Lo acusaron con el rey .

Análisis Sin Frontera.

/ Ana María Salazar /

Molestó mucho al presidente de México que una madre “buscadora” lo “acusara” ante el rey de España: “Hubo una señora buscadora que fue premiada, porque van a acusarme allá con el rey de España. Con el único que no me van a acusar es con el papa Francisco, o a lo mejor van y no les hace caso el papa Francisco porque es el dirigente político religioso que más admiro, porque es consecuente”, aseguró Andrés Manuel López Obrador.

Y es que el rey Felipe entregó el IX Premio de Derechos Humanos Rey de España a María Guadalupe Aguilar, fundadora del Colectivo de Familiares por Nuestros Desaparecidos, y esto molestó al presidente. Mejor dicho, se enfureció, ya que ni siquiera tuvo la cortesía de reconocer a “esa señora”, una víctima más de los más de 100,000 desaparecidos del país, además de confundirla con Ceci Flores, otra madre buscadora que esta semana incomodó al presidente por su exigencia de que AMLO le diera una audiencia.

Lo acusaron ante el rey, y eso lo molestó. No porque a López Obrador le preocupara una violación a la soberanía nacional, sino el enojo es que ve como “antipático” al rey, ya que se reúne con “cualquiera”, no queriendo reconocer la importancia que juega el rey Felipe en crear opinión pública en España y Europa.

Ofensivo también el comentario del presidente de México de asumir que, aunque estas buscadoras lo “acusaran” con el sumo pontífice, el papa Francisco no se reuniría con ellas porque no son consecuentes, no se lo merecen. La falta de sensibilidad y de consideración del presidente hacia las madres buscadoras es incomprensible.

También es imposible entender el desprecio que ha demostrado el presidente no solo hacia ellas, sino a los niños enfermos de cáncer, a las feministas, a los ambientalistas, a los defensores de derechos humanos y de los periodistas. Y tristemente no les queda otra que buscar apoyo de organizaciones internacionales y de gobiernos extranjeros.

Y esto molesta muchísimo a Andrés Manuel porque lo balconean ante el mundo. Y obviamente el balconear al presidente de México podría salpicar a la candidata oficial la Dra. Claudia Sheinbaum, y el legado de López Obrador.

Pero en las últimas tres décadas, gobiernos extranjeros, organizaciones internacionales, medios de comunicación extranjeros y ONGs han jugado un papel importante, no solo en México, sino en otros países, como mecanismo de presión para democratizar y cambiar políticas públicas de estos países.

De hecho, el mismo López Obrador amenazó a candidatos estadounidenses de balconearlos en la mañanera, si es que estos no apoyaban una reforma migratoria, haría un llamado para que los 40 millones de connacionales no voten por ellos.

Pero la diferencia entre candidatos estadounidenses y candidatos mexicanos es que los candidatos del norte no les preocupa lo que dice el presidente López Obrador, pero los candidatos mexicanos y el mismo presidente sí necesitan escuchar las voces del extranjero. Y el no escuchar las voces del extranjero puede conllevar consecuencias.

Las desapariciones masivas en el país, violaciones de derechos humanos y cuestionamientos sobre actos de corrupción pueden convertirse en temas que afecten hasta acuerdos comerciales, no solo con Estados Unidos y Canadá, sino también con la Unión Europea.

El hecho de que los reyes de Suecia no se subieron al Tren Maya durante su visita a México, es un mensaje fuerte y contundente del futuro y viabilidad del Tren desde la óptica de los europeos.

Por la forma en que este gobierno sigue tratando a los ambientalistas en general podría eventualmente traducirse en un boicot internacional del Tren y otros grandes proyectos de infraestructura.

Particularmente importante en este momento son las acusaciones de que no hay equidad en la contienda, se estaría violando la legislación electoral usando recursos del gobierno o las acusaciones de injerencia del narcotráfico podrían afectar los resultados y las decisiones de las autoridades electorales.

Estos, obviamente, son temas que siguen de cerca los gobiernos de Estados Unidos, de Canadá y la Unión Europea. Y aunque López Obrador fue bastante mezquino y se tardó en reconocer como presidente de los Estados Unidos a Joe Biden, ¿qué pasaría si estos gobiernos no reconocieran los resultados del 2 de junio? ¿Qué impacto tendría en la economía del país o la credibilidad de la siguiente mandataria?  Por estas razones es importante escuchar las voces que vienen del exterior.

 

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