¡Leona Vicario: La insurgente que desafió el patriarcado y forjó matria

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14.09.2025 México.- En la historia oficial de México, los nombres de los héroes suelen resonar con estruendo masculino. Sin embargo, entre los ecos de la Independencia, emerge una voz firme, inteligente y decidida: la de Leona Vicario, reconocida como la “Madre de la Patria”. Su legado, más allá de los libros de texto, representa una ruptura radical con los moldes impuestos a las mujeres de su época. Desde una perspectiva feminista, su vida es testimonio de resistencia, agencia política y emancipación intelectual.

Educación como acto de rebeldía

Nacida en 1789, año de la Revolución Francesa, Leona Vicario creció en una sociedad novohispana profundamente patriarcal. A pesar de ello, accedió a una formación en Bellas Artes y Ciencias, privilegio reservado a muy pocas mujeres. Esta educación no solo le permitió desarrollar pensamiento crítico, sino que la convirtió en una de las primeras periodistas mexicanas, colaborando en publicaciones como *El Semanario Patriótico Americano* y *El Ilustrador Americano*. En un contexto donde la voz femenina era silenciada, Leona escribió, opinó y denunció.

Espía, financiadora y estratega

Leona no fue una figura decorativa en la insurgencia. Fue espía, informante, financiadora y miembro activa del grupo secreto *Los Guadalupes*. Desde la Ciudad de México, proporcionó recursos, inteligencia y contactos a los insurgentes, arriesgando su fortuna y su libertad. Su papel no fue el de acompañante, sino el de protagonista. Cuando fue encarcelada por la Inquisición en 1813, se negó a delatar a sus compañeros, enfrentando con dignidad el aparato represivo colonial.

Feminismo antes del feminismo

Aunque el término “feminismo” no existía como movimiento articulado en su tiempo, Leona Vicario encarnó sus principios. Desafió el mandato de obediencia femenina, rechazó el indulto que le ofrecía el virreinato a cambio de sumisión, y eligió la lucha armada junto a José María Morelos. Su vida demuestra que la liberación femenina no es una invención moderna, sino una constante histórica que ha sido invisibilizada.

Como señaló la escritora Alejandra Atala, Leona Vicario “se forjó a sí misma en una época en que la mujer fungía como satélite del hombre”. Su biografía nos obliga a repensar el relato nacional desde una perspectiva de género, reconociendo que la independencia no fue solo obra de caudillos, sino también de mujeres que desafiaron el orden establecido.

Legado y reivindicación

Durante décadas, Leona Vicario fue reducida al papel de “esposa de Andrés Quintana Roo”. Solo recientemente ha sido reivindicada como figura autónoma, pensadora y estratega. En 2020, el gobierno mexicano la nombró “Benemérita Madre de la Patria”, un gesto simbólico que, aunque tardío, marca un punto de inflexión en la memoria histórica.

Desde una mirada feminista, su historia no solo debe contarse, sino analizarse como parte de una genealogía de mujeres que han desafiado el poder, la ley y la costumbre.

Leona Vicario no fue una excepción: fue una precursora.

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Relecturas oficiales: del símbolo patrio a la mujer pensante

En los últimos años, el Estado mexicano ha impulsado una revalorización de Leona Vicario como figura central en la historia de la Independencia. En 2020, el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM) publicó una biografía ilustrada dirigida a niñas y niños, en la que se destaca su carácter independiente, su afición por la lectura y su participación activa en la insurgencia. Esta edición busca humanizarla y presentarla como modelo de pensamiento crítico y autonomía femenina desde la infancia.

Además, el Senado y otras instituciones han promovido textos como *Leona Vicario: Mujer, fuerza y compromiso en la Independencia de México*, que la sitúan junto a otras mujeres insurgentes, visibilizando su papel estratégico y su resistencia frente al aparato colonial. Esta narrativa rompe con la visión romántica que la reducía a “la esposa de Quintana Roo” y la coloca como protagonista política.

Vindicación desde su propia voz

Uno de los documentos más poderosos en esta resignificación es la carta que Leona Vicario escribió en 1831 al político Lucas Alamán, publicada en *El Federalista Mexicano*. En ella, Vicario refuta la idea de que su participación insurgente fue motivada por amor, y exige que se reconozca su acción como resultado de convicción patriótica y política. “Mi memoria no pase a mis nietos con la fea nota de haber yo sido una atronada que abandoné mi casa por seguir a un amante”, escribió con firmeza.

Este texto ha sido recuperado por historiadoras feministas como prueba de que Leona Vicario fue consciente de la manipulación de su imagen y luchó por preservar su legado como mujer pensante y patriota. Su vindicación es hoy un manifiesto de autonomía femenina en tiempos donde la voz de las mujeres era sistemáticamente deslegitimada.

Narrativas escolares: ¿avance o simplificación?

Aunque los libros de texto actuales han comenzado a incluir a Leona Vicario como figura clave, muchas veces su historia se presenta de forma simplificada, destacando su rol como “madre de la patria” sin profundizar en su pensamiento político, su labor como periodista o su papel en redes insurgentes. La narrativa oficial ha avanzado en visibilizarla, pero aún queda camino por recorrer para que su figura se enseñe con toda su complejidad.

Desde una perspectiva crítica, es necesario que los materiales educativos incluyan sus escritos, su participación en medios impresos y su confrontación con figuras políticas de su tiempo.

Solo así se podrá construir una memoria histórica que reconozca a las mujeres no como acompañantes, sino como constructoras de nación.

*“Este texto e imagen fue desarrollado con apoyo de herramientas de inteligencia artificial, bajo supervisión editorial propia.”