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26.12.2024 /Cimac Noticias.com/ Ciudad de México .- Un tribunal francés dictó la pena máxima de 20 años de prisión a Dominique Pelicot, acusado de medicar durante una década a su esposa Gisele, para después, reclutar por internet a hombres desconocidos con el objeto de que la violentaran sexualmente y producir contenido pornográfico.
El caso ha durado casi 4 meses y desde entonces, el rostro de Gisèle se ha convertido en una de las banderas feministas más poderosas en Francia y el mundo bajo el lema: «Que la vergüenza cambie de bando», frase dicha por ella cuando pidió que el juicio contra su exesposo fuese público, así como su rostro que había permanecido en anonimato en un inicio.
Por si mismo, el hecho resulta en un parteaguas a nivel global al encontrar culpables a los 50 hombres que violaron a Gisèle; el caso (documentado) de abuso sexual más grande de Francia. Que, si bien ha incitado a toda una revolución y ella ha declarado sentir paz por haber obtenido punibilidad sobre sus agresores, pero los años de cárcel fueron reducidos en prácticamente todos ellos.
Por ejemplo, algunos de los violadores recibieron una sentencia de apenas 3 años de prisión, a pesar de que la defensa de Gisèle pretendía alcanzar, una mínima de 7 años de prisión. El caso ha estremecido al mundo entero, pero también, vislumbra la manera en que opera la colusión entre agresores sexuales y la crudeza de saber que los violadores eran vecinos, amigos de la familia, periodistas, oficinistas y padres; el caso Pelicot, es un recordatorio de que el pacto patriarcal es una realidad allá afuera.
La resistencia de Gisèle ha venido a cambiar el paradigma y su nombre, pasará a la historia. Por ello, estos son 4 puntos esenciales de los movimientos, denuncias y recordatorios que deben colocarse al foco sobre el caso Pelicot.
Gisèle y el levantamiento de las mujeres
¿De dónde surgió este levantamiento feminista y cómo Gisèle pasó a convertirse en un icono? Probablemente, uno de los asuntos principales sobre el caso es cómo Gisèle transitó de la figura de una adulta mayor abusada a ser bandera de representación y lucha contra la revictimización; esto no se trató tanto de un caso de tristeza y dolor, sino de rabia y valentía.
Hoy su rostro está en diversos murales de Francia, la frase «que la vergüenza cambie de bando» está presente como una consigna feminista francesa y también, hubo un movimiento que intentó convertirla en la mujer del año 2024.
De acuerdo con EFE, el 80% de los casos de violencia sexual que suceden en Francia no son denunciados; las mujeres optan por no proceder legalmente y cargan consigo historias hórridas de violación. Por ello, el hecho de que Gisèle decidiera hacer público el caso y dar la cara se convirtió en un hecho histórico.
Gisèle renunció a su privacidad; donde sea que la miren sabrán que se trata de ella, pero fue precisamente este acto de resistencia lo que dio un giro al paradigma; la reconocerán a donde vaya, pero no más como una víctima, sino como un símbolo contra el abuso sexual.
Gisèle ha referido que el motivo por el que decidió abandonar el anonimato fue para recordarle a otras mujeres que deben renunciar, es decir, que para cambiar la realidad del abuso sexual, la vergüenza debe ser una pena para los agresores y no para las víctimas; se trató de una «hermandad» por las mujeres, como dice la feminista Anna Toumazoff para la BBC.
Así, las mujeres entretejieron redes para sostenerla; la esperaron durante todas las audiencias, la recibían con flores y cantos feministas. Lo vivido con el caso Pelicot, más allá del dolor, pasará a la historia como un episodio de sororidad.
Pacto patriarcal; Dominique y Jean Pierre
Su nombre es Jean Pierre Marechal, es amigo cercano de Dominique Pelicot; hoy, enfrenta una pena de 12 años de prisión.
Resulta urgente nombrar este vínculo de amistad, porque es evidencia palpable de la depravación del pacto patriarcal. Jean Pierre, movido por las acciones de Dominique, decidió seguir sus pasos y actuar de la misma manera con su propia esposa.
Jean Pierre era cliente frecuente de la red de abuso sexual de Dominique y abusó de Gisèle de forma reiterada, por ello, siguió al pie de la letra las indicaciones de Dominique para ejercer el mismo tipo de violencia; comenzó a drogar con medicamentos a su esposa e invitar a desconocidos a violarla para producir contenido en video.
Entre los violadores de la señora Marechal está el propio Dominique, quien se convirtió en el «maestro» de Jean Pierre. A pesar de la torcida relación y de la clara culpabilidad de Jean Pierre, recibió apenas 12 años de prisión, a pesar de que la defensa de Gisèle buscaba una mínima de 17 años de pena.
¿Y de dónde surgió este plan tan detallado de Pelicot?: De otro hombre.
Durante las audiencias, Pelicot refirió que el detonante de los hechos surgió hace más de una década, cuando navegando por internet, se encontró con un foro de discusión y en él, un hombre, presuntamente enfermero compartía fotos de su esposa inconsciente y videos de ella siendo violada.
El hecho, hizo dudar a Pelicot, pero no por mucho tiempo, pues poco después, contactó en línea con ese agresor quien le dio las instrucciones detalladas; los medicamentos, los foros donde podía difundir las fotos y los contactos suficientes para que hiciera lo mismo con Gisèle.
En un principio, Pelicot era quien violaba a su esposo, pero después, cedió y comenzó a difundir invitaciones en los espacios de internet que le había referido el otro agresor: «Modo violación», pregonaba Pelicot en los chats y redes. De esta manera, más de 70 hombres violaron de ella durante más de una década; 21 hombres no han sido aprehendidos.
Asimismo, Dominique Pelicot fue encontrado culpable, no sólo de los delitos cometidos contra su esposa, sino también, de tomar fotografías de corte sexual de su hija cuando ésta era niña, tomar fotografías no consencuadas de sus dos nueras, Aurore y Celine, así como de violar a la esposa de Jean Pierre.
Y es que, se debe recordar que Dominique no sólo era un agresor sexual, sino también, un acosador en espacios públicos que fotografiaba a mujeres por debajo de la falda y a quienes los mismos policías no tomaban con mayor seriedad.
Quebrar todo y empezar de nuevo
La BBC documenta que, a pesar de que Gisèle se muestra visiblemente lastimada por todo lo que implica la violencia sexual y el final de un largo matrimonio con Dominique, también es cierto que ha mostrado una poderosa resiliencia gracias a la red de mujeres que han estado presentes acompañando el caso.
La mujer preparó sus maletas y se mudó lejos, del poblado donde vivió con Dominique y sus agresores. Agilizó el divorcio y también, ha comenzado a firmar documentos con su apellido de soltera, sin embargo, en muchos otros espacios -como en las audiencias- se siguió refiriendo a si misma como Pelicot, pues ha explicado que desea que sus nietos se sientan orgullosos de ella; no quiere que su familia sea relacionada con Dominique, pero sí con la poderosa Gisèle Pelicot.
Toma terapias, rechaza todo medicamento y ha encontrado refugio acompañada de su hija -víctima de Dominique-, el poder que ha emergido de Gisèle para seguir de pie, se demuestra en su discurso al final de la sentencia imputada a Dominique, donde refirió haber encontrado la motivación de levantarse todos los días y asistir a las audiencias gracias a las muestras de apoyo.
«Tengo confianza ahora en nuestra capacidad de afrontar colectivamente un futuro en el que todos, mujeres y hombres, podamos vivir en armonía y comprensión mutua».
Violencia sexual tumultuaria: Mirar otras realidades fuera de Europa
Gisèle ha agradecido a sus abogados por la sentencia, pero también, nombró a todas las víctimas anónimas que han vivido situaciones similares y que no consolidaron la justicia. Y es precisamente en estas palabras de Gisèle, donde debemos frenar para mirar a otros espacios fuera de Europa, donde la violencia sexual tumultuaria está, hoy por hoy, vigente y profundamente arraigado en países como la India.
Conocer el caso Pelicot, es también reconocer un problema estructural que se gesta alrededor del mundo en total impunidad; Dominique y media centena de hombres recibieron una sentencia, pero esta no es una realidad universal, sino una excepcional victoria.
Este 2024 una doctora en la India fue violentada sexualmente por diversos hombres al interior del Hospital de Calcuta donde laboraba; este nosocomio pertenece a la Facultad de Medicina RG Kar, es uno de los más antiguos de todo el país y también, uno donde las jornadas laborales son las más extenuantes por el flujo de pacientes que ingresa diariamente a la institución y el desabasto de personal médico.
Presuntamente, la doctora de 31 años habría entrado a una habitación para tomar sus respectivas horas de sueño durante la madrugada, cuando un grupo de hombres irrumpió en el cuarto y la violaron; las lesiones, heridas internas y golpes provocaron la muerte de la mujer quien fue encontrada sin vida al amanecer. Los videos de la violación tumultuaria existen y durante días, fue el contenido pornográfico más buscado en la India.
Sobre este caso, sólo existe un presunto implicado quien no ha sido sentenciado y tampoco hay más rastro del grupo de hombres que agredió y cometió feminicidio en contra de la doctora.
Este hecho estremeció al país en agosto de este año produciendo una serie de movimientos y protestas en Delhi que terminaron siendo reprimidas por los cuerpos policiacos. Cuando parecía que las protestas habían dejado de tomar fuerza a lo largo de estos siete días por la inacción de las autoridades y la represión, el movimiento se reavivó este fin de semana con más potencia luego de darse a conocer el abuso sexual de dos niñas al interior de un colegio de la capital.
El último pronunciamiento del jefe de gobierno de Maharashtra, Eknath Shinde es guardar la calma y ha pedido a las doctoras tener paciencia y protegerse; poner seguro en las puertas, dormir sólo en ciertos espacios a determinada hora y permanecer alerta son las únicas herramientas que el gobierno de la India les ha dado a las mujeres quienes hoy, temen a las agresiones sexuales colectivas que se agravan en este país, incluso, en contra de niñas y en cualquier espacio público.
En 2022, según AFP, cada día casi 90 mujeres son violentadas sexualmente, teniendo un registro anual de 31 mil 500 casos y la violencia sexual múltiple es una constante en el país; en 2021 un total de 33 hombres violaron a una adolescente de 15 años por un periodo de 8 meses.
En 2021 una niña perdió la vida luego de haber sido abusada sexualmente entre un grupo de hombres, entre ellos, un sacerdote; ese mismo año una mujer fue violada entre varios hombres cuando viajaban en un autobús y en 2012, aconteció la misma historia, cuando una adolescente viajaba en transporte público con dirección a su escuela y fue víctima de violación sexual entre un grupo de hombres que viajaban en el minibús.
Conmemorar la histórica sentencia en contra de Dominique Pelicot y los 50 agresores es una victoria que nadie puede arrancar, pero también, esboza la articulación de la violencia patriarcal y abre ventana para entender que este caso no es extraordinario, sino más bien, una dolorosa realidad que se continúa reproduciendo en total impunidad; sobrevivir, tener un juicio y acceder a la justicia es un asunto que el patriarcado ha manejado como un privilegio.