Más de 10 años esperando justicia por el feminicidio de Luz Delia

**Les arrebataron a su hija y les arrebataron la justicia, afirman los paddres e hijas de la víctima.

Por: Ana Alicia Osorio / testigo Púrpura /

La mataron por decir no, sentencia Elizabeth, mamá de Luz Delia Lagunes Damas; es la primera vez que habla del feminicidio de su hija desde hace muchos años.

Del otro lado de la cámara, en videollamada, sentada junto a sus nietas y su esposo, narra los momentos que pasaron, las irregularidades y sobre todo el miedo que intentaron provocarles para evitar que buscaran justicia. Decide hablar ahora, impulsada por la fuerza de sus nietas.

Cuando le arrebataron la vida a Luz Delia, era marzo del 2011 y el estado de Veracruz (incluido el municipio de Manlio Fabio Altamirano, de donde es la familia) estaba en disputa entre dos grupos del crimen organizado y su feminicidio pasó como uno más de las notas rojas que ocupan las planas de los periódicos, así lo lamenta Elizabeth Damas Aceves, que aunque pagaron abogados poco se pudo hacer ante las irregularidades de la Fiscalía General del Estado. Nadie miró ese feminicidio.

Pero exactamente 10 años después, ya siendo adolescentes, las niñas que dejó Luz Delia escucharon de las marchas para pedir justicia y a sus 17 y 19 años, pidieron salir a alzar la voz el 8 de marzo. Así, van dos marchas a las que acuden acompañadas de su abuelita para pedir que el caso se retome para evitar la impunidad.

Veracruz: decir que no, cuesta la vida
“Eso fue porque ella dijo que no, le dijeron que querían una relación o tener sexo y ella dijo que no, pero como ella dijo que no, ahora le vamos a dar un escarmiento”, narra la mamá de Luz Delia.

Fue un largo rato de plática el que demoró en contar que el ‘líder’ de la delincuencia organizada en la zona le pidió a su hija que tuvieran una relación, pero ella se negó. Esa es la sospecha que tienen de quién la mató.

Luz Delia pasaba el rato haciendo manualidades de bordado, juegos de baño y de cocina, con los que obtenía dinero para sus gastos y los de sus dos hijas que tuvo con su exesposo, que por aquellos años eran unas niñas. También trabajaba con un despacho en el que hacía movimientos en el banco.

​​Luz Delia, más de 10 años esperando justicia por su feminicidio
El último día que la vieron con vida salió de la comunidad de Manlio Fabio Altamirano, donde vivía, rumbo al puerto de Veracruz. Lo último que supo su mamá es que iría a cobrar los cheques del despacho.

Cuando empezaba a anochecer, le llamaron y aunque nunca hubo respuesta, no sospecharon que algo fuera mal porque creyeron que se habría quedado con el novio que tenía en Veracruz.

Pero a las 3 de la mañana recibieron una llamada de la vecina que inició su tormento. Ella les dijo que en el lote baldío que está al lado de su casa se oían ruidos. Elizabeth y su esposo, Benjamín, salieron a revisar y se encuentran con una caguama llena afuera de su casa y en la entrada del terreno una bolsa y zapatos.

La primera en ver el cuerpo de su hija fue Elizabeth, aunque solo alcanzó a ver un pie porque el resto se encontraba cubierto. El siguiente en verla fue su papá.

“Ahí empezó la pesadilla”, cuenta Elizabeth.

Poco a poco Elizabeth y Benjamín empiezan a enumerar las irregularidades que se cometieron y poco a poco se les nota más la frustración en el rostro. Les arrebataron a su hija y les arrebataron la justicia.

Aunque en primera instancia detuvieron a cerca de 10 hombres que la vieron llegar en el taxi, los llevaron al Palacio Municipal y luego a la Fiscalía para declarar; demoraron más la mamá y el papá de Elizabeth en los papeleos que ellos en ser liberados.

Dos de ellos tenían arañones en la cara, como de alguien que intentó defenderse, pero nunca se les preguntó al respecto. El cuerpo de Elizabeth tenía huellas de violencia sexual, pero dijeron que los dos ADN encontrados eran insuficientes para cotejar.

“Un abogado que buscamos dijo, ya no hagan nada, ya no gasten su dinero, que porque la procuradora le había dicho que no se meta porque el caso tiene una letra”, contaron. El cartel que dominaba la zona eran los zetas, con el cual públicamente se vinculaban a quienes estuvieron detenidos y al líder que Luz Delia rechazó.

En aquel momento no existía ni siquiera el feminicidio, de hecho el tipo penal fue creado el mismo año que el asesinato de Luz Delia, por eso el caso se persigue como homicidio.

La búsqueda de la justicia
Extrovertida, bailarina, amiguera, que con todas las personas hablaba y se llevaba mucho, así recuerdan a Luz Delia, su mamá y su papá.

“Un cascabelito” se ríe su mamá, quien acto seguido presume que era muy cariñosa y especialmente con su papá. A él se le humedecen los ojos.

Desde hace 10 años el papá, la mamá y las hijas de Luz Delia comenzaron terapia porque la pérdida ha sido difícil. Aún siguen en tratamientos porque “no es la misma cosa” según cuenta Elizabeth.

En su momento, cuando recién fue el feminicidio, contrataron a dos abogados (primero uno, luego otro). Ambos terminaron por decirles que la situación era mejor dejarla así.

El papá de Luz Delia es pensionado, la mamá se dedica al hogar y a vender las piezas que puede bordar (como hacía ella). El poco dinero que tenían prefirieron dejarlo para atender a sus dos nietas.

“Dejamos de contratar abogados porque dijimos, nos estaban robando, robando, esto (el dinero) le falta a las niñas”, dijo Elizabeth.

Luego, un par de años después (2014) tuvieron noticias del caso por parte de terceras personas, quienes les aconsejaron, de nueva cuenta, por seguridad dejar las cosas como estaban.

En 2021, las hijas de Luz Delia, Luz y Valeria, pidieron salir a marchar y así lo han hecho. Ahora son ellas quienes se han sumado a la exigencia para que se haga justicia por su mamá.

“Hubiéramos querido hacerlo antes, pero las niñas estaban pequeñas y han sufrido mucho, quería que ellas mismas lo hicieran por ellas mismas”, cuenta Elizabeth desde la sala de su casa sentada junto a sus nietas que organizaron la videollamada, justo unos cuantos días después de la marcha del 8 de marzo del 2022, cuando junto a una de ellas sostuvo la pancarta con el rostro de su hija exigiendo justicia.

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