Entre los muchos, muchos frentes que a diario abre el Presidente de México para, descalificar, denostar a los diferentes sectores de la sociedad, en un inédito e incomprensible estilo de gobernar, está el de los médicos olvidando aquella revuelta de las Batas blancas en 1964.
La lucha por condiciones dignas de trabajo en los hospitales de trabajo alcanzó momentos muy álgidos a mediados de los 60´s. En 1964 tanto residentes como internos del hospital 20 de noviembre (ISSSTE) se fueron al paro de labores por que los aguinaldos no les habían sido cubiertos. La respuesta de la autoridad fue el despido masivo de más de 200 doctores tanto residentes como internos, esta actitud concitó la solidaridad de trabajadores de la salud en diferentes hospitales del estado, transcendiendo el paro de una clínica al de 40 hospitales.
El paro se levantaría en diciembre tras el compromiso presidencial de atender sus demandas; sin embargo, las pretensiones de conformar un movimiento sindical independiente para los trabajadores agrupados en torno del AMMRI y el AMMAC, fue confrontado con grupos de choque al servicio del sindicato oficial. Los paros organizados en protesta desembocaron en más violencia cuando la policía toma las instalaciones de los Hospitales 20 de noviembre Rubén Leñero y Colonia y sustituye al personal por médicos militares. El 24 de noviembre incluso se llegó a al secuestro de enfermeras por grupos de choque y el despido o encarcelamiento de docenas de Médicos.
nuestros días pudiera parecernos una respuesta excesiva ante demandas laborales justas, sin embargo, desafiar a la autoridad en esos días implicaba arriesgar el trabajo, la libertad o incluso la vida misma. El valor de médicos y enfermeras y el ejemplo en la lucha por sus derechos son un legado para las generaciones que sobrevendrían.
En la lucha por los derechos laborales los movimientos médico y ferrocarrilero revisten particular importancia, pero distan de haber sido los únicos puesto que telefonistas, electricistas, petroleros, y maestros también se organizaron y manifestaron en los 50s y 60s. Aunque el propósito esencial es el respeto a la dignidad laboral todos ellos coinciden en visibilizar la importancia de exigir los derechos que nos sean menoscabados. Los tiempos no eran particularmente afables para este tipo de manifestaciones o para permitir que se cuestionara la autoridad del régimen, sin embargo, al manifestarse sembraron en el resto de la ciudadanía la convicción de que toda lucha que busque transformar al súbdito en ciudadano es valedera. /ipepJalisco.org.mx)
“ES EXTRAÑO que el presidente de México sienta más animadversión por el personal médico que por los narcos. Pero más allá de sus fobias personales, alguien está malinformando a Andrés Manuel López Obrador.
Y ES QUE en su diatriba contra los médicos mexicanos, el mandatario aseguró que tiene que traer cubanos porque no hay suficientes médicos generales y mucho menos los hay especialistas. Falso.
SI ALGO hay en el país son médicos generales. Y ni siquiera es por gusto, sino porque el gobierno les niega la oportunidad de especializarse. Sólo el año pasado se inscribieron 49 mil 500 médicos al Examen Nacional de Aspirantes a Residencias Médicas (ENARM). La 4T prometió que habría, por lo menos, 30 mil vacantes. La realidad es que no se otorgaron ni 20 mil.
NO ESTÁ CLARO si el Presidente miente o necesita otros datos, pero de cualquier forma sus ataques contra el personal médico en nada ayudan a la salud de la República.
POR CIERTO que en su andanada, el Presidente ayer criticó que en gobiernos anteriores hubiera un economista al frente de la Secretaría de Salud, en clara referencia al hoy diputado Salomón Chertorivski.
NOMÁS que se le olvidaron dos detallitos: que en aquellas épocas, por ejemplo, se creó y sí funcionaba el Seguro Popular, a diferencia del Insabi que fue en fracaso. Y que si de congruencia en los cargos se trata, ¿como por qué puso a un agrónomo al frente de Pemex?” refiere Templo Mayor de Reforma.