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/ Verónica Malo Guzmán /
La CNTE. Que si quiere dinamitar la elección judicial, que si parece de derecha, que si el gobierno la está usando para ocultar la baja participación electoral que se espera el domingo; que si es un aviso dado por López Obrador a Claudia Sheinbaum en el sentido de que al que obedecen es a él. Las teorías pululan; todas buscan explicar los desmanes de la Coordinadora de estos últimos días.
Como sea, ésta aprovecha el momento político y exige más; mucho más. Si encima tenemos que las canonjías -como sucede casi siempre- no serán repartidas entre todos, pues más hay que pedir para que alcance. Las prebendas importantes serán disfrutadas por unos cuantos en la mencionada asociación. Y la jornada electoral del 1º de junio se presta para que la CNTE, pero también el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, muestren su verdadera cara. Función de carácter dirigida al público en general y a la cúpula de la 4t en lo particular.
El Sindicato ya concretó un incremento para los docentes que suma la friolera de 36 mil millones de pesos; aliciente suficiente para salir a acarrear el día domingo. Movilizar estructuras y, lo que es lo mismo, incentivar a los maestros y a sus familias a salir a votar.
Y en ese sentido, de derecha el Sindicato no tiene nada. Pero tampoco la Coordinadora. Se le asocia ampliamente con López Obrador, eso sí. No con la presidenta Sheinbaum; sí con su antecesor. Mucho mal hace tener organizaciones que siguen los designios de un político a pie puntillas. Y entre la infinidad de peticiones, exigencias y ocurrencias de la CNTE con el ex mandatario sobresale el que busquen eliminar la Ley del ISSSTE de 2007 (también llamada ‘de Felipe Calderón’).
Partamos del hecho de que una reforma de pensiones de esa envergadura no surgió de imponer una ideología. La necesidad fue absolutamente realista: el gobierno federal de Calderón -ni ninguno después- podía continuar pagando los apoyos, las jubilaciones definidas y las prestaciones que -ni en Dinamarca- se tenían para los docentes y demás trabajadores antes de publicarse dicha nueva ley.
Ahora los “maestros” quieren terminar con dicha reforma, olvidando que esto es imposible pues las finanzas nacionales no lo resistirían. Hay que imaginar la cantidad de programas que desaparecerían, o bien, las miles de personas que se sumarían a las que de por sí hay sin servicio médico ni medicinas.
Las enseñanzas de los maestros incluyen cerrar calles, aeropuertos, vivir de los plantones, gritar, exigir por medio del abuso. La CNTE quiere imponer, nunca negociar y tampoco tienen llenadera.
¿Dónde quedan todas las canonjías que le solicitan al gobierno? Algunos docentes y coordinadores son los que se quedan con el dinero. Sí, son verdaderas mafias que sólo ven cómo obtener beneficios para unos cuantos.
De la reunión que tuvieron ayer en Bucareli con la licenciada Rosa Icela, secretaria de Gobernación, entraron con todas sus demandas y exigencias. La principal: la derogación de la Ley del ISSSTE de 2007. Han perdido toda brújula y muestran su desprecio al pueblo de México en su conjunto. No es posible derogar la Ley del ISSSTE de 2007, tan solo porque no hay forma que el dinero que pagamos de impuestos sea suficiente para sus peticiones. Y como sabemos, sus peticiones no son las únicas.
Hay muchos otros trabajadores del sector público que siguen esperando un incremento a su salario, varias propuestas que siguen detenidas en el Senado. Estos trabajadores que son soldados, marinos, policías, médicos y enfermeras esperan respuesta a la que fue iniciativa de la presidenta. Desafortunadamente para todos estos trabajadores, la ley está congelada en el Senado. Ellos, entendiendo el valor de su trabajo para todos los mexicanos, no hacen paros, ni toman el aeropuerto, ni contaminan el Zócalo. Siguen trabajando.
Y ahí es donde los docentes de la CNTE muestran su desprecio por todo México y en especial por sus alumnos. Ellos no tienen ni conocen el compromiso con la patria, con el servicio público como todos los demás trabajadores antes mencionados.