**Paralaje .
/ Liébano Sáenz /
/ En memoria de Lorenzo Zambrano /
No se puede regatear la realidad: hay un déficit severo de seguridad que afecta a las personas, familias, empresas, comunidades y regiones. Su protección es fundamental, como también es indispensable la seguridad para una convivencia civilizada y para la paz social. La falta de certeza de derechos por el embate del crimen afecta todas las actividades y es uno de los grandes desafíos de hoy.
No todo el país es zona de desastre, hay algunos territorios que han podido mantener una situación razonablemente satisfactoria en materia de seguridad, como Yucatán, Campeche y Querétaro; en otros se ha podido revertir una situación adversa como Coahuila y Nuevo León. La conclusión es que donde los delitos se investigan y se castiga a los responsables prevalece la seguridad. Así sucede porque la sociedad se involucra de diversas formas en la tarea, porque las policías locales -estatales y municipales- hacen bien su tarea y cuentan con la confianza de la población.
Esto implica que ninguna estrategia de seguridad dará resultados a partir sólo, y si fuera el caso, de una presencia de la Guardia Nacional en lo local. Las policías de proximidad son fundamentales para prever y para perseguir delitos, así como se requieren autoridades que hagan del tema una prioridad. La insuficiencia de la estrategia existente es que no se concede la debida atención y respaldo a las policías más próximas a la población. De hecho, por esta fragilidad en no pocos casos estas policías sirven al enemigo de la sociedad.
La solución no está en resolver la insuficiencia institucional en el ámbito local con un cuerpo de seguridad nacional que hasta ahora ha fracasado. Una buena solución llama precisamente a concentrar en lo local esfuerzos e inversión. Además, para dar continuidad y una óptima supervisión y participación social, es recomendable el involucramiento de la sociedad organizada. En las horas más oscuras de Nuevo León, dos hombres ejemplares y comprometidos provocaron el cambio para bien con la participación de muchos más y representaron una convocatoria épica a la acción coordinada de la que mucho podríamos aprender: Lorenzo Zambrano (QEPD) y José Antonio Fernández Carbajal.