Trasciende que quien está detrás de Sergio Gutiérrez Luna es nada menos que Mario Maldonado. Si, el mismo dirigent nacional de Morena, que por favorecer a uno de los “corcholatos”, está dividiendo a Morena en Veracruz haciéndole la vida imposible al incipiente liderazgo de Cuitláhuac García, aprovechándose las lagunas que ha dejado su falta de experiencia de gobierno.
No, no es AMLO el que lo arropa, es el alfil de uno de los dos punteros varones para la Presidencia de la Republica; quienes por cierto se han aliado para unir fuerzas contra la preferida del profe, Claudia Sheinbaum. Me refiero a Ricardo Monreal y Marcelo Ebrard, que buscan posicionar a sus esbirros para hacerse de los votos en una anticipada campaña de sucesión presidencial. La pregunta a hacerles a estos dos es ¿por qué quieren sacrificar a las y los veracruzanos en su pelea interna?
Se sabe que Mario Delgado, estuvo molesto con Sergio Gutiérrez Luna, a quien impulsó como presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, porque desde su llegada al cargo dejó de golpear a Lorenzo Córdova, consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), lo que explicaría porque el diputado se bajó de la curul y se fue a macanear al consejero Presidente al INE.
Además Fuentes de Político MX revelan que que Mario Delgado tampoco toleró la cercanía que estaría mostrando Gutiérrez Luna con Citlalli Hernández, secretaria general de Morena y opositora al dirigente nacional.
Todavía hay muchos cabos sueltos en este hipótesis pero todo apunta que los “corcholatos” le van a mover el tapete a López Obrador en sus últimos tres años y aunque les encante a algunos “Gutierritos” Luna, no tiene ni el carisma, ni el arraigo, ni siquiera la calidad moral que Veracruz requiere.
En cuanto a la presencia de harto priista en estos eventos organizados por esbirros de Marcelo Montiel, no es sorpresa; la alianza primor en Veracruz está vigente desde tiempos de Javier Duarte.
Falta ver que los Amloistas veracruzanos y en particular del grupo de Claudia Sheinbaum se dejen que los atropellen de esta manera tan burda soez y por gente que tiene como variable de su reputación la de la traición y la corrupción.
La pregunta que debemos hacernos las y los veracruzanos es si en esta nueva elección para la gubernatura vamos a seguir tolerando nos impongan candidatos, que como dice Cuitláhuac, ni conocemos y que distan muchos de lo que realmente Veracruz necesita.
Para recuperarnos de sexenios que solo han beneficiado a sus cuates necesitamos abrir bien los ojos y fomentar la reflexión sobre el perfil del gobernante que queremos, no la sumisión o el síndrome del “alfombrismo” que algunos practican porque les “hablan bonito”, pues de lengua ya comimos demasiada.
