Por: Zaira Rosas
La idea de ser inmune ante los peligros que nos asechan hace que cualquiera disminuya sus medidas de cuidado. Algunos expertos en comunicación señalan que hablar constantemente de una vacuna durante la pandemia y alardear del número de personas vacunadas genera falsas esperanzas entre la población y hace que el 1% que se ha vacunado en nuestro país parezca más amplio ante el resto de habitantes.
Con la idea de inmunidad llegan todo tipo de estafas, previamente se han comercializado productos milagro que prometían curas inmediatas ante un padecimiento que científicamente sigue en investigación. Los remedios ofrecidos o formas de protección llegaron a difundir testimonios que garantizaran su validez, alguno de los ejemplos más conocidos es el dióxido de cloro.
Productos que no cuentan con el aval científico y que se ofertan a través de medios sin supervisión como internet, han sido la oportunidad perfecta para estafadores, pero también los causantes de que muchas personas terminen en hospitales por intoxicación, complicando así la ya difícil situación de salud que enfrenta el país.
Al igual que en otro tipo de estafas, los sentimientos son clave para que la víctima sea una presa perfecta. En medio del temor de padecer una enfermedad que para muchos es desconocida, que ha generado miles de muertes no sólo en nuestro país, sino también en el mundo, es más sencillo que las personas crean en sitios web con logotipos de empresas reconocidas, sin siquiera corroborar la veracidad de estos.
Las autoridades ya han intentado alertar a la población respecto a la venta de vacunas, anunciando que hasta el momento ningún ente privado cuenta con la autorización y disponibilidad para la venta de las vacunas. Los mismos laboratorios como Pfizer, Moderna y AstraZeneca han anunciado que las vacunas se han distribuido a través de gobiernos federales, además de reiterar que los procesos de producción son limitados, de ahí la importancia de que la población mantenga todas las medidas de prevención, ya que el proceso de vacunación será paulatino a nivel mundial.
En México además de las vacunas se ofertan todo tipo de remedios milagrosos para prevención, cura o desinfección. La mayoría de los productos ofertados en internet, rara vez cuentan con los procesos de acreditación debidos. ¿Por qué es importante que todo lo que adquirimos esté debidamente certificado? Más allá de las sumas de dinero que se pueden perder, los productos que no pasan por los debidos procesos de investigación pueden generar graves daños a la salud.
Las recomendaciones de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) recomienda lo siguiente para evitar caer en estafas: sospechar de productos que tratan una amplia gama de enfermedades. No adquirir aquello que presente testimonios personales en lugar de investigación científica, no existen remedios que sean inmediatos y menos a bajo costo. Las curas milagrosas con ingredientes secretos o nuevos probablemente son fraudulentas.
Además, es indispensable corroborar la información en sitios oficiales, por ejemplo, actualmente en nuestro país circulaban páginas web que utilizaban los nombres de Pfizer o El Chopo, sin embargo, estas instituciones nunca ofertaron la vacuna en páginas oficiales. Los estafadores construyen sitios que parecen oficiales, pero no lo son. En estos la vacuna tenía un costo de hasta $3000 y prometía enviar el producto en 24 horas después del pago, el producto nunca llegaba.
Es terrible que personas pierdan su dinero en busca de esperanza, pero peor resulta cuando sí reciben productos que no fueron elaborados con el debido cuidado y en un intento de cuidar de su salud, las personas pueden incluso perder la vida. Estos son tiempos complejos, pero por ello tenemos la obligación de permanecer alertas y denunciar todo fraude identificado, compartir malas experiencias para que no se repitan e incluso difundir los consejos que pudieran ayudar a que menos personas sean víctimas.