*Sin tacto – Sucesión UV (36) .
/ Por Sergio González Levet /
Sin menospreciar la intervención magnífica y decidida de otros personajes, es muy destacable la forma en que están participando los tres exrectores de la etapa de la autonomía en el movimiento en pro del rescate de la legalidad en la Universidad Veracruzana.
Víctor Arredondo Álvarez (1997-2001 y 2001-2004), Raúl Ladrón de Guevara (2004-2005, 2005-2009 y 2009-2013) y Sara Ladrón de Guevara (2013-2017 y 2017-2021) construyeron lo que hasta hace cuatro años era la Universidad Veracruzana autónoma: una institución prestigiada y en desarrollo persistente, con investigadores y académicos que eran promovidos en su estudio y su docencia, con reconocimiento en todo el planeta y en particular en el ámbito latinoamericano.
Sara, Raúl y Víctor se expresan ahora como tres paladines, tres héroes sin capa que blanden la espada flamígera de la legalidad en contra del grupo de filibusteros que encabezan los miembros de la Junta de Gobierno y son manejados directamente por la voluntad y los recursos de que dispone el Rector hoy espurio; recursos que deberían ser aplicados en pro de la educación de nuestros jóvenes y sin embargo son desviados para mantener el golpe de estado que hasta ahora ha permitido el robo de la Universidad a través de una prórroga absurda y sin sustento.
Víctor Arredondo llegó como el primer Rector designado por la Junta de Gobierno que se creó a partir de las leyes de la autonomía. Experto en pedagogía por su formación, aplicó con sapiencia sus conocimientos y dio rumbo a la universidad naciente. Fue también un Rector constructor, que ideó la creación de las Unidades de Servicios Bibliotecarios e Informáticos e hizo crecer la infraestructura universitaria.
Raúl Arias Lovillo, un economista reconocido en el ámbito nacional, administró la UV de la mano de la comunidad. Fue un Rector cercano, carismático, confiable para alumnos y maestros. Supo continuar la obra material que había emprendido su antecesor y se distinguió particularmente por la manera en que colocó a la UV como una estrella en el firmamento de las universidades latinoamericanas.
Sara Ladrón de Guevara es una arqueóloga de corazón. Ha caminado dentro de la tierra para hacer emerger la raíz de nuestro pasado. Como minera de la historia ha recorrido las entrañas de Mesoamérica, pero también conoció las profundidades del Louvre en Francia y en otros lugares del Viejo Mundo, en donde se inició y se perfeccionó en el arte de rescatar los secretos de las profundidades. Fue a mucha honra la primera mujer que fue Rectora y realizó un trabajo digno, respetable y reconocido. Queda para la historia su avance inaudito en la certificación de estudios de las facultades y los centros de investigación.
Ahí están los tres paladines, los tres campeones que hoy luchan a ras de tierra por defender a la universidad que ellos construyeron. Y con ellos, sus alumnos, sus compañeros, sus colaboradores y la comunidad universitaria alzada en vilo, que no permitirá que los dogmáticos, los fanatizados ambiciosos de poder se apoderen de lo mejor que tiene Veracruz, su Universidad y la posibilidad de formar seres humanos plenos, libres y de bien.
Vamos con ellos.
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