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/ Peniley Ramírez /
Una niña crece en una iglesia. El líder, siervo de Dios en la tierra para esa religión, abusa de su madre. Luego su madre la entrega para que el hijo del siervo de Dios abuse de ella. “El Apóstol no puede pecar. Nada de lo que hace el Apóstol es pecado”, dicen los postulados.
El nuevo apóstol tiene un grupo de fieles que eligen a las niñas. Las acicalan, las llevan con él. En este grupo está la madre del apóstol. A veces, estos fieles sostienen a las niñas para que el apóstol las viole. La violación es manual, vaginal, anal. Otras veces, las niñas deben tener sexo con otras personas para que el apóstol las vea. Crecen convencidas de que es una bendición que el apóstol las viole. “Servir al apóstol conduce a la salvación eterna”.
Si no aceptan o denuncian, las víctimas dejarán de ver a sus familias. “Dios castigará y condenará eternamente a cualquiera que dude del Apóstol”, les dicen a las niñas. “Abandonar la Iglesia significa perder el contacto con cualquier familiar o amigo que permanezca en la Iglesia”.
Ahora, al menos 11 de esas niñas y niños han hablado de lo que les ocurrió. Lo han hecho con fiscales de Nueva York que llevan años armando un caso criminal que se divulgó hace 10 días. La Fiscalía acusa al apóstol, Naasón Joaquín, su madre y cuatro fieles de la Iglesia La Luz del Mundo (LLDM) por ayudar a que ocurrieran los abusos y por encubrirlos. La Iglesia afirma que sufren persecución religiosa.
Aarón, el fundador de LLDM, violó a niñas de 1926 a 1964, dice la acusación. Sirvió de modelo para que su hijo Samuel violara niñas de 1964 a 2014. Y Naasón, nieto y actual apóstol, ha violado a niñas y niños en todo su mandato. En California, lo detuvieron en 2019 y se declaró culpable en un caso local por abusos sexuales con adultos y menores.
Ahora, la fiscalía de NY busca probar otros abusos a menores, tráfico sexual y delitos financieros. “Muchas de las víctimas de Aarón eran madres de niñas y mujeres abusadas por Samuel, y muchas de las víctimas de Samuel eran madres de niñas y mujeres abusadas por Naasón”, dice el expediente.
La nueva acusación dice que el apóstol y sus cómplices traficaron personas entre México y EU, obligaron a sus víctimas a contrabandear dinero. Estas debían viajar con Naasón “para que el Apóstol pudiera abusar de ellas cuando quisiera”, dice la fiscalía. Por instrucciones de Naasón, sus cómplices hacían videos y fotos de las violaciones. Luego, él los guardaba en su tableta y su teléfono. Ahora, la fiscalía decomisó tres iPads y siete iPhones, 12 memorias USB con más de 2.7 terabytes de información, tres discos duros, cuatro teléfonos Nokia, un CD y una computadora de escritorio con muchas pruebas.
Cuando detuvieron a Naasón en 2019, sus cómplices ocultaron otras. En la nueva acusación en NY se explica cómo lo hicieron. Quemaron computadoras, limpiaron casas y muebles con cloro, destruyeron documentos, presionaron a víctimas para firmar declaraciones falsas, encerraron a otras para que no declararan, las amedrentaron haciéndose pasar por abogados.
Una de esas víctimas fue Sochil Martin, quien lleva una década denunciando abusos en LLDM. Esta semana, Sochil y su esposo, Sharim Guzmán, me dijeron que llevan años hablando con el FBI y los fiscales de NY. Más de 20 víctimas han dado sus testimonios a los fiscales. Sochil y su esposo han contado cómo Naasón abusó de ella por años y cómo en la Iglesia los hostigaron, presionaron y alejaron de sus familias.
En México, Sochil denunció el caso desde 2019, pero la investigación no ha avanzado. Esta semana, Sheinbaum dijo que no sabe que haya pesquisas en el país. En un video, Sochil le respondió: “La falta de acciones por parte de su gobierno para atender estas graves injusticias ha sido evidente”. Añadió cuáles políticos de Morena son parte de la LLDM. Hay jueces, legisladores. Sochil mostró fotos de Sheinbaum con miembros de la Iglesia. “No estoy diciendo que Sheinbaum está en la red, pero que muestre que no va a proteger a estos depredadores”, me dijo.
Después de más de un año sin noticias, horas después de que publicó su video, buscaron a Sochil de la fiscalía mexicana. Le dijeron que van a seguir investigando. Sochil sabe que está en riesgo, pero quiere continuar. Por ella y por las demás. Porque muchas víctimas que aún viven en el miedo, en el trauma, atrapadas dentro de la Iglesia, no están en Estados Unidos. Están en México.