Los dolores de cabeza de los cafeticultores veracruzanos

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/ Yamiri Rodríguez Madrid /
México ocupa el 11° lugar en producción de café a nivel mundial.  Tan solo el año pasado, había aproximadamente 704 mil hectáreas sembradas tanto de café arábica como robusta. El Banco de México reportó que, entre enero y mayo de este año, las exportaciones se dispararon 135 %, logrando un récord de 588 mil millones de dólares, gracias a precios internacionales elevados y menor oferta de Brasil y Vietnam, aunado a que el 85 % de la producción nacional se destina a la exportación, principalmente hacia Estados Unidos (más del 60 %), seguido de Alemania, Canadá y algunos países de la Unión Europea. Esto supondría grandes noticias para el sector cafetalero, pero no es así.
A pesar de los buenos precios, los pequeños productores reciben sólo entre el 6 % y 7 % del valor final del café, siendo marginados por intermediarios y grandes empresas globales. Esa situación se repite corte tras corte en Veracruz, donde por años los pequeños productores han alzado la voz por el trato que reciben de los coyotes y que empresas como Nestlé, han sido contraproducentes para ellos.
A eso se suma la roya que les ha respirado en la nuca durante varios años. Muchos pequeños productores han preferido reconvertir sus productos o vender sus tierras a fraccionadores, tal y como ha pasado en Coatepec, pese a que esa es una región que ha impulsado que Veracruz sea el segundo mayor estado productor de café en México, generando aproximadamente 25 % de la producción nacional.
Recordemos que el año pasado, todavía en la administración de Cuitláhuac García Jiménez, se implementó la estrategia integral Café Veracruz, con el fin de posicionar al café sustentable de la entidad como uno de los mejores a nivel nacional e internacional, en coordinación con la Secretaría de Desarrollo Económico y Portuario, la Universidad Veracruzana, Cafecol y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
El proyecto se había dividido en 3 pilares: implementación de 211 escuelas campesinas para fomentar prácticas sustentables con el uso de biofertilizantes y la eliminación de herbicidas; bajar el porcentaje de café cereza con atributos de excelencia para elevar el valor del grano y la vinculación con el mercado. A un año en Coatepec, por lo menos, vaya usted a saber dónde operó la escuela campesina y si sigue en funciones, pues varios pequeños productores consultados, no sabían de esta.
Apenas este martes, en Córdoba, en apoyo a productores de café de 12 comunidades de la Sierra del Gallego, se entregaron 33 mil plantas de café injertado y directa, lo que contribuirá en la remediación del medio ambiente con 16 mil hectáreas a impactar; en el valor comercial, así como turístico. Al respecto, el diputado federal Javier Herrera Borunda, explicó que se trata de un Consejo Consultivo Municipal que opera de manera dinámica y que será ejemplo para transmitir a las nuevas administraciones municipales de otros estados sobre cómo deben de ejecutar acciones conjuntas.  Desafortunadamente, a diferencia de Córdoba, otros municipios cafetaleros se han cruzado de brazos.
Los productores ahora están preocupados porque saben que, en unos días más, volverá a bajar el precio del aromático. Para el consumidor puede ser una buena noticia comprar su kilo de café en un precio promedio de 230 pesos, pero para quien vive de eso, es una piedra más en el pesado costal que han venido arrastrando durante años.
Urge una estrategia real y funcional para nuestro café veracruzano.
@YamiriRodriguez