Marcelo Ebrard viaja sin escalas… ¿hacia el 2024?

GENTE COMO UNO.

Mónica Garza.

El subsecretario Hugo López-Gatell parece no aprender la lección, ni entender de política y menos de estrategia de comunicación, con la que desafortunadamente se estrella a cada paso que da y a cada declaración con vocabulario “rimbombante” que solo lo dejan como un verborreico sin sustancia.

Luego de 19 días de ausencia, el funcionario reapareció relajado, en compañía de su pareja, paseando por las calles de la pintoresca colonia Condesa, olvidando que toda su circunstancia, a cada paso que da, tendrá consecuencias y en respuesta a éstas, tuvo el “tino” de ofrecer una conferencia virtual donde anunció que volvió a dar positivo a la prueba PCR para detección de Covid-19.

Entonces ¿qué hacía en la calle?, dejando muy lejos el ejemplo de su tan mencionado “quédate en casa”, de hace exactamente un año ante la inminente llegada de la fase 3 del coronavirus, que ya ha matado a casi 194 mil mexicanos.

“…Este tipo de notas que están basadas en el chisme, en la intriga, en la especulación”, fue la reacción del funcionario, a la reacción de la opinión pública a su desenfadado paseo callejero. No negó ni aceptó los hechos, pero más tarde argumentó que “no hay contraindicación alguna en un salir a caminar al aire libre”, sumando una más a su lista de justificaciones.

Y mientras su popularidad —que hace un año era la más destacada en la función pública— va en una estrepitosa caída, la que sube como la espuma es la del Canciller Marcelo Ebrard, quien lejos de andar contradiciendo a nadie —y menos a sí mismo— le ha caído “como anillo al dedo” colgarse una medallota por las negociaciones para adquirir más vacunas contra la Covid-19, que hoy son la mayor “esperanza de México”…

El 23 de diciembre pasado llegó el primer lote para atender la emergencia sanitaria, con solemne evento de bienvenida, en el que tomó el último turno para hablar, dejando a los demás involucrados expresarse sin prisa, para ser él quien cerrara informando que México se convertía en uno de los 10 primeros países del mundo en recibir el medicamento de Pfizer-BioNTech.

Desde entonces, México no ha dejado de recibir vacunas de este y otros laboratorios, de los que en acumulado, hasta el jueves pasado se habían recibido casi 5 millones y medio de dosis, de las cuales casi 3.7 millones, según datos oficiales, ya han sido aplicadas.

El pulso político de Marcelo Ebrard es clínico e indiscutible, aunque hoy es visto por muchos en Palacio Nacional como “peligroso para las futuras aspiraciones de otros”, aseguran fuentes al interior del mismo.

A nivel internacional, mucho antes de pertenecer al gabinete de la Cuarta Transformación, Ebrard ya era un personaje bien conocido en Estados Unidos, desde su participación activa en favor de la entonces candidata demócrata a la presidencia, Hillary Clinton, a quien ayudó en la atracción del voto latino, lo que le dio notoriedad frente a Donald Trump, al que luego, hábilmente supo echarse a la bolsa.

La asistencia del canciller a la Cumbre del G20 —a la que el Presidente López Obrador decidió no acudir— lo posicionó entre los mismos gobiernos extranjeros con los que hoy colabora para poder traer a México los medicamentos para enfrentar la pandemia.

Hace casi un mes, fue el canciller mexicano quien levantó la voz durante una sesión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, donde evidenció una distribución inequitativa de los medicamentos, “instamos a los países a evitar el acaparamiento de vacunas, y acelerar las primeras etapas de las entregas de Covax, y privilegiar la distribución a los países de menores recursos”, exigió con una firmeza que le ganó la simpatía de otros gobiernos que no se han visto beneficiados por los avances científicos para combatir la pandemia. Más capital político internacional para su molino…

Ante la tibieza de una Secretaría de Salud debilitada, por unos administradores con poco —o nulo— resplandor, el canciller Ebrard marcó recientemente una nueva jugada maestra, con el anuncio que involucra al grupo vulnerable que prácticamente no existe, ni en el discurso de la presente administración: los niños.

El canciller anunció pláticas para conseguir vacunas que estén en fase 3 de su desarrollo y que puedan ser aplicadas en menores de edad…

Para las elecciones presidenciales del 2024, faltan cuatro largos años, en los que muchas cosas pueden pasar, pero claramente hay para quien nunca es demasiado temprano para empezar a recuperar el asiento que un día se vio obligado a ceder…

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