Amador Narcia
“Fue apoteósica, inédita, colosal, sensacional, nunca vista antes, la mejor de todos los tiempos, la más amorosa, inconmensurable, pero a decir de Martí Batres, secretario de Gobierno de la CDMX, siempre objetivo en lo que observa en las cámaras del C5, habrán sido entre ¡10 y 12 millones de personas las que participaron en la marcha que convocó el mejor presidente que haya tenido México, Andrés Manuel López Obrador!”.
Así imagino la crónica barbera, palera, del próximo lunes 28 de noviembre.
Desde que era candidato, el presidente convocaba a miles a sus mítines de protesta y de campaña electoral.
Antes se financiaba con “aportaciones” de simpatizantes y el gobierno capitalino. ¿Se imaginan cómo será ahora que su partido gobierna en 20 + 2 estados y lo apoyan voluntaria e involuntariamente los demás?
Lo que vamos a ver mañana en la capital del país, es una grotesca competencia de quién queda mejor con el Presidente, quién acarrea a más gente, quién llega primero, quien grita la consigna más salamera, la más ocurrente, la más repetida.
Experto en marchas, Andrés Manuel López Obrador ya se dio cuenta que puede haber desorden. Por eso advirtió desde la Mañanera: “Nos vamos a organizar, porque si no, no vamos a caminar”.
(No cometerá el bisoño error de los organizadores de la “Marcha Rosa” de hace unos días que llegaron desordenadamente al Monumento a la Revolución, luego luego habló el único orador y tan tán, Cuando llegaron los de atrás, ya no había nada, ya no estaban ni los improvisados matraqueros que “animaban” el mítin).
“Nos vamos a organizar. Va un contingente adelante. Yo voy a encabezar (…) en la primera fila, tres ciudadanos de los que han estado con nosotros de tiempo atrás. Va a estar JESUSA (la embajadora), la estoy invitando, va a estar la jefa de Gobierno, pero voy a invitar a dos ciudadanos más de los que iniciaron este movimiento que siempre digo no es de un solo hombre o de un grupo, sino de millones de personas. Van a estar Adán, no sé si a la izquierda, la derecha, pero van a estar ahí Marcelo, los representantes del movimiento en las cámaras, que van a estar invitados, los representantes tanto de diputados como de senadores, muchos gobernadores, están invitados todos. Así, luego el gabinete, luego todos los legisladores que quieran participar, diputados, senadores y luego, por orden alfabético, los estados. Ahí pues van a encabezar gobernadores, legisladores locales, todos los estados (…) van a estar, por ejemplo, Aguascalientes, los primeros estados Campeche, Colima, las Baja Californias, pues eso sería del Ángel hacia la Diana, otros hasta Chapultepec, hasta donde llegue y ya cuando estemos todos así ordenados inicia la marcha y ya caminamos hasta llegar al Zócalo.
“También los migrantes van a tener su contingente y muchas organizaciones ciudadanas sociales que van a participar, que nos han mandado decir que quieren participar, maestros, electricistas, petroleros, mucha gente mucha, mucha gente del pueblo.
“A las 9AM arrancamos, después hay más sol. Es la celebración de la Cuarta Transformación”.
Serán los acarreados del berrinche presidencial frente a la ingenua, pero efectista, marcha de sus opositores.
Será una demostración de fuerza brutal, acaso solo comparable con las organizadas por el viejo PRI, para intentar disfrazar los errores de sus presidentes.
Quizás no sea la última que encabece el ciudadano presidente, como nos ha prometido, pero vaya que será memorable.
Será el adiós del Caudillo que quiso transformar a este país y que si tuvo un logro inobjetable e inolvidable: lo dividió como nunca nadie lo había hecho.
Monitor republicano
¿Cuál será el cálculo de Ricardo Monreal al ordenar a sus operadores que distribuyeran un artículo publicado el jueves en el que se dice que “negocia con Va por México su candidatura presidencial”?
¡Paren prensas!