/ Yamiri Rodríguez Madrid /
El fin de semana circuló como pólvora una nota de un medio de circulación nacional en el que se afirmaba que e n Veracruz deberán ser designadas candidatas a la gubernatura veracruzana. Aunque en el Instituto Nacional Electoral (INE) no hay tal información, eso movió el avispero, pues pone sobre la mesa, una vez más, eso de que el tema de las cuotas de género, en la mayoría de los partidos, es solo de dientes para afuera.
Lo anterior también nos hizo cuestionarnos qué ha pasado con las pocas mujeres que alguna vez buscaron la candidatura al gobierno de Veracruz y tristemente constatamos que prácticamente se diluyeron del escenario político.
Alba Leonila Méndez Herrera contendió, sin éxito, en 2016 abanderada por el Partido del Trabajo. Inició su carrera política en 1998 como regidora del Ayuntamiento de Atzalan. Aguerrida y vivaz, llegó en el 2000 como diputada federal Plurinominal a la LVIII Legislatura, abanderada por el PAN. Luego, de 2003 a 2005, fue secretaria técnica nacional del programa federal Oportunidades. En lo que pintaba a ser una carrera prometedora, en 2005 ganó la presidencia municipal de Atzalan.
En 2007 se fue al Congreso Local y, cuando esos temas no estaban en la agenda política como una prioridad, ella fue presidenta de la Comisión de Equidad, Género y Familia; representante del Poder Legislativo ante la Junta de Gobierno del Instituto Veracruzano de la Mujer y representante del Poder legislativo ante el Sistema para Prevenir,
Atender y Sancionar la Violencia hacia las Mujeres. En 2010 regresó a San Lázaro, ahora como subcoordinadora del grupo parlamentario del PAN. Luego, en 2013, se fue de secretaria general del Ayuntamiento de Teziutlán y luego buscó ser gobernadora, con el PT.
La votación que obtuvo fue de 49 mil 567, es decir, solo 1.62 por ciento. De ahí se fue a trabajar como asesora externa del presidente de la Mesa Directiva del Senado, un cargo perdido en la Secretaría de Bienestar y ahora, ese puesto chiquitito en Misantla.
En 2018, July Sheridan buscó la candidatura a la gubernatura abanderada por Nueva Alianza. La caída de su carrera política fue proporcional a su ascenso. Oriunda de Minatitlán, la arquitecta es dueña de un gimnasio; fue diputada local por Morena, pero ya en la curul, los dejó y se fue a Nueva Alianza. ¿El resultado? 36 mil 404 votos, el 0.96 por ciento de la votación total. Hoy nadie sabe qué más pasó con ella.
Gloria Sánchez Hernández fue, en 1986, candidata a la gubernatura de Veracruz del extinto Partido Mexicano Socialista. Hasta 2009 fue tomada en cuenta como precandidata a la diputación federal por Convergencia en el distrito X y, al Senado, llegó en 2018, supliendo a Rocío Nahle.
Esto nos regresa al punto inicial: la mayoría de los partidos no respaldan a sus mujeres, las dejan solas y, lo que es lo peor, con los cambios en la legislación, ni siquiera se preocupan en formar cuadros. Ahí se quedan estas dos historias para la reflexión.
@YamiriRodriguez