Los precios como armas.

ALMA GRANDE.

Por Ángel Álvaro Peña.

Los comerciantes del país han empezado a tomar una posición en la realidad económica y política de México. Buena parte de los comerciantes, sobre todo los de mayor dimensión, vivieron al abrigo de las políticas de partidos que se asociaban con todo aquel que podría otorgarles ganancias personales.
Ahora, la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo descartó un alza generalizada de precios en 2020 al aclarar que sólo habrá incrementos en productos a los que se les aplicará una actualización del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), como refrescos y otras bebidas azucaradas, así como cigarros.
Sin embargo, existe un grupo minoritario de empresarios que desde el origen de su producción comienzan a incrementar los precios al público a pesar de que no han aumentado el valor de sus insumos.
La solidaridad con la población no es importante, tampoco lo es la posibilidad de que sus productos no sean adquiridos por las alzas, lo que quieren algunos empresarios y comerciantes es recuperar el lugar privilegiado que tenían antes de que llegara la actual administración pública.
Acostumbrados a ser un grupo de presión que obligaba a acceder al gobierno a sus peticiones, a cambio de un sinnúmero de propinas, ahora quieren regresar a ese estado de bienestar donde las decisiones las tomaban los empresarios y los comerciantes, y no las autoridades.
Las reuniones en lo oscurito entre funcionarios públicos, empresarios y comerciantes, dejaban en el desamparo al consumidor común y corriente a cambio del enriquecimiento de ese pequeño grupo de personas.
Vimos, con gran indignación, la posición de instituciones como Profeco que actuaban de acuerdo con los intereses de gasolineros, comerciantes, dueños de cadenas de supermercados. Nunca castigaban, simplemente la Procuraduría del Consumidor se convirtió en una especie de árbitro que sólo amonestaba. Pocas veces fue capaz de cerrar comercios, servicios o cualquier otro tipo de establecimientos que violentaban las leyes en detrimento de la economía de los mexicanos.
Ante el grave problema del huachicoleo y de los litros de 800 mililitros, la Profeco fue permisiva con las estaciones de servicio y era la principal fuente de ingresos de los funcionarios, a grado tal que llegó a convertirse en una caja chica para campañas priistas y otros caprichos de los mandatarios en turno.
Los comerciantes organizados tratarán de que las alzas sean mínimas y, como dijera José Manuel López Campos, presidente del organismo empresarial, “el impacto en el costo final al consumidor se reflejaría en centavos”.
Los comerciantes incluso hablaron de la posibilidad de que sus insumos aumentaran, pero prometieron tratar de absorber dichos incrementos en beneficio de la economía nacional; sin embargo, hay un grupo de comerciantes que pueden hacer de su función social una trinchera contra el gobierno federal, sembrando incertidumbre entre la población al jugar a su favor con el precio de los productos que venden.
De hecho, están conscientes que el aumento al salario mínimo les puede afectar, sobre todo a los grandes comerciantes, que tienen importantes cantidades de empleados. Pero aseguraron que tampoco el aumento al salario mínimo causará presiones inflacionarias.
Aquí el problema radica en establecer a las mercancías como arma política a través del deterioro de la economía de las familias mexicanas. Ya algunos empresarios y comerciantes anunciaron que incrementarán sus precios, afortunadamente son productores y expendedores de alimentos chatarra; sin embargo, debe tomarse en cuenta que son precisamente los productos chatarra los que más consumen los mexicanos como único alimento diario, por los precios bajos.
Si hay aumento a los gansitos y a los pingüinos, los trabajadores dejarán de adquirir dichos productos, pero esos fabricantes dejarán un precedente social que puede convertirse en chantaje o bien en la posibilidad de encabezar una oposición que por el momento se encuentra sin cabeza, dada la gran derrota de los partidos en las urnas.
Desde tiempos en que el PRI gobernaba, los empresarios, incluyendo a los comerciantes intentaban establecer un sector dentro de ese partido que les otorgara lugares en el Congreso, al mismo tiempo que estableciera las bases para una normatividad cada vez más abierta a sus intereses y prácticas.
Ni siquiera los funcionarios priistas lo permitieron, preferían tenerlos como clientes que como socios dentro de las estructuras del gobierno; pero la inquietud de empresarios productores y comerciantes, no se detuvo hasta ahora que ven la oportunidad de crear desde su práctica, una política que intente desestabilizar no sólo la economía sino la sociedad.
Es precisamente a través de los medios con los que cuentan los empresarios y los comerciantes desde donde se ha tratado de hacer énfasis en la caída económica del sistema; ellos han impedido que la gente comprenda que se llegó al actual gobierno federal con una economía de guerra y con una deuda sin precedente en la administración pública. A pesar de que esto era de todos conocido, se insistió en declaraciones en los medios en que era una de las más importantes asignaturas pendientes de la actual administración.
Esa posición tenía un poco de verdad y otro poco de chantaje. La economía no podía crecer sin la solidaridad de los sectores de la producción, pero de todos y no sólo de una parte que aprovechó su práctica cotidiana para desgastar al gobierno federal que exigía de la colaboración de todos y cada uno de los miembros de todos los segmentos de la población. PEGA Y CORRE. – Pareciera que la falta de visión del gobierno de Veracruz no sólo deteriora el ejercicio de la Cuarta Transformación, sino que ahora debe pedir consejo a los gobiernos priistas, así lo mostró el Presidente de la república al ordenar a Cuitláhuac García Jiménez que busque al priista Alejandro Murat, para que copié el modelo en infraestructura carretera que da trabajo a las comunidades indígenas, “Me gustaría que Cuitláhuac junto con las autoridades del estado de Veracruz fueran a visitar Oaxaca y que Adelfo Regino del Instituto de Pueblos Indígenas los acompañe”. Ahora, los de Morena deben aprender del modelo priista que tanto rechazaron y criticaron…Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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