Marianne Budde: la obispa que alzó la voz contra Donald Trump .

*Escrito por Paola Piña

29.01.2025 /CimacNoticias.com/ Ciudad de México.-  Marianne Edgar Budde, la primera mujer en liderar la Diócesis Episcopal de Washington D.C., hizo un llamado a Donald Trump, solicitando clemencia y empatía hacia todas las minorías. Sin embargo, este gesto no fue bien recibido por el actual presidente de los Estados Unidos, quien exigió una disculpa tanto de ella como de la iglesia por dicha petición.

Un día después de su toma de protesta, Donald Trump asistió, como parte de la tradición que marca el inicio de un nuevo mandato, a un acto religioso en la Catedral Nacional de Washington. Durante el evento, la obispa Marianne Budde, de 65 años, buscó visibilizar la situación de las personas migrantes y la comunidad LGBTQ+, quienes enfrentan un deterioro en sus derechos humanos tras la llegada de Trump al poder.

“Las personas que recogen nuestras cosechas, limpian nuestros edificios de oficinas, trabajan en granjas avícolas, trabajan en los turnos de noche en los hospitales: puede que no sean ciudadanos o no tengan la documentación adecuada, pero la gran mayoría de los inmigrantes no son delincuentes. Pagan impuestos y son buenos vecinos”, expresó la obispa Budde.

La llegada de Donald Trump a la presidencia ha generado incertidumbre, especialmente para las personas migrantes, ante su promesa de realizar «la deportación más grande de la historia» Según estimaciones del Colegio de la Frontera Norte (Colef), en Estados Unidos residen 13.5 millones de personas sin documentos legales. De ese total, poco más de la tercera parte, es decir, el 36.4%, son mexicanas y mexicanos. Asimismo, del total de la población mexicana en situación irregular, el 44% corresponde a mujeres, lo que representa aproximadamente 2.2 millones, según datos de El Colegio de la Frontera Norte.

Según el informe «Las mujeres migrantes y la violencia de género» de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), las mujeres migrantes enfrentan una doble discriminación, tanto por su género como por ser extranjeras. A menudo son empleadas en trabajos mal remunerados, para los cuales están, en muchos casos, sobrecalificadas. Además, enfrentan situaciones de aislamiento y diversos tipos de explotación. En muchos casos, también deben afrontar largos períodos de separación de sus hijos y familiares, quienes permanecen en el país de origen.

Siguiendo con el documento,  denuncia múltiples vulneraciones a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres migrantes. Entre ellas se destacan los obstáculos para acceder a métodos anticonceptivos, el maltrato y la discriminación durante la atención del embarazo, parto y posparto, así como la imposición de prácticas que ignoran los saberes y las formas tradicionales de cuidado de salud de las poblaciones migrantes.

Durante su discurso, la obispa Budde también destacó la importancia de fomentar la unidad entre toda la comunidad estadounidense, con el objetivo de generar un bien común. Subrayó la necesidad de dejar de lado la división y la polarización, promoviendo el respeto y la consideración hacia las diferencias y las diversas perspectivas.

Asimismo, afirmó que, para consolidar la unidad en la nación, es necesario seguir tres pilares fundamentales. Primero, honrar la dignidad inherente de cada ser humano, lo que implica evitar burlarse, descartar o demonizar a quienes piensan de manera diferente. Segundo, fomentar la honestidad, tanto en las conversaciones privadas como en el discurso público. Y, por último, practicar la humildad como un valor esencial en la convivencia

“Señor Presidente, millones de personas han depositado su confianza en usted y, como dijo ayer a la nación, ha sentido la mano providencial de un Dios amoroso. En nombre de nuestro Dios, le pido que se apiade de las personas de nuestro país que ahora tienen miedo”

La valentía de Marianne Budde frente a Trump

Al finalizar la ceremonia religiosa, Donald Trump fue cuestionado sobre el discurso pronunciado previamente por la obispa. Su respuesta fue: «No creo que haya sido un buen servicio. Podrían haberlo hecho mucho mejor». Más tarde, en una publicación en Truth Social, el mandatario de los Estados Unidos se pronunció nuevamente sobre el hecho y declaró:

«La llamada obispa que habló en el Servicio Nacional de Oración el martes por la mañana es una izquierdista radical y una odiadora de Trump. ¡No es muy buena en su trabajo! ¡Ella y su iglesia le deben una disculpa al público!», afirmó.

Ante esta respuesta, la obispa Budde expresó al The New York Times que, aunque fue algo ingenuo de su parte hacerle tal petición al presidente, ya que pensó que Trump lo recibiría de mejor manera, se siente sorprendida y agradecida por el reconocimiento a su valentía. Además, afirmó que no considera necesario emitir ninguna disculpa.

Desde 2020, la obispa Budde había manifestado su desacuerdo con las acciones de Donald Trump, particularmente en un artículo de opinión publicado en The New York Times. En él, expresó su indignación luego de que Trump se tomara una fotografía sosteniendo una Biblia frente a la Iglesia Episcopal de San Juan en Washington D.C., en medio de las protestas por el asesinato de George Floyd en junio de ese mismo año, pues manifestó que utilizó símbolos sagrados, mientras que defendía posturas contrarias a la Biblia.

El segundo mandato de Donald Trump ha representado una amenaza para las mujeres que residen en los Estados Unidos, colocándolas en una situación de vulnerabilidad debido a las políticas regresivas promovidas por su administración, que ponen en riesgo sus derechos. Sin embargo, figuras como Marianne Budde resisten y emplean el poder de su voz para enfrentar una ultraderecha que sigue protegiendo las estructuras del patriarcado.