*Académicos participaron en los Diálogos Intergeneracionales sobre la Trayectoria del IIH-S, con motivo del 50 aniversario del instituto.
*Solicitaron a las autoridades universitarias el establecimiento de protocolos que garanticen su seguridad.
Claudia Peralta Vázquez
Foto: Omar Portilla Palacios
13/05/2022, Xalapa, Ver.- Científicos del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S) de la Universidad Veracruzana (UV) externaron que como resultado de la violencia que prevalece en el país y de los embates del crimen organizado, el trabajo de campo que anteriormente realizaban sin mayor problema se ha recrudecido y vuelto insostenible, tanto para ellos como para los propios estudiantes.
El miércoles 11 de mayo, Víctor Manuel Andrade Guevara, Carlos Alberto Garrido de la Calleja, Bárbara Valdés Benítez y Guadalupe Vargas Montero participaron en la Mesa 4 “Las agendas de investigación y las demandas sociales” de los Diálogos Intergeneracionales sobre la Trayectoria del IIH-S, organizados en el marco de los festejos por el 50 aniversario de este instituto.
El investigador Ricardo Corzo Ramírez moderó este encuentro que tuvo lugar en el Auditorio “Gonzalo Aguirre Beltrán” del IIH-S y que fue transmitido en vivo por TeleUV.
Las preguntas vertidas para propiciar el diálogo entre los especialistas hicieron referencia a su trayectoria intelectual, vocaciones, el impacto de su labor en el entorno social, así como el estado que guardan las agendas más amplias dentro del proceso de investigación.
Desde 1980, Guadalupe Vargas ha trabajado directamente con comunidades y poblaciones indígenas desde una perspectiva histórica y antropológica, se ha interesado por el tema de las migraciones, la cultura y por el actuar de la gente a partir de sus cosmovisiones.
A esta labor que ha ido de lo local, regional y hasta lo global, se ha sumado el trabajo inter y multidisciplinario de literatos, lingüistas, geógrafos latinoamericanos y europeos.
Los movimientos globales, grandes cambios estructurales y fenómenos como la religión, la Santa Muerte y la espiritualidad del mundo occidental, también han formado parte de sus líneas de investigación.
En su intervención, lamentó la inseguridad que actualmente enfrentan los investigadores sociales al no poder adentrarse a las localidades y poblaciones indígenas, muchas de ellas dominadas por el crimen organizado.
Narró que fue en el periodo presidencial de Felipe Calderón Hinojosa cuando la violencia se recrudeció y la situación se volvió insostenible, tanto para ellos como para los propios estudiantes. Y en la actualidad las desapariciones forzadas están a la orden del día.
“Ya no se puede llevar a los jóvenes al campo porque podrían levantarlos”, dijo la investigadora y subrayó que la situación es terrible y no es fácil transitar así.
Víctor Manuel Andrade, quien ha tenido participación política en partidos de izquierda, movimientos sociales y ha fungido como asesor legislativo, se ha enfocado en estudios relacionados con la teoría de la globalización, la cultura de la legalidad a nivel estatal y municipal, la sociología del derecho y acceso a la justicia, y configuración del Poder Judicial en Veracruz, etcétera.
Expuso que con el ingreso de grupos del crimen organizado a la entidad veracruzana se ha agudizado el clima de violencia, complicando el trabajo de investigación desarrollado en las comunidades, situación que le ha tocado percibir en municipios del sur como Acayucan y Coatzacoalcos, y del norte como Papantla.
“Tenemos acumulados una serie de testimonios que nos darían la idea de otra dimensión, en las ciudades nos encontramos en una especie de burbuja y no alcanzamos a percibir el grado de descomposición y extrema violencia que viven las personas.”
Tan sólo, pobladores, periodistas y otros actores con quienes sostienen diálogos y entrevistas siempre solicitan el anonimato por el temor y miedo que los aqueja.
Desde el punto de vista metodológico, el estudio de estos fenómenos tiene que ser interdisciplinario, indicó. “Intervienen varias disciplinas en el estudio de estos procesos, está el asunto de tráfico de migrantes”.
Enseguida, Carlos Alberto Garrido, investigador, académico y luchador social, expuso: “Lo vivido en los trabajos de campo nos da los elementos suficientes para proponer a las autoridades universitarias tener un papel fundamental ante la total indefensión en la que nos encontramos”.
Resaltó la necesidad de legislar al interior de la institución sobre estas formas de protección, pues la comunidad de académicos e investigadores se expone por la inquietud y sueño de contribuir a la transformación social a partir de sus estudios e investigaciones.
“Estamos ante una total indefensión universitaria, hay elementos suficientes para que esta administración rectoral pudiese hacer la diferencia y proponer un espacio de respeto y protección a sus académicos y universitarios.”
Sostuvo categóricamente la amenaza que representa para el alumnado el estudio del tema migratorio, ya que investigaciones han revelado la existencia de grupos oscuros en la migración infantil y de actores institucionales que forman parte de estas transacciones inhumanas.
Con siete años como investigadora del IIH-S, Bárbara Valdés, psicóloga de formación, decidió encauzar su actividad profesional hacia la psicología social, dimensiones del espacio rural, género en espacios rurales y feminismos emergentes.
Indicó que la labor de campo requiere de una visión etnográfica para comprender el contexto de la problemática que se presenta, de estrategias para generar la empatía y así llevar a cabo la investigación, y no imponer una agenda de trabajo.
De esta manera es fundamental el desarrollo de ejercicios participativos desde la perspectiva de la educación popular, entrevistas e historias de vida.