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21.04.2025 /CimacNoticias.com/ Ciudad de México.- «Keren está muy contenta, está con mucha alegría de volver finalmente, luego de 9 años con su familia, con su hija, a recuperar su proyecto de vida que le fue arrebatado de forma injusta», dice Ivette Galván, coordinadora del área de defensa del Centro Prodh en entrevista con Cimacnoticias.
Tras una batalla legal de casi una década y la representación del Centro Prodh desde hace un par de años, Keren Ordóñez logró su libertad el día de ayer a las 11:30 de la mañana, junto a ella, la defensora Ivette Galván quien ha sido una de las espadas clave para defender a Keren y enfrentar las ineficiencias del sistema penal tlaxcalteca.
La liberación es, según el adjetivo de Ivette «inaudita», pues la sentencia absolutoria es única en su tipo. Es la primera vez, desde 2018, que se logra la liberación de una persona; se revocó su sentencia dictada por el delito de secuestro agravado, pasando así, de un sentido condenatorio, a uno absolutorio.
No hay hombre, ni mujer en nuestro país que haya obtenido una sentencia así en todos estos años, por ello, para la defensora esto podría representar un paso histórico que construya un precedente por el bien comun. Y es que, la sentencia es expresa en definir que, en el caso de Keren, no existió ninguna perspectiva de género en la valoración y que, en añadidura, no existe prueba alguna que la señale como responsable del ilícito.
«Abre una brecha importante para otros casos de sobrevivientes de graves violaciones a los derechos humanos. Que otras mujeres y hombres puedan acceder a la justicia de esta forma», refiere Ivette.
Luego de casi 10 años privada de su libertad, Keren ya está en casa en compañía de su hija, su padre y su madre Ciria, esta última, considerada «el corazón de la lucha». Y es que, durante todo el proceso, Ciria fue la defensora más aguerrida por la verdad y mantuvo firme la convicción de que Keren sería liberada tarde o temprano, pues era inocente y no tenía nada de qué avergonzarse. Incluso, se le llegó a ver condenando al Tribunal Superior de Tlaxcala por discriminar a su hija a través del sexismo y el clasismo; señaló férreamente al órgano de sólo otorgar la libertad a las personas que tuvieran dinero y condenar de forma injusta a la población precarizada, a las mujeres y a las personas indígenas.
Nombrar la libertad de Keren, es también reconocer la lucha de su madre. Ivette Galván comparte que, la señora Ciria fue el timón de todo el proceso. Y recordó que, en nuetro país le debemos mucho a las madres que nunca claudican para que sus hijas e hijos obtengan justicia. Con el corazón en la mano, Ciria ha caminado todos estos años acompañando a su hija a la distancia, siempre teniendo una palabra de aliento para Keren, ella lo dice mucho «con la frente en alto porque sé que estoy diciendo la verdad; mi hija es inocente» y así fue.
«El corazón, lo más importante en este proceso es doña Ciria que con tanta dignidad buscó caminos para que su hija pueda estar hoy en casa. Ella es el valor más importante», dice Ivette.
Apuntes de la liberación de Keren y justicia no es restaurativa
Hasta hace unos meses, un juez de Tlaxcala reafirmó la sentencia condenatoria de Keren Ordóñez. Una pena de 50 años de prisión por el delito de secuestro agravado, misma, que fue duramente criticada por la falta de perspectiva de género y la pobre voluntad política para llevar el caso un paso más allá; uno donde Keren fuera juzgada de manera transparente, humana y sensible.
Ante este escenario que no parecía bueno, Ivette Galván explica que se logró la liberación de Keren luego de que se revocara esta sentencia condenatoria a través del recurso de apelación, misma, que señalaba a Keren como responsable del delito. A través del Centro Prodh, y gracias a la magistrada Mary Cruz Ornelas se logró una votación y por unanimidad donde los 3 magistrados que conforman la sala votaron a favor de la liberación inmediata de Keren.
¿El equipo de Centro Prodh esperaba este resultado?: Teníamos muy claro que existían elementos suficientes para sustentar esta sentencia, no vemos sorpresivo un fallo así porque existía material jurídico, de estandares internacionales y nacionales, pero sí, por lo que mencionaba, lo vemos con sorpresa porque es una sentencia inédita. Entonces, sí nos tomó con sorpresa, pero también con mucha esperanza de que los poderes judiciales puedan resolver así, que se cree un camino así en Tlaxcala para aquellas mujeres que viven circunstancias similares, sostiene Ivette Galván.
Y es que, en México el caso de Keren no es aislado, de hecho, las mujeres enfrentan una grave criminalización en los delitos que cometen, ello, recordando que es la población más grande privada de su libertad sin sentencia.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Población Privada de la Libertad (ENPOL) 2021, en nuestro país, mientras los hombres son detenidos después de los 30, las mujeres ingresan a centros penitenciarios entre sus 18 y 29 años de edad. Asimismo, 6 de cada 10, son madres de bebés o infancias. La mitad de este universo tiene de dos a tres hijas o hijos.
En materia de fabricación de delitos, aislamiento y violencia, el 64% refirió haber sido agredida al interior del Ministerio Público. Asimismo, al 39.2% se le amenazó con levantarle con un delito falso y el 45.8% fue incomunicada y aislada.
La situación de tortura, fabricación de delitos y una nula perspectiva de género en los procesos penales es una realidad que ha preocupado, incluso, a nivel internacional con el Comité contra la Tortura de Naciones Unidas que ha instado al Estado mexicano a atender esta emergencia pública.
El caso de Keren Ordoñez no es aislado, sino una tendencia que expone los fallos sistémicos y estructurales en contra de las mujeres; tal como pasó con el caso de Sanjuana Maldonado imputada por un falso delito de secuestro o el pobre actuar de las autoridades para liberar a Florencia Jovita quien cumplió una década en prisión por -igualmente. el delito de secuestro; fue puesta en libertad este 2025.
¿Qué está fallando en el sistema judicial?, ¿de qué nos hablan estos casos? En efecto, apunta Ivette Galván, el caso de Keren no es aislado y existe una tendencia clara a que las personas juzgadoras no tomen en cuenta valores determinantes a la hora de hacer su trabajo. Con esto, la defensora infiere un fallo estructural donde juezas y jueces no hacen uso de la perspectiva de género, pero tampoco, se les atraviesa atender otras violencias como el racismo, el sexismo, el clasismo, la discriminación, los contextos de pobreza, de violencia e incluso, de maternidad.
En un repaso breve, Galván recuerda el contexto que atravesaba a Keren cuando fue aprehendida -y posteriormente torturada-. Una mujer de 19 años quien tenía apenas 29 días de haber dado a luz a Ashley, su única hija. Había sobrevivido a un embarazo complejo que le exigió una césarea; atravesada por la pobreza y un contexto de vulnerabilidad que la hizo salir de casa y buscar al padre de su hija con el objetivo de que le diera algún recurso para costear los insumos de su bebé que tenía días de nacida; Keren salió de su hogar para buscar algo de dinero y comprar leche y pañales para Ashley.
Sin embargo, fue detenida junto a su bebé y acusada de haber participado en el presunto delito de secuestro agravado en contra de un hombre, mismo, que habitaba en otra entidad.
«También Ashley estuvo en calidad de detenida, esa es una cosa brutal, pasó mucho tiempo en el DIF y estuvo cerca de ser dada en adopción. Todo esto tuvo que tomarse en cuenta para que no fuera privada de su libertad.
El juzgador tuvo que tomar en cuenta todo esto para emitir una sentencia justa y eso es un pendiente todavía en los poderes judiciales ye sta sentencia nos habla de que sí se pueden hacer estos estudios como es su obligación, atender con perspectiva de género, puede apoyar a que otras mujeres recuperen su libertad.»
Keren ha obtenido su libertad pero, ¿la justicia es realmente restaurativa con ella y su familia?: Los casi 10 años que Keren estuvo privada de su libertad no se van a recuperar por nada. Fue un juicio injusto, pero también, escuchando a Keren y Ciria su madre, tienen mucha esperanza y fe en recuperar su proyecto de vida, es un paso importante la sentencia porque reconoce que Keren no es responsable de un delito, que siempre tuvo la razón y es un aliciente para que vuelva con su hija y poco a poco, que pueda rehacer su vida.