ES CURIOSO: ayer que los bolsonaristas irrumpieron en el Congreso de Brasil, de inmediato condenó la agresión el presidente de México. Pero en 2021, cuando los seguidores de Donald Trump hicieron exactamente lo mismo en el Capitolio, AMLO guardó sepulcral silencio. En aquella ocasión, el único funcionario mexicano que alzó la voz fue Lorenzo Córdova.
AMBOS SUCESOS fueron duros golpes a la democracia, protagonizados por fanáticos de un líder populista y con anhelos autoritarios. Pero para López Obrador, uno fue reprobable y el otro fue entendible. Es la ventaja de tener principios taaan flexibles.
Refiere Templo Mayor de Reforma