Los sismos en México

Norma Meraz

Los sobresaltos por los sismos “someros” que hemos sufrido en los últimos días en el Valle de México no tienen relación con los sismos políticos que también nos causan sobresaltos.

La renuncia del secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, y la revelación de los porqués de su decisión, sí produjo un temblor nacional e internacional en grados Richter. Sin embargo, para que no nos asustáramos con ese hecho, el Presidente Andrés Manuel López Obrador simplemente dijo: “no pasó ada”. Pero lo que no ha sido rebatido es el contenido de esa carta de renuncia.

Otro sismo que pone en alerta a los mexicanos es la acusación que hace el Presidente López Obrador a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de violar la Constitución e invadir facultades del poder Legislativo. Todo porque la Corte falló en contra de la Ley de Salarios.

Ante esta decisión de la Corte, el Poder Ejecutivo anunció que enviará una nueva iniciativa al Congreso para reformar la Constitución. O sea que él no quita el dedo del renglón.

No menos importante es otro sismo en el Centro Deportivo Olímpico Mexicano que, por falta de presupuesto, el día 31 de este mes de julio cerrará las puertas de sus instalaciones a los deportistas de alto rendimiento que contaban con hospedaje, alimentación, atención médica y asistencia técnica.

La “austeridad republicana”, se tragó el presupuesto destinado al desarrollo del deporte que tanto ha dado y sigue dando prestigio a nuestro país. Las medallas de los clavadistas mexicanos en el campeonato mundial en Corea del Sur ¿no cuentan?

Y como no alarmarse con el temblor ante el anuncio del Plan de Negocios de Pemex, anunciado con diez diapositivas por el director general de la empresa petrolera más endeudada del mundo. Pemex tiene que pagar por deuda más de 20 mil millones de dólares, de aquí al 2021.

Durante tres años Pemex recibirá inversión pública, lo que impactará en la inversión en infraestructura. Y México tiene reservas probadas de petróleo sólo para 6 años.

Los nuevos yacimientos para explotar, anunciados en el Plan, son muy chicos y no garantizan el despegue de la industria.

El Plan de Negocios de Pemex plantea proyectos exitosos a tres años lo que evidencia una visión de corto plazo, además que la empresa no cuenta con suficientes recursos ni investigación ni tecnología para responder a las expectativas del gobierno.

¿“Sembrar petróleo”? ¿Qué quiere decir?

Un país que no invierte en investigación, infraestructura, y proyectos productivos; que no hace mancuerna con el capital privado para crear empleo, simplemente no mejorará su economía. Si el gobierno cree que podrá sólo, los proyectos emblemáticos de este régimen –como la refinería de Dos Bocas y el aeropuerto de Santa Lucía– estarán por verse.

La inversión pública se centra en programas sociales elegidos por el Presidente López Obrador, solo por él y no admite que le contradigan. La suya es la única verdad.

¿Qué tipo de democracia visualiza el Presidente de México, cuando todas las decisiones de gobierno las toma a capricho, cuando denuesta a quien no esté de acuerdo con él, a quien no acepta distribuir la “cartilla moral” que él mismo diseñó?

Pregonar que quienes son sus adversarios están cometiendo pecado, no le queda.

Un Presidente que desde “el púlpito” de Palacio Nacional convoca a los ciudadanos a portarse bien; con ese tono moralista y religioso, en un país laico como es el nuestro, no parece tener congruencia con los postulados de un Benito Juárez- que separó el poder religioso del poder político y a quien intenta emular

A siete meses del año, aún no concluye el censo de los adultos mayores quienes deberán recibir bimestralmente 2 mil 250 pesos y a los jóvenes que recibirán 3 mil pesos mensuales. ¿Quié y cómo les llevará el seguimiento de que los recursos que reciben, cómo llevarán el registro que evidencie el aprovechamiento de esos apoyos?

¿Como no preocuparse por el subejercicio federal si ya pisamos el segundo semestre de este 2019?

De que causan sobresalto los sismos del suelo, sí.

Y también los de orden político

¡Digamos la Verdad!