*Escrito por Cirenia Celestino Ortega.
La semana pasada participé en el 69 período de sesiones de la Comisión sobre la Condición Social y Jurídica de las Mujeres (CSW, por sus siglas en inglés) que se lleva acabo cada año en las Naciones Unidas en Nueva York, Estados Unidos.
Este año la CSW69 coincide con el aniversario 30 de la Plataforma de Acción de Beijing (1995). Como representante de CIMAC e invitada por WACC, mi participación se enfocó en la evaluación del cumplimiento de los objetivos del Capítulo J de Beijing: la mujer y los medios de difusión.
Aunque la CSW69 concluye hasta el 21 de marzo, en una semana intensa de paneles oficiales dentro de UN y otros muchos más de foros paralelos, comparto algunas reflexiones de este proceso:
Lo bueno:
- Una participación inmensa del movimiento feminista, de mujeres todo el mundo exponiendo los retos para el ejercicio de los derechos humanos de las mujeres.
- La genealogía feminista que nos recuerda que, aún en el peor de los conflictos, el movimiento de mujeres ha sido la principal resistencia que, al vivir las discriminaciones en carne y hueso, se mantiene cercano a los movimientos de base para la defensa activa y participativa cuando se requiere. Ni un paso atrás.
- La diversidad de mujeres y temáticas que nos permiten escuchar sobre todos los ámbitos en que participamos las mujeres, todas las áreas de intervención. Las mujeres están liderando grandes movimientos en todo el mundo.
Los retos:
- Todos los foros coinciden en la amenaza de retroceso en los derechos de las mujeres frente al avance de las derechas en el mundo. La gran Morena Herrera, líder salvadoreña del derecho a decidir y la lucha social brindó la mayor esperanza: “ningún gobierno es eterno”.
- El avance de grupos conservadores también está monopolizando los financiamientos y todos los recursos políticos, se hace necesario que los gobiernos y la comunidad internacional, inviertan en su compromiso por la igualdad. Si no hay recursos, no es una prioridad.
Lo malo:
- La tibieza de los países para pronunciarse por problemáticas concretas como la guerra. Las feministas si lo hacemos nos pronunciamos e incluso ello nos hace ser señaladas.
- En un momento de fama del feminismo, los gobiernos se han asumido feministas sin actuar como tales. Se hace necesario exigirles que, si se nombran de esta manera, deben actuar en consecuencia
- El lenguaje feminista cooptado por los gobiernos, una sociedad civil condescendiente y la eliminación del contenido de nuestros conceptos, me explicó: debemos recordar que el feminismo es político y no partidista, a los gobiernos se les exige garantizar derechos no “colaboración institucional”.
Para mejorar:
- En un mundo de foros oficiales y paralelos, en horarios similares, se termina por competir entre temáticas, terminamos cansadas, escuchando lo que ya sabíamos. Debemos ser estratégicas para sumar esfuerzos y dar pasos firmes en cada agenda.
- La delegación mexicana ha sido muy reservada en sus acciones, quizá excluyente. Se requiere una difusión amplia con convocatorias abiertas para que todas podamos seguir la participación de nuestras representantes. Mayor interlocución para escuchar y ser escuchadas.
- En el 69 período de sesiones, es decir casi 70 veces se ha realizado y pocos medios dan cobertura a la conferencia más grande y donde están presentes todos los países y por tanto, toda la agenda de los derechos de las mujeres. ¿qué estamos haciendo para difundir esta plataforma?