**Sin tacto
/ Por Sergio González Levet /
Cayó en mis manos un libro (bueno, es un decir, porque en realidad fue un archivo digital) del siquiatra judío-holandés Joost Meerloo (1903-1976), cuyo título es La violación de la mente (The Rape of the Mind, originalmente en inglés).
Esta obra es un clásico que estudió las técnicas de lavado de cerebro de las masas y fue publicado en 1956. Tuvo una gran repercusión porque revelaba cómo se estaba utilizando la sicología de masas para convencer a la masa de las bondades de la guerra.
Wikipedia dice de ella que:
“Este libro recibió gran atención en parte porque trataba sobre aplicaciones totalitarias de técnicas de lavado de cerebro durante la Guerra de Corea. Explica cómo se hace el lavado de cerebro científico y argumenta que ‘casi nadie puede resistirse a eso’. Se sabe que el miedo y la presión continua crean una hipnosis menticida” (que es “la destrucción o socavamiento de la independencia mental de una persona para modificar sus creencias”). “La parte consciente de la personalidad ya no participa en las confesiones automáticas. El lavado de cerebro vive en trance, repitiendo el registro grabado por otra persona”.
Cualquier parecido que puedan encontrar la perspicaz lectora o el acucioso lector de lo asentado en las páginas de este libro con nuestra realidad, es mera coincidencia, porque en México tenemos un Presidente bueno y honesto -casi un profeta bíblico o coránico o talmúdico- que (no) miente, (no) roba y (no) traiciona a su pueblo.
Vea usted nomás:
“Al igual que sus contrapartes totalitarias, las sociedades democráticas están sujetas a las influencias insidiosas del control mental. Tales influencias rodean a los ciudadanos de las sociedades libres, ‘tanto a nivel político como no político, y se vuelven tan peligrosas para la forma de vida libre como lo son los mismos gobiernos totalitarios agresivos’. Las personas deben protegerse contra la intrusión progresiva en sus mentes por parte de la tecnología, la burocracia, los prejuicios y el engaño masivo.”
Pero revela mucho más:
“Mientras que el miedo prepara a la población para la mentira, el uso de la propaganda difunde desinformación y promueve la confusión con respecto a la fuente de las amenazas o la naturaleza de la crisis, ayudando a romper las mentes de las masas.
“El origen de la psicosis es siempre un grave problema” [inventado por el poder], “una amenaza tan peligrosa que suscita niveles de miedo y tensión social insostenibles. El gobierno fabrica este problema de forma oportunista, interviniendo sicológicamente en los individuos para inducir temor frente a un peligro inminente.
“Después agita ese problema utilizando un bombardeo propagandístico diseñado para confundir al individuo. Los medios de comunicación usados por el poder ofrecen información falsa, contradictoria o sin sentido, que lleva a un estado de confusión porque el individuo no puede abordarla de una manera racional o adaptativa, lo cual aumenta la susceptibilidad al miedo y la indignación.
“La lógica se puede enfrentar con la lógica, mientras que la ilógica no. Confunde a quienes piensan de forma correcta. Y mientras las personas todavía están buscando un contraargumento razonable a la primera mentira, los totalitarios pueden agredirlas con otra.”
¿Se va entendiendo mejor de que va la 4T?