Prosa aprisa
Arturo Reyes Isidoro
Fidel Herrera Beltrán no solo aspiraba a ser candidato presidencial del PRI, cuando todavía era altamente probable que de serlo se convirtiera en presidente, sino que también pretendía hacerse del control del Gobierno del Estado a través de jóvenes que le rendían pleitesía y lo seguían a ciegas.
Aquellos mozalbetes –la mayoría ya no tanto pero se incluían– formaron un grupo que se hizo llamar los “jóvenes de la fidelidad”– apenas si alimentaban el ego del Tío Fide, entonces amo y señor de la política en Veracruz.
Uno de ellos, que con el tiempo alcanzó celebridad y fue el más destacado, era Javier Duarte de Ochoa. Había de todo: de chile, de dulce, de verduras, de rajas con queso, de frijol, de pipián, de dulce, rancheros y de elote. Una buena cantidad, verdaderas fichas.
Aun recuerdo que otro de ellos, muy audaz, Alejandro Ramírez Morales, que había hecho trabajo de reporteo algún tiempo y que con Fidel había estado a cargo del famoso “palomar”, el centro de espionaje en la azotea del Palacio de Gobierno, pretendió eternizar esa generación dizque la esperanza de Veracruz publicando un “libro” con el ostentoso título La Herencia de la Fidelidad. El Relevo Generacional en Veracruz.
Fidel supo pero, como los diputados locales de Morena que no supieron lo que aprobaron en la sesión del 12 de mayo, nunca vio el contenido. Así que autorizó que fuera presentado en un pomposo acto para aprovechar y hacer la presentación en sociedad de su relevo: el gordo Duarte.
Un detalle que nunca trascendió es que cuando el nopaltepecano vio el “libro” enfureció pues se dio cuenta que no era más que una lista de nombres de sus jóvenes lacayos (que Ramírez había reunido como parte de su trabajo de espionaje) y ordenó que no se distribuyera, aunque algunos ya habían circulado entre miembros del gobierno.
Hizo de tripas corazón y finalmente la “obra” se presentó el 6 de agosto de 2009 en el auditorio del Museo de Antropología tanto para balconear a Duarte como porque ya había confirmado su asistencia otro entonces joven futuro gobernador, Rodrigo Medina, de Nuevo León (quien igual resultó otra ficha como Javier).
Once años después, ¿dónde están esos “jóvenes de la fidelidad”? El más emblemático, en prisión; muchos, huyendo o escondidos pero disfrutando la riqueza que se llevaron; otros, se perdieron y no asoman la cabeza porque los golpea la prensa y reciben el repudio de los veracruzanos. Al final, pues, no resultó una generación perdida, sino una generación podrida.
Traigo todo lo anterior a colación porque, sin la pretensión ni el ruido mediático de Fidel, con los nombramientos que se van a dar el jueves en la LXV Legislatura de las fiscales General del Estado y Especializada en Combate a la Corrupción (también serán nombrados los nuevos comisionados del IVAI), podría decirse que, de hecho, se inicia el verdadero gobierno de Cuitláhuac García Jiménez, con dos jóvenes mujeres como parte de un proceso que se pretende de largo aliento.
Por lo que escuché, muchas personas ahora incrustadas en la administración estatal preparan sus trebejos para irse porque pretenden ser candidatos de su partido a un cargo de elección popular (alcalde o diputado local o federal), y entonces no solo habrá reacomodo de colaboradores sino también la llegada de afines al gobernador, por lo que ya podrá gobernar con su gente.
En varias dependencias ya se tienen listos los movimientos y se pretendería que ocurrieran a partir de la próxima semana cuando llegue junio, aunque en última instancia se darán cuando se levante la contingencia. Una buena cantidad de los que llegarán ya lo saben e incluso estarían preparándose para la nueva responsabilidad que tendrán.
De los que ya casi tienen un pie en el estribo para bajarse e irse como aspirantes a candidatos, muchos llegaron como recomendados y otros en pago por sus servicios prestados en campaña, a quienes el gobernador pagó llevándolos a la administración aunque casi todos no tenían experiencia ni preparación profesional y con el tiempo se detectó que varios de ellos han intentado lucrar en casos con visos de corrupción.
Hasta donde tengo entendido, les darán las gracias, les dirán que ya se pagó el compromiso y solo sobrevivirán algunos porque demostraron capacidad, honestidad, lealtad y entrega.
Pero, decía, la idea es renovar generacionalmente, responder al reclamo ciudadano que demanda ya basta de los mismos políticos que reiteradamente ha venido presentando la oposición; airear, refrescar con nuevos rostros y nombres el escenario de gobierno y político de Veracruz.
No se sabe qué tanto lo va a lograr el gobernador pero de acuerdo a información que tengo, lo va a intentar.
Así, formalmente llegará a la Fiscalía General del Estado Verónica Hernández Giadáns y a la (más conocida como) Fiscalía Anticorrupción Ailett García Cayetano.
Si por decisión política es inevitable la designación de ambas, se espera que acometan su tarea con profesionalismo, a secas, y en el caso de la abogada Hernández Giadáns que haga valer la autonomía de la Fiscalía, esto es, que actúe contra todo aquel que infrinja la ley, aunque sea de su partido o del gobierno de su partido; que procure justicia para todos, sin distingos. De ella ya se ha dicho mucho. En mi caso, como persona merece respeto, lo que se ha cuestionado es la forma en que llegó al cargo.
Pero, ¿quién es Ailett García Cayetano? No obstante sus 36 años, tiene un currículum aceptable. En resumen, según pude indagar, es egresada de la licenciatura en Derecho por la UV, desde estudiante incursionó en el Poder Judicial de la Federación –Juzgados de Distrito y Tribunales Colegiados– y su formación es en constitucional, en amparo en materia mixta y en proceso penal y civil federal.
Después ingresó al Consejo de la Judicatura Federal donde se encargó de la defensa jurídica de los intereses del Poder Judicial de la Federación. Está diplomada en Derechos Humanos, en Juicio de Amparo y en el Sistema de Justicia Penal Acusatorio, a través del Instituto de la Judicatura Federal, así como en conjunto con la entonces Procuraduría General de la República, la Universidad Iberoamericana y la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Actualmente se desempeña como Directora General Jurídica de la Secretaría de Seguridad Pública en el Estado.
A una le ratificarán la oportunidad, a la otra se la darán por primera vez. Los veracruzanos queremos resultados, aplicación de la ley y efectivo combate a la corrupción.
Y renuncian a funcionario del DIF Estatal
Hasta anoche no se conocían detalles, pero trascendió que el gobernador había cesado a Juan Carlos Espino Reyes como Secretario Técnico del DIF Estatal Veracruz, un cargo de reciente creación.
El aludido fue gente de toda la confianza del entonces Secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, quien lo nombró titular del C4. En el cargo que tenía últimamente le habría estado creando problemas a la directora, Rebeca Quintanar Barceló, asumiendo atribuciones que no le correspondían, lo que había creado tensión con todas las áreas de la dependencia. Ella, con mucha sensibilidad habría escuchado las quejas.
En el trabajo estrictamente de asistencia social, me dan referencias, está aplicada a su trabajo y logrando ya resultados.
La destitución puede estar encuadrada también dentro de la limpia en la administración estatal a la que me refiero líneas anteriores.