*ARTÍCULO NARANJA.
/ Por: ANA MIRIAM FERRAEZ CENTENO /
Una de las cualidades de las mujeres empresarias, gerentas, directivas, ejecutivas de alto mando y también, de todas aquellas que, aun empezando sus negocios, inician fortaleciendo la cultura empresarial y se erigen como emprendedoras, es que confían en sí mismas, se agrupan, son tenaces, se capacitan, se certifican, labran, cosechan y vencen barreras.
Sabemos que son muchos los techos y las vallas que todavía falta derribar, como las de los prejuicios, las desigualdades, las disparidades y exclusiones, sólo por ser mujeres y tener brillantez y habilidad para ser triunfadoras.
La cuestión no es diferente para ninguna. En el sector público, como en el privado; en la política, como en el empresariado, en todo espacio de acción, las mujeres estamos luchando por lo mismo: Por la garantía materializada en la vida, de nuestros Derechos Humanos, por nuestro empoderamiento, por la Igualdad sustantiva y contra las violencias y las discriminaciones.
Pero cuando las mujeres, sin distinción de perfiles profesionales, vocaciones y actividad, nos reunimos para analizar, debatir y proponer en consenso, una se puede reactivar de motivación, energía y hermandad, para seguir trabajando, no importando el ámbito de labor, sino la convicción igualitaria y el servicio como misión, para que las mujeres, jóvenes y niñas, hoy puedan gozar de un mundo que cambia y adopta la Perspectiva de Género y la Paridad en Todo, como pilares del desarrollo integral y sostenible; de la justicia, del crecimiento y de la calidad de vida con dignidad sí, y también, calidad de vida con logros y avances, en plena libertad.
Veamos la radiografía del sector empresarial femenino. En México, el 26% de las mujeres trabajadoras son emprendedoras y de ese universo, el 82% se encuentra en la informalidad. Acorde al INEGI 2022, el 36.6% de los micro, pequeños y medianos negocios son encabezados por mujeres, que concentran 9.9% de las remuneraciones, aunque el 78% de las Mipymes lideradas por mujeres y el 4% de sus remuneraciones, se encuentran en la informalidad.
En Veracruz, estamos conscientes, sólo el 19% de nuestras empresas, en mayoría micro negocios, están encabezados por mujeres y de ese porcentaje, casi el 75%, registró pérdidas, cierres, despidos e ingresó a la economía informal, a causa de la contingencia sanitaria.
Cifras y registros que nos significan un gran reto y que, a causa de la pandemia y del confinamiento, la economía regional y estatal, las economías de las familias y los negocios y empresas han sido impactados severamente a en los últimos dos años.
Sin embargo, las crisis, también son oportunidades y los desafíos, nos hacen más fuertes como sociedad y, a las mujeres unidas, trabajando en diversos espacios, nos convierten en ciudadanas casi invencibles.
Por ejemplo: Es cierto que el liderazgo empresarial de las mujeres, mejora significativamente el desempeño y que, aquellas empresas que incorporan políticas con Perspectiva de Género, en más del 57%, incrementan sus beneficios, porque las mujeres empresarias reinyectan el 70% de ganancias, en sus comunidades y familias.
Además, coincido en que las mujeres contribuyen al robustecimiento de la cultura empresarial, con una serie de aptitudes transversales como la planificación, innovación, creatividad, sororidad, gestión, liderazgo, talento y motivación personal, todo ello, como un círculo virtuoso de éxito colectivo.
Por esto, es fundamental, que sumemos fuerzas y propuestas para aprovechar, con inteligencia y horizonte de presente con futuro, este liderazgo con compromiso social del empresariado femenino en Veracruz y en México.
En este sentido, es fundamental que revisemos nuestra legislación vigente; que legisladoras, servidoras públicas, lideresas empresariales, consejos y cámaras de empresarias, nos reunamos, analicemos y consensemos, propuestas e iniciativas para mejorar, fortalecer y reimpulsar el desarrollo económico y empresarial con Perspectiva de Género en Veracruz, que hoy, representa una clave para volver a crecer desde los municipios y regiones.
Hemos de encontrar las mejores vías institucionales para generar más herramientas y expandir oportunidades de créditos, financiamientos, capacitación, no sólo para alcanzar la rentabilidad en las empresas encabezadas por mujeres, sino para generar el efecto dominó en el desarrollo regional, social y económico, tal como lo plantean diversos estudios especializados y, también, los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, que sé bien, son cimiento de alineación, con los propósitos y programas varios organismos empresariales a nivel estatal y nacional.
También, es sustancial que las empresas y negocios de las mujeres, consideren las recomendaciones de ONUMujeres que 2021, ha impulsado como estrategia para erradicar la violencia doméstica, delito que se disparó como efecto negativo de la pandemia.
De lo anterior, la organización internacional propone a las y los empleadores en empresas o negocios a mantener información actualizada a los departamentos de recursos humanos y a la dirección de la empresa, sobre la violencia contra las mujeres, sus riesgos, sus consecuencias y cómo la situación actual la ha exacerbado; a designar a una persona de contacto especial, dentro del área de recursos humanos que se dedique a atender los casos que se reporten dentro de la empresa.
Asimismo, la ONUMujeres sugiere que en cada empresa o negocio exista un equipo capacitado que oriente y de seguimiento a las quejas sobre violencia contra las mujeres, a fin de poder canalizar a las víctimas, a las instituciones correspondientes.
También, recomienda adoptar medidas proactivas a través de comunicados a todo el personal, a fin de desafiar los estereotipos y los roles de género, la discriminación, la desigualdad y las masculinidades nocivas y de fomentar un comportamiento prosocial y maneras saludables de lidiar con situaciones de estrés.
La posibilidad de realizar las llamadas de emergencia, cuando una colega o empleada exprese o exista la sospecha de que su vida o la de sus hijos e hijas esté en peligro. Al tiempo de brindar los permisos laborales correspondientes para que las personas violentadas puedan atender los procesos de sus denuncias, cuando sea el caso, siempre con la discreción que asegure la integridad de sus vidas.
Creo que, con las empresarias organizadas de Veracruz, tenemos mucho trabajo por delante. Son grandes aliadas del impulso al desarrollo económico y también, del respeto y promoción de los Derechos Humanos de las Mujeres.
Estoy segura que podemos edificar en consensos y articulando esfuerzos, una nueva cultura empresarial, más paritaria, más igualitaria, de mayor corresponsabilidad social, donde las mujeres lideresas del sector productivo llevan la voz, a partir de sus experiencias y logros, como auténticas agentes del cambio de paradigmas, donde la ganancia, no sólo será la productividad y la competitividad, sino también la Igualdad, el reconocimiento, la visibilidad, el respeto, las libertades y el ejercicio pleno de nuestros Derechos, en un Veracruz más exitoso.
