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/ Sabina Berman /
Lo malo no es la prosperidad y sus señales. El reloj Rolex en la muñeca del burócrata de tercer nivel. La bolsa de ropa Prada del líder del partido de los pobres. El hotel de 4 mil dólares la noche del legislador. El rancho de duque del líder sindical.
Lo malo es el origen del dinero con el que han sido adquiridos esos lujos.
Porque los ingresos legítimos y conocidos de sus dueños no dan para saldar esos lujos, y entonces el origen queda en duda.
O no.
Cualquier mexicano adivina su probable origen. Hemos crecido entre esas noticias. El origen son tratos donde se vendió el Bien de Todos como si fuera mercancía propia.
Te vendo los derechos de tus trabajadores. Te arreglo esta licitación. Te permito construir un rascacielos en tierras movedizas. Te dejo vaciar las pipas de petróleo tendidas en el desierto. Ese lago, cuadricúlalo y llévatelo a Nebraska. Los montes de Chihuahua rebánalos de arriba a abajo y llévate sus entrañas de metal a Canadá.
Y que se jodan los Otros.
Que no suban los salarios de tus trabajadores. Que se caiga el rascacielos al primer sismo y se mueran cuatrocientos. Que los pescadores se vuelvan mendigos. Que se jodan los montes. Que se jodan los pájaros y los peces y las ballenas y cuanto se movía en el lago.
Se le llama en buen español Robo al Bien de Todos.
Y lo malo no es solamente cada corrupto individual. El problema es que cada corrupto es un engranaje del Poder Político con el Crimen o con el Poder Económico.
Y en conjunto es un sistema de miles y miles de engranajes que articulan, detrás de la fachada del gobierno oficial, elegido en las urnas por ciudadanos conscientes, un segundo gobierno ilegal que opera a jalones anárquicos y que deshace lo que hace el gobierno legítimo.
Ya el PAN cuando gobernó generó a su aristocracia secreta de la corrupción. Ya el PRI generó la suya durante siglo. Son partidos ya probadamente hospitalarios a la corrupción. Y el problema es que la 4T prometió desarticular ese segundo sistema que en México existe desde siempre, y no lo hace.
No se atreve.
Y no se atreve.
Y no, de nuevo, ante un décimo escándalo, no se atreve.
Así los electores no estamos quedando sin opción. O corrupción azul o tricolor o guinda.
Y en tanto se escuchan las racionalizaciones que los pregoneros del pasado le ofrecen a la 4T:
–Es natural el saqueo, si estás hasta arriba de la pirámide del poder, donde el dinero corre en ríos.
–Dejen de presumir pureza, y roben sin contradicciones, muchachos. No sean Tolstoi, sean Shakespeare: pierdan la brújula moral y ya está.
Pero la corrupción no es natural. En la tribu de los chimpancés si un chimpancé roba plátanos y los esconde, luego de ser descubierto es descuartizado.
En el panal, si un avispón entra a robar la miel de todas las abejas, es rodeado por las abejas, envuelto, calcinado, vuelto cenizas.
Los animales gregarios saben que la cooperación no es posible condonando a los depredadores y no se les tolera.
En Alemania un secretario de Estado al que se le descubre un viaje de placer pagado por una petrolera mundial, debe renunciar al instante y se le lleva a juicio.
En Dinamarca una directora de escuela que se roba los dineros para cambiar los pupitres, debe resarcir el dinero y es encarcelada un año.
Y una gran empresa, si descubre a un operador ladrón, le pide el. monto del robo de regreso y lo lleva a juicio.
¿Cómo podemos prosperar Todos en un país ordeñado a diario miles por políticos-delincuentes?
¿Cómo puede funcionar un sistema trastornado por otro sistema oculto?
No podemos.
Y no podremos.
Por eso ese Rolex enrabia. Por eso el rancho del líder sindical Pedro Haces es un monumento a la traición. Y los 4 mil dólares por noche del hotel de lujo de Monreal decepcionan tanto.
Qué barato vende la Izquierda la oportunidad de hacer Historia cuando no se atreve a ser impecable.
Y la responsabilidad de los electores es no parpadear y no dejar de observarlo. No perdonar a Morena su cobardía. No concederle nada a los corruptos. Nunca.
