Marchan en el Día de las Muertas. Por amor a ellas y contra la violencia.

*Escrito por Edith González Cruz.

04.11.2023 / Cimac Noticias.com/ Ciudad de México.- Madres, hermanas, hijas, hijos, familias y mujeres afines a la causa, se dieron cita en el Zócalo capitalino para marchar junto a familiares de víctimas de feminicidios en el Día de las Muertas, y exigir justicia al unísono de “No estás sola”, “Ni perdón ni olvido, castigo a los asesinos” o “Porque ellas no murieron, las asesinaron”.

En punto de las 11 de la mañana más de 200 mujeres, vestidas con playeras moradas con la imagen de su familiar desaparecida o asesinada, con lonas y cruces blancas, partieron con destino al Antimonumento ubicado en el cruce de Reforma e Insurgentes, en una caminata encabezada por las y los huérfanos de las víctimas, y que durante tres kilómetros de recorrido, no dejaron de enfatizar en que ésta, no era una marcha de fiesta, sino de lucha y protesta contra un sistema de justicia ineficiente y rebasado, insensible y que no pone interés en las denuncias de las mujeres, pudiendo así evitar muchos feminicidios.

Tal es el caso de Guadalupe González Cayetano, quien asistió por primera vez a la marcha y lo hizo acompañada de su familia, en particular de Dayana, su nieta, la hija que dejó en la orfandad el feminicidio de su hija, ejecutado por su esposo en ciudad Nezahualcóyotl en el 2000. A 23 años del asesinato, la justicia llegó a tiempo, un año antes de que cerraran el expediente y pese a que aún no dictan sentencia, el asesino de su hija ya está en la cárcel.

“En ese entonces los judiciales nos pedían dinero para detener al asesino, pero no teníamos con qué comprar la justicia, aunque quisiéramos no teníamos cómo, sobre todo sabiendo que teníamos que cuidar a ni nieta, a Dayana”, comentó a Cimacnoticas Guadalupe González.

Y tiene razón. De acuerdo con datos de la organización Impunidad Cero, de cada 100 delitos cometidos en el país, 14 se resuelven y solo se denuncian 6, es decir, de un delito que pudiera darse, la probabilidad de que se resuelva es de un  0.9 por ciento, una probabilidad casi nula de que se resuelva. La Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos Mexicana (CMDPDH) también ha alertado sobre la justicia de dos caras, sólo efectiva para aquellas personas que pueden pagarla “las fiscalías son el cuello de botella para poder acceder a una justicia pronta, para acceder a un juez o a una reparación integral, debe haber un piso parejo para todas las personas”, señaló su directora Lucía Chávez, en la presentación del colectivo #LaJusticiaQueQueremos, recién el mes pasado.

Para Guadalupe, Dayana y el resto de la familia, la justica llegó apenas el 28 de mayo del año pasado a las 10 de la noche, cuando recibieron una llamada en la cual les avisaban que el asesino había sido detenido.

“Es importante venir a la marcha porque alzas la voz; mucha gente lo toma a la ligera, pero no saben lo que es el sentimiento de perder a alguien, por eso es importante que se hagan notar estos casos y que las autoridades les den la importancia debida”, comentó Dayana, momentos previos al arranque de la marcha.

Justicia, verdad y reparación

¿Qué pedimos? ¡Justicia, verdad y reparación! ¡Justicia para mamá, justicia para mi hermana, justicia para mi hija, justicia, justica, justicia!, coreaban todos durante la marcha, luego pasaban lista a los más 150 nombres que llevaban impresos en hojas blancas, entre mujeres desaparecidas, asesinadas, menores de edad y bebés. Una marcha emotiva, rabiosa, solidaria, vulnerable, con rostros enfurecidos, pero con ojos llorosos en muchos de ellos, lágrimas de dolor, pero también de comprensión, al ver que, efectivamente, “no están solas”.

Como le pasó a la mamá de Jimena Joselyn, asesinada hace cuatro años por su pareja. “Desde entonces nuestra familia está rota, el castigo a los asesinos, los años que les den, no va a reparar el daño que causan a las familias, que dejan en pedazos; porque ellos siguen con vida, a veces hasta gozando de comodidades y privilegios, porque tienen familia con dinero y los ayudan. No es justo, pedimos castigos mayores a los feminicidas”, y rompió en llanto, pero en el acto miles de voces coreaban “No estás sola”, se enjugó las lágrimas y siguió adelante en su testimonio.

“Somos voces que abrazamos a voces, comprendemos el dolor que pasa una familia que es víctima de feminicidio”, continuó Zoraida, hermana de Brenda Urban Solano, asesinada por su pareja un 19 octubre en Antigua Tultepec, en el Estado de México, quien actualmente está pagando una pena de 58 años de cárcel. Para la ahora activista, el problema son las fiscalías indolentes que no escuchan a las mujeres que acuden a acusar violencia y maltrato, por ello se repiten las historias de autoridades que pueden evitar que existan feminicidas seriales y todo por no hacer bien su trabajo, por no escuchar y por no atender las demandas que les hacen.

De acuerdo con información reportada por las procuradurías o fiscalías de las 32 entidades federativas sobre casos de violencia contra las mujeres, y que conjunta el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), de 2015 a lo que va de 2023, suman un total de 7 mil 057 denuncias, una escalofriante estadística, si además se consideran los delitos no denunciados o bien los homicidios que no fueron tipificados como feminicidios.

Solidaridad y alzar la voz

Esta es la cuarta marcha por el Día de las Muertas, una iniciativa de colectivos feministas y familiares de mujeres desaparecidas o asesinadas en el país, que piden a la sociedad que, en temporada de muertos (por el 1 y 2 de noviembre), dedique un día, el 3 de noviembre, a reflexionar sobre estas otras muertas, a las que no les tocaba morir, a las que asesinaron por el simple hecho de ser mujer, a las que les arrebató la vida un hombre -generalmente cercano a ellas-, por confrontarlo u opinar distinto. Un día para cuestionarnos como sociedad: ¿qué hemos hecho o qué hemos dejado de hacer, para que diariamente asesinen a 11 mujeres en el país?, ¿para que los feminicidios se incrementen año con año?

Como es el caso de Iris Rosario Camacho Espinoza, profesora universitaria, que, aunque no tiene casos cercanos de desaparecidas o asesinadas, comparte el dolor de las familias y asistió por primera vez a la marcha.

“Si bien es algo que sé que existe, desde hace unos cinco años he estado más al pendiente de la situación de los feminicidios. Vivo en Ecatepec, en el Estado de México, uno de los municipios con mayor tasa de feminicidios, entonces me toca mucho el tema, me siento totalmente identificada con estas personas, con el dolor y la incertidumbre de vivir con algún familiar desaparecido o sin encontrar justicia en casos de feminicidios”.

 

La docente considera importante conocer y educarnos sobre esta problemática, porque las instituciones educativas también son para concientizarnos y hacernos reflexionar sobre las situaciones que existen en el país y asiente cada que escuchamos en coro “Señora no sea indiferente, se matan las mujeres en la cara de la gente”.

La marcha fue convocada por la organización Voces de la ausencia, conformada por madres, hijas, hermanas, familias de víctimas de feminicidios quienes exigen justicia, mayor atención de las fiscalías, penas más altas para los asesinos y, en general, mayor atención por parte del Estado.