Por Marisa Babiano.
En el partido VOX se empeñan en decir que “la violencia no tiene género”, pero a estas alturas de la película ni el machismo, ni el fanatismo, ni “el fachismo” (que proviene de la suma de la ideología facha y la cultura machista), van a hacernos negar la evidencia. Basta con recurrir sólo un poco al diccionario y a las experiencias…
La violencia tiene género, gracias al ejercicio de poder machista y la mala baba, y a eso hay que añadir con que a menudo se suelen sumar algún trastorno psicológico, dependencias varias, ideologías fanáticas… careciéndose fundamentalmente de autocrontrol emocional.
El tema del cultivo de la inteligencia emocional es una asignatura pendiente en la especie humana, pero el poder económico está prefiriendo invertir en Inteligencia Artificial.
En nuestra cultura “macho-sexista” el lenguaje tiene género, así el insulto favorito hacia la mujer es: Puta. Dicho término tiene gran cantidad de sinónimos, de los que muy pocos tienen una similitud con el sexo masculino, pero que la gran mayoría no tienen una correspondencia igual, o incluso ninguna. Así, nos encontramos todos estos adjetivos: Puta, prostituta, zorra, fulana, perra, buscona, furcia, pupila, meretriz, ramera…
En masculino si existe PUTERO, en cambio no existe putera, lo que demuestra que quienes utilizan a las mujeres como objetos sexuales son los hombres, mientras hacen gala de su poder machista y económico, cuando no, lo justifican diciendo que es un trabajo como otro cualquiera, por eso hay tantos putos como putas…
Y como el pensamiento también tiene género, Mucus, la inteligencia mocarra esputa:
¡Qué mundo tan cojonudo
aplicando su ley del embudo!
Vivimos en estercoleros
llenos de “hijos puteros”.
Y mucho más que coñazo
es el cabronazo.