*La Espinita.
/ Andy S. K. Brown/
Edgar Amador ¿sabrá decirle ¡no!?
Oaxaca: Mal y de malas con la 4T
Entre legos e historiadores existe un permanente debate en torno a los Tratados de Bucareli, firmados el 13 de agosto de 1923. Un acuerdo entre Estados Unidos y México durante la presidencia de Álvaro Obregón, a partir del cual, nuestro gobierno garantizaba los derechos de propiedad sin límite a particulares extranjeros y a todas las compañías petroleras estadounidenses, pero que también se ha interpretado como la prohibición estadounidense expresa de que aquí se fabricaran bienes de capital para que no nos industrializáramos.
De ser cierta esa segunda versión, con los aranceles de Donald Trump al acero y al aluminio que entran hoy en vigor, la industrialización del país también quedará detenida.
Lo peor, empero, es que el régimen de la 4T involuntariamente también vuelve vigentes dichos Tratados al prohibir la siembra de maíz transgénico en nuestros campos agrícolas, privilegiando así a los agricultores del vecino del norte quienes tan sólo el año pasado nos vendieron el 40% del total de su producción por un valor de 5 mil 619 millones de dólares. Ese maíz, por cierto, es transgénico.
Y aquí prohíben su siembra y consumo humano por supercherías y ocurrencias de usted ya sabe quién: El Innombrable II.
Un tiro en el pie, como está de moda decir.
Sin exportación de acero, no hay dinero.
Y sin esta variedad de maíz, verdaderamente no hay país.
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El desarrollo estabilizador que creó a las clases medias en nuestro país llegó a su fin cuando el entonces presidente Luis Echeverría le sentenció a su secretario de Hacienda Hugo B. Margain que las finanzas se manejaban desde Los Pinos, donde temporalmente residían los primeros mandatarios.
Y a partir de ahí se abandonó la ortodoxia que tantos buenos resultados había brindado a la población porque las finanzas gubernamentales comenzaron a manejarse a capricho y por necesidades políticas de los presidentes.
Ningún sucesor abandonó la pésima tendencia. Aunque habría que señalar como un punto y aparte a don José López Portillo quien, al crear la Secretaría de Programación y Presupuesto, separándola de la SHCP, intentó reencauzar a su gobierno a los cánones tradicionales de la captación y el gasto de los dineros públicos. De ahí en fuera…
El colmo se dio en el sexenio pasado. Sólo los chicharrones de AMLO tronaron en Hacienda, lo que provocó las renuncias de Carlos Urzúa, primero, y de Arturo Herrera, después. El tercer titular de la cartera, Rogelio Ramírez de la O, se allanó a los deseos y antojos del ahora prófugo expresidente y el resultado fue calamitoso en términos de endeudamiento público, despilfarro de recursos y otras desgracias más.
Ha llegado Edgar Amador con buenas recomendaciones que pasarán a un segundo término si él no aprende a decirle ¡no! a la señora presidente Sheinbaum.
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No hay festejo político en el Zócalo en el que no haya víctimas mortales. Es una especie de jettatura.
Una veintena de personas han fallecido y varias decenas más han quedado heridas luego de asistir el domingo al ¡viva, viva! en honor de Sheinbaum por quítame estas pajas, porque la amenaza de aranceles está vigente.
La tragedia ocurrió esta vez en Oaxaca, cuando el autobús en el que acarreaban a las ahora víctimas desbarrancó, aparentemente por fallas mecánicas.
Oaxaca está mal y de malas, desde que los cuatroteros están en el poder.
¡Descansen en paz!
Y por favor, ¡ya dejen de acarrear!
@AndySKBrown1