López Gatell pierde la galanura

Por Francisco Bustillos

El exceso de trabajo, ser el eje de la lucha contra la pandemia, las ya reiteradas críticas a su manejo de las estadísticas y el consecuente stress de soportar sobre su espalda la salud y la vida de los mexicanos, están haciendo estragos en Hugo López Gatell.

Por el bien de la República, ya que es el “detente” más valioso del Presidente López Obrador, no debe enojarse con tanta facilidad cuando los periodistas que no juegan en su equipo lo sacan de la zona de confort y lo acorralan con preguntas incisivas.

Le ocurrió la noche de este lunes porque le preguntaron si no había violado las reglas llevando recientemente a su hijo a Palacio Nacional en donde ofrece las conferencias de prensa.
De inmediato perdió la galanura de rockstar y reclamó al periodista meterse con su vida privada y de paso calificó de “morbosos” a algunos reporteros gráficos que lo retrataron con otros funcionarios comiendo tortas y bebiendo café en la calle después de la conferencia mañanera del Presidente López Obrador, en la que se anunció el desinteresado apoyo que darán al gobierno los propietarios de los hospitales privados.

El reportero le recordó que el comandante en jefe de la guerra mexicana contra el coronavirus es funcionario público y que el Palacio Nacional, a donde se hizo acompañar por su hijo menor de edad cuando trabajaba, también es un lugar público, y que en todo caso el interés no era meterse con su vida privada sino saber si hay o no problema en llevar a los hijos a los centros de trabajo.

Pero el incansable López Gatell, que lo mismo está en las conferencias mañaneras que en las nocturneras, pero aparte no suelta sus redes sociales, da entrevistas a quien se las solicita y hasta se da tiempo para charlar con Beatriz Gutiérrez Muller sobre cómo afecta la pandemia a los niños, eso sin contar las reuniones que mantiene a lo largo del día con representantes del sector salud y videoconferencias con gobernadores, perdió la compostura.

El problema es que el subsecretario de Salud no puede permitirse el lujo de darse un descanso mínimo porque, conforme a sus cuentas, estamos a días de ingresar a la tercera fase de la epidemia y a menos de un mes de la fecha en la que el Presidente desea que empecemos a dejar la cuarentena, es decir, el 10 de mayo.

Así que lo más aconsejable es que el doctor López Gatell deje de leer las críticas a sus cuentas que ya se han vuelto cotidianas, respire antes de contestar preguntas y sólo elija en la nocturnera a las reporteras de su club de admiradoras para no tener que enfrentar a quienes se meten con su vida privada.

Enojado no le sirve al país, al Presidente ni a los mexicanos.