Les cuento una cosa…

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/ Livia Diaz /

En el IMSS de Lomas del Estadio, vi al director de día o de noche, a cualquier hora recorriendo, asistiendo apoyando, preguntando. El sistema está del cocol, es obsoleto, pero también tiene que ver con el personal, demasiado consentido y acostumbrado a hacer lo que se le viene, o con demasiado poder. Citó un ejemplo. Más de una persona me dijo que los tienen emplazados los urólogos, que van a renunciar en diciembre.

En lo personal ví que un vigilante, nadamás por sus polainas no dejó que mi hijo metiera un jabón y tampoco agua. Así que los dejó allí en su mesita. Cuando salió le dijo que agua no dejan pasar porque no saben si es caña o vodka. El jabón no apareció.

En cuanto a la operación, ví que los médicos le dejan todo a los residentes y los mismos que ya todos sabemos no sospechamos son casi esclavos sin vida ni salario y a veces sin alimentos, no son supervisados. Pero ahora cualquier especialista está obligado a dar consulta no importando como antes a quien perteneces. Esto tuvo como consecuencia que el cirujano que me atendió en consulta externa no quisiera tratarme y por lo que tuve que ingresar a urgencias y por lo que tuve que estar allí tres días.

En esencia esto es genial e ideal, que cualquier especialista te trate, al final tienen tu expediente, pero… No tenían mi expediente. No sé por qué razón, no le habían llevado esos documentos al médico que dicho sea de paso pudo ver esto en línea porque ahora casi todo está en su net, pero no quiso, me remitió con el jefe y el jefe me dijo vete a urgencias. Los médicos allí encontraron justificado atenderme de cabo a rabo, lo agradezco.

A veces no tenemos ni idea de que necesitamos. El urgenciólogo me hidrató, se preocupó las posibles bacterias que tenía en la cicatriz de la cirugía en que antes el cirujano había dicho que había infección y ahí fue en donde la puerca torció el rabo. Para turnarme a el tratamiento hospitalario, allí sí volví a ser paciente del médico que originalmente debió verme. Inicialmente pensé que me habían cambiado de médico por error de la asistente, lo que condujo a toda esta cadena de soluciones. Pero él mismo me dijo que ahora se hacen las cosas así.

En el hospital pude ver otras cosas. Con los residentes, si la riegan, si los regañan y castigan, como si se pudieran adivinarlo todo.

Un poco frenéticos, entre ellos intentan amortiguar el madraz0, pocas veces lo consiguen. En cambio los médicos internos son semidioses de tiempo completo y no tienen ni un lugar cómodo en donde descansar, las áreas comunes están siempre llenas.

He vivido que por tercera vez me receten el mismo medicamento al que soy alérgica y cuando lo comenté a las enfermeras y a los propios médicos me dijeron estás palabras “”si lo creo”. De modo de reconocer que esto sucede. ¿Y es por el exceso de la carga de trabajo de todos o porque alguien no hace bien su trabajo?

La segunda vez que pasó metí mi queja en la CEDH que la turnó a la CNDH y dos años después me llegó una carta en la que le dicen que no harán nada ya que no encontraron justificada mi queja, así que está vez sólo pude hacer un berrinche y después reir porque tampoco es para más, de tanto asedio una determina con resignación vivir feliz y no en amargura. Y como dicen en la huasteca “mejor pasar”.

Después de que me dieron el alta tardamos muchas horas intentando que nos dieran las demás medicinas pero no habían, a la tercera vuelta el médico se dió por vencido de tanto cambio de recetas y me mandó con el director, que, como he dicho, no es difícil encontrar trabajando y recorriendo el nosocomio y quién me extendió otra receta, me repuso el alta y ya pudimos salir de allí. Bastante cansados y hambrientos, pero pensando muchas cosas porque desgraciadamente he visto que quien entra al hospital está piense y piense en su salud, mientras todos en su casa, en que salgan bien las cosas, y el personal en hacer lo que más pueden, pero hay otros que actúan como bien pueden sin esforzarse demasiado y que si no les funciona, dejan que otro viva las consecuencias.

Por ejemplo además del cardex en donde dice tus alergias arriba de tu cabeza hay un papel con tu tipo de sangre y a pesar de estar diciendo al personal que la mía no es la que allí decía, nunca fue corregido. Y vaya que se nota porque lo ponen en mayúsculas y con color rojo. Vaya que con la piel delgada, y con ganas de fregar son muchos detalles, ¿Pero se imaginan el conjunto, y de tanta queja y exigencia? Enseguida te etiquetan, pero también soy testigo de que sólo cuando me quejé, otros pacientes empezaron por lo menos a hacer preguntas sobre sus propios problemas. No me quedaron mucho a deber porque como casi siempre anoto con gran amor y admiración todo lo que el estado está haciendo para cambiar las cosas y de verdad hay ejércitos de personal de varios equipos manteniendo esa institución que debiera relucir como lo mejor en el estado de Veracruz y tiene todo, porque tiene todo planteado, porque como ya estuve en ese hotel de 5 estrellas varias veces y soy reportera hace casi 4 décadas, me doy cuenta de cómo se han esforzado en sus baños, en sus camas, quirófanos, etcétera, pero que sólo sabe Dios, por qué, no cuaja.

Livia informa