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/ Eduardo Sadot /
Frente a los gritos y amenazas del presidente, los ciudadanos se manifestaron este 18 de febrero, un acto histórico sin acarreados, con la participación ciudadana que en algunos casos se organizaron para facilitar su traslado, que es muy diferente a llevar acarreados, en un zócalo pletórico, igual que en otras ciudades, con gritos de ¡no somos bots! Y ¡cuéntanos bien Batres! Y el grito de ¡narcopresidente! Hoy 19 se espera un presidente enfurecido por la manifestación, entre las reacciones esperadas está organizar otra vez un desagravio con acarreados, que ni él mismo presidente cree.
Obrado confía en los “siervos de la nación” de los que el gobierno oculta los datos de cantidades, son trabajadores al servicio del gobierno federal que realizan tareas de apoyo a MORENA, cálculos conservadores cuantifican en 19 mil y que le cuestan a los mexicanos 2652 millones de pesos al año, sus tareas son promover el voto a favor de morena utilizando los programas sociales, de dónde sale ése dinero pues de las arcas del gobierno federal recaudado por los impuestos que paga el ciudadano.
Según datos del gobierno se apoya alrededor de más de 11 millones quinientos mil ciudadanos, 1 millón 250 mil niñas y niños, suponiendo que se triplique “por gratitud” a obrador por el manejo electorero que le ha dado, estaríamos hablando de 2 millones quinientos mil votantes, más los 6 millones seiscientos mil electores y en la revocación de mandato, participaron quince millones ciento cincuenta y nueve mil electores, ahí están los viejitos y los acarreados, suponiendo que entre estos no se incluyeran a los viejitos – cosa difícil de creer – habría que sumar 11 millones aunque no es así tendrían cerca de 27 millones de votos, pero si consideramos que algunos gobiernos de los estados están calculando pagar a razón de cinco mil pesos por voto o control de la credencial de elector, solo así alcanzarían 30 millones de electores, pero con los operadores electorales de Cuba y Venezuela mas la operación de la delincuencia organizada que opera a favor de MORENA amenazando a los ciudadanos para inhibir su voto, en ciudades donde ni siquiera hay candidatos porque no hay las condiciones de seguridad para proponerlos – declaración del INE – más los eventuales secuestros de funcionarios de casillas durante el proceso y amenazas de la delincuencia pero si aún así, si vota el setenta por ciento de los electores serían setenta millones, lo que colocaría la elección en una proporción de 40-30 en esas condiciones México habría optado por la alternancia y la 4T se iría a su casa, o a su rancho como dice obrador.
Si en el proceso se instrumenta la participación de observadores internacionales, mas los observadores ciudadanos, la instrumentación del plan “C” que incluye el fraude o desconocimiento del proceso electoral será difícil de manipularlo a favor de obrador, México entraría en crisis de gobernabilidad que en palabras del tabasqueño le vendría como anillo al dedo. Porque a estas alturas ya su lugar en la historia es lo que menos le importa.
Por esa razón, la marcha del 18 de febrero es sintomática de lo que puede darse en el proceso electoral, en palacio están alarmados, y la ciudadanía, más conscientes de su responsabilidad, un nicho electoral que ningún candidato a conquistado es a los jóvenes que votan por primera vez.
Por otro lado, la razón de MC de postular candidato es para que en caso de perder MORENA su candidato al término de la elección se pronuncie a favor de MORENA, pretendiendo darle legitimidad al fraude electoral del plan “C”.
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