superiores a las mujeres y la feminidad. Argumenta que la transfobia se nutre de las inseguridades que tiene la gente sobre el género y sus normas.
“Según datos del proyecto de investigación Transrespeto versus Transfobia en el Mundo (TvT), 4.042 personas trans y género-diversas han sido asesinadas en todo el mundo entre enero de 2008 y septiembre de 2021”
Jody Norton, autora y crítica transgénero, sostiene que la transfobia es una extensión de la homofobia y la misoginia. Norton argumenta que las personas transgénero, como los gais y las lesbianas, son odiadas y temidas por desafiar y socavar los roles de género, la expresión de género y el binarismo de género. Asimismo, afirma que la persona transgénero hombre a mujer incita a la transfobia a través de su desafío implícito a la división binaria de género de la que depende la hegemonía política y cultural masculina.
Miembros de la comunidad LGBTI protestan contra la transfobia. © AP Photo/Salvador Meléndez
¿Qué provoca la transfobia? Estas son las principales causas:
Desde Amnistía Internacional queremos repasar los motivos más destacados de la transfobia, entre los que se encuentran los siguientes
- Entender que los roles de género deben ser respetados por ser lo natural.
- Resistencia a romper con la tradición, pues hay colectivos cuyos privilegios dependen de que los roles de género no sean trascendidos.
- Miedo a lo desconocido, que se transforma en discriminación y violencia. En algunos casos, la transfobia puede conllevar agresiones verbales y físicas hacia las personas trans.
- Al igual que ocurre con la homosexualidad, la transexualidad puede ser percibida como peligrosa al transgredir las normas socialmente aceptadas sobre el sexo, el género y la orientación sexual.
©Raquel Willis
El problema de la transfobia en España
El 6 de octubre de 1991, Sonia Rescalvo Zafra fue asesinada en el Parque de la Ciudadela (Barcelona), de una brutal paliza a manos de un grupo de neonazis que salieron a “tocar el tambor”, término que utilizaban para referirse a las palizas que propinaban a aquellas personas que consideraban insignificantes o inferiores. Este asesinato fue uno de los primeros delitos de odio del que se tiene constancia en nuestro país. Sonia fue asesinada por el mero hecho de ser una persona trans.
A pesar del tiempo transcurrido y de los cambios legislativos, las personas trans, y en especial las mujeres trans, están entre las principales víctimas de delitos de odio en España. Sin ir más lejos, el pasado 9 de octubre, en el municipio gaditano de La Línea de la Concepción, cuando Leila Santos volvía a su casa un hombre la siguió y empezó a insultarla: “puta”, “travesti”, “tú no eres una mujer” o “te voy a matar”. El individuo la agarró del pelo, la besó a la fuerza, la tiró al suelo y empezó a pegarle patadas. No era la primera vez que la víctima sufría una agresión por el hecho de ser una mujer trans. Ahora vive con miedo.
“Las personas trans, y en especial las mujeres trans, están entre las principales víctimas de delitos de odio en España”
Las víctimas de crímenes de odio, como los provocados por la transfobia, padecen secuelas de especial gravedad ya que son elegidas por una cualidad que no pueden ni quieren cambiar.
La transfobia no solo se manifiesta en agresiones físicas. Una investigación realizada por la FRA (Agencia delos Derechos Fundamentales de la Unión Europea) revela que, en España, el 77% de las mujeres trans ha sufrido discriminación a la hora de buscar empleo. En otra investigación, la FRA concluye que en nuestro país más de un 10% de las mujeres trans se han visto obligadas a dormir en la calle al menos una vez en la vida y un 16% a alojarse temporalmente en casa de familiares o amistades. Además, la primera causa de sinhogarismo de estas personas es la expulsión del domicilio familiar debido al rechazo de la familia cuando se visibilizan como LGTBI.
En el ámbito educativo, según un sondeo elaborado por FELGTB en 2019, el 58% de las personas trans de entre 16 y 24 años ha sido víctima de transfobia durante su etapa escolar. Ante este panorama, urge la aprobación de la Ley integral trans y de igualdad social y no discriminación de las personas LGTBI.
Bandera trans. © Pexels Katie
Bandera trans, ¿cuál es su origen?
La bandera trans tiene cinco franjas horizontales: dos exteriores azul celeste, dos internas rosa y la del medio blanca. Fue creada el 19 de agosto de 1999 por la activista trans Monica F. Helms (1951), veterana de la armada estadounidense, de quien podemos encontrar los principales eventos de su vida en su libro More That Just A Flag.
A Monica le inspiró el creador de la bandera bisexual (de hecho, contactó con la misma compañía para su fabricación), pues ella entendió que las personas trans también necesitaban una bandera que les permitiera mostrar su individualidad y su existencia y con la que toda persona transexual se viera representada. Para ella, el azul representa el color que tradicionalmente se asigna a los bebés varones, el rosa a las niñas, y el blanco a las personas que tienen un género neutro, indefinido, o que de cualquier manera sienten que no encajan en el espectro del género binario.
Monica la ondeó por primera vez en el año 2000, en el Orgullo de Phoenix, Arizona. Si bien distintas asociaciones LGTBI comenzaron a hacerse eco de la bandera, tardó unos diez años en ser comúnmente utilizada en manifestaciones de Estados Unidos y de todo el mundo. También han hecho uso de ella empresas como WhatsApp, que en 2020 la incluyó como emoji, y las administraciones públicas, ondeándola por primera vez el 27 de junio de 2015 en un ayuntamiento de España, el de Las Palmas de Gran Canaria.
Una mujer participa en una protesta con un cartel que dice: “Las personas trans no son una amenaza, la transfobia, sí” para conmemorar el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia. © REUTERS/Jose Cabezas
Posteriormente, algunos ayuntamientos, parlamentos autonómicos y el Gobierno han utilizado la bandera o sus colores en diferentes iniciativas de apoyo al colectivo trans.
A nivel internacional, varios congresistas estadounidenses colocaron en 2019 la bandera trans en la puerta de sus despachos en Washington, como apoyo al Día Internacional de la Visibilidad Trans.
Como colofón, la bandera trans tiene distintas variantes, destacando la diseñada en 2015 por la activista trans Raquel Willis, que contiene una franja negra en sustitución de la blanca para incluir a la comunidad trans negra.
Hoy en día, el original de la bandera trans se encuentra en el Museo Nacional de Historia Estadounidense, localizado en Washington, D. C., por si alguien se anima a hacer una visita.