- Desde el Café .
/ Bernardo Gutiérrez Parra /
La última vez que se saludaron Claudia Sheinbaum y Andrés Manuel (Andy) López Beltrán, fue el pasado 9 de marzo y lo hicieron rapidito y a la carrera. Resulta que ese día el pueblo agradecido arropó a la presidenta porque logró pausar los aranceles con los que Donald Trump amenazaba a nuestro país. Mediante una llamada telefónica, Claudia calmó por unas semanas al rottweiler norteamericano lo que Morena tomó como pretexto para armar una pachanga en el Zócalo.
Alejandro Esquer, Victoria Rodríguez Ceja, Manuel Velasco, Adán Augusto López, Ricardo Monreal, Luisa María Alcalde y Andrés Manuel López Beltrán estaban en la primera fila, pero por tomarse una foto dieron la espalda al escenario y perdieron de vista a la presidenta que literal, les llegó por detrás. Para cuando reaccionaron Claudia ya había pasado después de extender su mano izquierda para que la saludara un sorprendido Andy. Los demás se vieron hasta ridículos persiguiéndola con las manos extendidas.
Luego vinieron las justificaciones y la más cursi fue la de Adán Augusto: “Presidenta Claudia Sheinbaum, le ofrezco una disculpa. En la emoción del momento nunca escuchamos que usted ya estaba en el corazón de la Patria”.
Tuvieron que pasar seis meses y muchas cosas como el pleito de Adán contra Monreal, las vacaciones de varios morenos en Europa, el viaje de Andy a Tokio, Adán Augusto y La Barredora, la casa de 15 millones de Mario Delgado, los viajes VIP de Noroña, la casa en el Tepozteco de 12 millones de Noroña, las Volvo último modelo de Noroña y el descontón de Alito a Noroña, para que Andy y la señora presidenta se volvieran a encontrar. Pero en una situación bien diferente.
De los que salieron en la foto del 9 de marzo, tres cayeron en desgracia: Ricardo Monreal, Adán Augusto López y Andy.
Ricardo anunció que está pensando en el retiro y hace bien. Adán Augusto es un cadáver político que más temprano que tarde deberá responder por su presunta complicidad con Hernán Bermúdez Requena, al que hizo secretario de Seguridad Pública cuando fue gobernador de Tabasco y resultó líder del grupo delincuencial La Barredora. Y al que le fue peor es a Andy López Beltrán cuyo viajecito a Tokio le costó su carrera política y ya no será presidente de la República en 2030 como eran los deseos de su papá.
A los dos primeros los mandaron a la cuarta fila y a Andy a la quinta durante el Informe de Gobierno de Claudia Sheinbaum.
Pero esto ya había ocurrido en anteriores informes ¿o no?
Nunca.
De acuerdo con el protocolo, primero van los secretarios de gabinete, después los coordinadores de los diputados y senadores (en este caso Monreal y Adán Augusto), luego los gobernadores y al final los invitados especiales. Andy López Beltrán que no tiene ningún cargo, siempre estuvo en un lugar VIP en los informes de su papá, pero Sheinbaum mandó a los tres a gayola.
¿Fue un mensaje de la presidenta? No, fue algo más. Fue una bofetada que resonó más allá del patio central de Palacio Nacional. De protagonistas, los tres pasaron a ser actores de reparto y no tardan en ser extras en la película de Claudia.
Pero reitero, al que le fue como en feria fue a Andy cuyo viajecito a Tokio le salió carísimo porque (parafraseando a las abuelas de antes) perdió hacha, calabaza y miel.
Hubo además dos víctimas colaterales, Gerardo Fernández Noroña, un cadáver político que donde se pare apesta. Y Sergio Gutiérrez Luna “Mister Dato Protegido”, cuyo último acto como presidente de la Cámara fue recibir el Informe de la presidenta y jamás verá materializado su sueño de ser gobernador de Veracruz como se lo prometió su amigo del alma Adán Augusto López.
Ni hablar señores, así es esto del abarrote.
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