En su columna Jorge Fernández Meléndez dio cuenta de los ultuimos hechos de sangre en el sur de Veracruz, donde AMLO pretende instalar una zona libre. Pues si no es para el traslado interoceánico de droga, no se entiende porque la autoridad no actúa.
Y mientras los criminales de Gladys y Carlita Merlín, siguen en libertad, ocurren otros hechos de violencia como la destitución del comandante de Jáltipan luego de que el pueblo se levantar y fuera exigirle a los que manejan la presidencia lo sancionaran por torturar y abusar sexualmente de un menor, pero no, sólo lo dejaron sin empleo y en libertad.
El columnsrta cita: “Apenas ayer le informábamos del asesinato de la expresidenta municipal de Cosoleacaque, Gladys Merlín Castro, y su hija, Carla, ambas militantes priistas que buscaban una candidatura por el PRI, pero con contactos también con Morena. Fueron asesinadas, aparentemente, a manos de su equipo de seguridad. El gobernador Cuitláhuac García, antes de investigar lo sucedido, lo atribuyó a venganzas de “cacicazgos”. Ahora balearon la casa del candidato a presidente municipal de Texistepec, José Luis Flores Subiaur, también en el sur de Veracruz. Y muy cerca de allí, también en el sur, en el municipio de Agua Dulce, fue asesinado Salvador Santillán y su esposa Marisol, cuando transitaban con su automóvil por el centro de la ciudad, acompañados por su hijo de 11 años, y fueron atacados por un grupo armado. A pocos metros fue ejecutado otro sujeto aún sin identificar. Siguen en Veracruz los crímenes violentos ligados a candidaturas locales, a veces al crimen organizado metido en política y sigue también la impunidad.