/ Uriel Flores Aguayo /
El próximo domingo inician las precampañas municipales y el 1 de junio tendremos nuevos Cabildos que gobernarán entre el 2026 y el 2029.
Con despreocupada anticipación circulan muchos nombres en todo el Estado.
Pongo el foco en Xalapa por obvias razones: es donde nací y vivo. Me asumo como ciudadano xalapeño en su sentido amplio, no únicamente como habitante. Opino y hago, pido y aporto, coopero y exijo. Creo que Xalapa merece más, mejor nivel de gobernantes y cierta participación ciudadana. No salimos de niveles básicos de convivencia y condiciones sociales. Se mantiene lo existente desde siempre, se deteriora nuestro entorno y no hay innovación a pesar de ser Capital y concentrar grandes espacios educativos.
Siento una ciudad rutinaria, inercial y que gira sobre sí misma. Hemos tenido Ediles de todos los niveles y compromisos.
En general han sido omisos de muchos de nuestros problemas, quedándose en la burocratizacion y la grilla. Cumplen con lo básico- no siempre- y se desentienden.
Xalapa tiene un gobierno obeso que esfuma la mayor parte del presupuesto; igual ocurre con CMAS, donde cobran cara una agua que les cuesta poco y sostienen una burocracia de exagerados números.
Hay áreas del Ayuntamiento que merecen más apoyo, como donde están los trabajadores de limpia publica, que cumplen una gran labor en condiciones precarias.
De quienes aparecen desde ya como aspirantes a Alcaldes todavía no presentan ideas claras y novedosas sobre lo que sería su gobierno municipal. Esa es la gran falta. Es creer, parece, que cualquiera puede ser edil y que Xalapa aguanta eso y más.Inician mal si no aportan ideas y visión, si no hablan de los más severos de nuestros problemas.
Sería elemental para tomarlos en serio que nos digan qué van a hacer con la cada vez más critica falta de agua, con la caótica movilidad y las insultantes condiciones del transporte público, con la inseguridad que azota sobre todo a las colonias populares, etc..
Así como los Gobiernos federal y estatal deben garantizar a la sociedad la seguridad, la educación, la salud y la infraestructura básica, el Ayuntamiento debe cumplir con sus obligaciones elementales.
Cuestionemos qué recibimos del gobierno municipal que no nos cueste: el agua – cara – se paga, la recolección de basura se paga, todo tipo de constancias se pagan , etc.. Se paga por todo. Se le paga salarios desproporcionados a quince ediles y a una aparato burocrático que consume la mayor parte del presupuesto.Hay que cuestionar lo que recibimos a cambio. A partir de esa realidad plantearnos un mucho mejor futuro inmediato de Xalapa.
De entrada, exigir seriedad a quienes aspiren a ser nuestro gobierno. Que no nos vean como un pasivo territorio de conquista, como una sociedad conformista, como zona de politiquería y como plataforma para sus ambiciones políticas.
Quisiera ver altura y calidad en quienes nos quieren gobernar; también visión fresca y novedosa. Que nos hablen de progreso y que nos incluyan. Habría que dejar afuera la demagogia y el voluntarismo, lo sectario y la ignorancia.
Xalapa no merece chambistas ni arribistas, ocurrentes ni oportunistas. Xalapa merece más, mucho más. En esa línea también cuentan mucho las bases de apoyo y simpatía de los aspirantes. Deben ser ciudadanos voluntarios y conscientes; si se respaldan en empleados públicos o beneficiarios de programas sociales para movilizarse, ya están cometiendo una estafa; lo que digan sería fundamentalmente falso.
Hay que exigirles abrirse camino con decencia, con gente libre y propuestas claras y concretas. Que demuestren que valen algo y que son susceptibles de ser apoyados para que sean nuestras autoridades.
Recadito: tal vez ya sea tarde para hacer algo con lo del agua para esta temporada.