Las infancias de un México roto.

*Gente Como Uno.

/ Por: Mónica Garza /

Este México nuestro jamás deja de sorprendernos. Donde uno cree haber tocado fondo, aparecen nuevos abismos y siempre hay más abajo cuando de violencia se trata. Desde que fueron encontrados en Hermosillo, Sonora, en el predio de una carretera, con múltiples impactos de bala, los cuerpos de Margarita de 28 años y los de sus tres hijas, las gemelas de 11 años y la más chiquita de 9, quisiéramos pensar que ya nada será igual después de semejante escena de horror, pero no es así.

Las condiciones están dadas para que incluso pueda empeorar, como hemos visto en el pasado. Es doloroso escribirlo, pero es la verdad.

Hay que subrayar además, que las 4 mujeres no fueron localizadas por las autoridades, sino por las Buscadoras por la Paz, el colectivo de búsqueda de personas desaparecidas en Sonora, quienes luego de recibir una llamada anónima hicieron, una vez más, el trabajo que le corresponde a la autoridad.

El responsable es la pareja de Margarita, a quien hoy se investiga también por vínculos con el narcotráfico. Una historia que se repite una y mil veces en nuestro país.

Familiares y amigos despiden a unas pequeñas de 7 y 11 años, quienes perdieron la vida en medio de un fuego cruzado, en mayo, en Culiacán, Sinaloa.

Familiares y amigos despiden a unas pequeñas de 7 y 11 años, quienes perdieron la vida en medio de un fuego cruzado, en mayo, en Culiacán, Sinaloa. ı Foto: Cuartoscuro
Y de nuevo Sonora, donde el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio junto a otras organizaciones, han alertado en numerosas ocasiones sobre el aumento de violencia contra menores.

Sonora es una entidad que tiene Alerta de Violencia de Género en seis municipios, donde evidentemente el mecanismo no se ha atendido como corresponde.

Según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, entre 2018 y 2024 en México el homicidio doloso, incluyendo feminicidios y otros delitos contra la integridad física aumentaron 15.9%.

En el caso específico de las mujeres el aumento supera el 25%, más del doble que en el caso de los hombres. Los datos duros hablan con claridad de que la violencia en México se sigue ensañando con las mujeres.

En 15 estados han aumentado los asesinatos de mujeres menores de edad y en seis de ellos el aumento supera el 100%.

Los más alarmantes: Campeche (1,366.7%), Baja California Sur (412.5%), Ciudad de México (364.7%), Morelos (325%), Quintana Roo (233.3%) y Nuevo León (136.4%).

Según Save The Children entre 2021 y 2022 fueron asesinados dos mil 450 menores, es decir, un promedio de siete al día y en ese mismo periodo desaparecieron 14 menores cada 24 horas, según reporta la Red por Derechos de la Infancia (REDIM).

La violencia sexual contra menores es nuestra otra gran tragedia. México registra la tasa más alta entre los países de la OCDE, con 22 mil 410 casos en 2021.

Aquí sólo 10 de cada mil de esas denuncias llegan a juicio y sólo una consigue condena; en 2020 según la Secretaría de Salud, 27 mil 526 personas de entre 1 y 17 años fueron atendidas en hospitales, víctimas de violencia familiar o no familiar.

El embarazo infantil y adolescente es otro drama en México. El censo 2020 del Inegi arrojó que 153 mil mujeres de 12 a 17 años eran madres. La tasa de embarazo infantil se elevó de 2.71 a 2.81 por cada mil niñas entre 2015 y 2022. Es la peor cara de la violencia infantil.

A todo lo anterior hay que sumar el reclutamiento. La organización Reinserta estima que unos 35 mil niños y adolescentes han sido cooptados por grupos criminales y hay al menos otros 150 mil en riesgo.

Antes del feminicidio múltiple en Sonora, otros muchos casos estremecieron a México. Siempre pensamos que a partir de ahí algo cambiaría, pero…

En mayo pasado unas pequeñas, de 7 y 11 años, murieron en el fuego cruzado entre militares y presuntos delincuentes.

Este año en Jalisco, un adolescente de 16 años y su madre, fueron acribillados y golpeados con martillo hasta la muerte, y la hija menor, de sólo nueve años, quedó herida con traumatismo severo.

El asesino fue la expareja de la madre, que en 2004 fue condenado a 24 años de cárcel por otro homicidio. Cumplió 16 años de su condena y al ser puesto en libertad, cometió este último crimen en marzo de 2025.

Es el más crudo ejemplo de las fallas institucionales, de investigación y prisión preventiva.

De octubre de 2024 a mayo pasado, fueron asesinados en México 734 menores, según datos del SESNSP. En promedio, una niña o niño, cada ocho horas.

Las pruebas están ahí a la vista, para la “revisión” anunciada en el Palacio, como otra simulación indolente, de un movimiento que en materia de infancias sólo va de reversa.