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/Por Maira Melisa Guerra Pulido*/
La participación de las mujeres en las disciplinas conocidas como STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) refleja importantes brechas de desigualdad de género. A pesar de los avances en algunas áreas, su acceso a estas profesiones es desigual.
Según la Unesco, sólo 33.3% de las personas investigadoras a nivel global en carreras STEM son mujeres, y apenas 35% del estudiantado en estas disciplinas son de género femenino. En México, al cierre de 2021, únicamente 13.5% de las mujeres que accedieron a la educación superior optaron por una carrera en este campo.
Además, se observa una discriminación tanto vertical como horizontal. Por ejemplo, de cada 100 pesos que gana un hombre en posiciones STEM, su par mujer recibe solo 82. Este desbalance no sólo refleja una injusticia económica, sino también una subrepresentación de las mujeres en roles de liderazgo y toma de decisiones.
La integración de mujeres en el ámbito STEM es crucial, no sólo por los beneficios individuales que pueden obtener, sino también por el impacto positivo que tendría en el sector. Un entorno diverso propicia una gama más amplia de perspectivas y soluciones innovadoras, lo que es esencial para enfrentar los desafíos contemporáneos y futuros en ciencia y tecnología. Incluir a mujeres en el desarrollo de productos y soluciones garantiza que diversas necesidades sociales sean atendidas, promoviendo una innovación más inclusiva.
Para lograr una mayor participación de niñas y adolescentes en el ámbito STEM es necesario implementar un sistema integral que aborde varios aspectos. Esto incluye trabajar desde la autoestima y la autopercepción de las niñas, así como eliminar la discriminación y los sesgos asociados a estas áreas. La falta de representación femenina en STEM afecta las expectativas y aspiraciones de las jóvenes, por lo que es fundamental contar con modelos a seguir que puedan inspirarlas. Programas de mentoría y redes de apoyo pueden jugar un papel vital en la promoción del interés y la permanencia de jóvenes en estas disciplinas.
Las brechas de género en STEM deben ser combatidas desde distintos ámbitos. En primer lugar, el entorno familiar a menudo es el primer obstáculo que limita a las mujeres. Las expectativas y roles tradicionales asignados a las niñas pueden desincentivar su interés por estas disciplinas. Además, es fundamental abordar las barreras estructurales que dificultan el acceso de las mujeres a igualdad de oportunidades en comparación con sus pares masculinos. Las políticas públicas, como programas de becas, incentivos fiscales para empresas que contraten mujeres y campañas de sensibilización, son algunas de las herramientas necesarias para abordar esta problemática.
Consolidar una espiral virtuosa que fomente la inclusión de más mujeres en STEM no sólo visibiliza su contribución, sino que también crea un ambiente propicio para su desarrollo profesional. Esto, a su vez, incentiva a más mujeres a ingresar y prosperar en estos campos, contribuyendo a un ciclo de empoderamiento y éxito. La creación de espacios donde las mujeres puedan expresar sus ideas y ser escuchadas es fundamental para generar un cambio significativo.
Estos esfuerzos son pasos esenciales para alcanzar la igualdad de género en todos los ámbitos de la vida social. La lucha por la inclusión de mujeres en STEM es una parte fundamental del compromiso compartido hacia una sociedad más igualitaria. Este desafío concierne a todas las personas y requiere la colaboración de gobiernos, instituciones educativas, empresas y sociedad civil para que se materialice, asegurando un futuro en el que las mujeres tengan el mismo acceso y oportunidades en campos científicos y tecnológicos.
*Politóloga, feminista, activista menstrual