Mensaje Urbi et Orbi: León XIV clama por la paz mundial y diálogo político sin exclusiones ideológicas.

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/Luz Marina Medina Portada
Foto: Vatican News./

25.12.2025 Vaticano.+ un contexto internacional atravesado por guerras y tensiones, el Papa León XIV centró su mensaje del Urbi et Orbi en un llamado urgente a la paz y a la responsabilidad ética de la comunidad internacional. Ante unas 26.000 personas reunidas en la Plaza de San Pedro, afirmó que la paz auténtica no surge espontáneamente, sino que exige asumir responsabilidades concretas orientadas a actuar con amor, reconciliación y justicia.

También exhortó a que “el Niño Jesús inspire a quienes tienen responsabilidades políticas en América Latina”, de modo que, ante los numerosos desafíos, “se dé espacio al diálogo por el bien común y no a las exclusiones ideológicas y partidistas”. A este respecto, observó que la Navidad es real cuando ilumina la vida pública y motiva decisiones capaces de fortalecer la convivencia y la paz social .

La Navidad como fuente de una paz que transforma
El Pontífice recordó que la paz anunciada en el nacimiento de Jesús no se construye desde la imposición, sino desde la misericordia de Dios. Es una paz —afirmó— que nace en la misericordia de Dios y que convoca a la conciencia humana a comprometerse activamente en la transformación de la realidad.

A partir de la liturgia de la Navidad, observó que la venida de Cristo conserva actualidad como signo de esperanza frente a las divisiones del mundo actual. La paz proclamada en Belén, dijo, no se ha extinguido, sino que sigue ofreciendo luz y orientación en medio de las sombras de la historia.

El Dios que nace en la pobreza y se acerca a los excluidos
El obispo de Roma, indicó que el nacimiento de Jesús hecho hombre, desde la sencillez y la precariedad reveló la opción de Dios por acercarse a los más vulnerables. Al elegir la pobreza, Cristo se identifica con quienes viven en los márgenes y dignifica su sufrimiento.

Por otra parte, remarcó que la grandeza que propone el Evangelio no pasa por el poder ni la acumulación, sino por la cercanía con quienes viven el abandono y la injusticia. En ese sentido, señaló que la Navidad llama a descubrir a Cristo en las heridas de la historia.

Paz y responsabilidad: un camino que compromete a todos
El líder religioso subrayó que Jesucristo es “nuestra paz” porque invita a enfrentar el mal con responsabilidad y conversión. Según explicó, La paz, aclaró, no se construye ignorando las faltas, ni echando culpas, sino reconociendo errores, abriéndose al perdón y trabajando por la reconciliación de las relaciones.

En su mensaje, León XIV planteó que los procesos de reconciliación tienen una raíz profundamente humana y personal, pero consecuencias sociales y políticas. Apuntó que únicamente una humanidad abierta al perdón y capaz de perdonar puede construir estructuras más justas y pacíficas.

El Papa amplió su mirada a los numerosos escenarios marcados por la violencia, la guerra y las catástrofes humanitarias. imploró al Niño de Belén “paz y consuelo para las víctimas de todas las guerras, especialmente las olvidadas”, y para quienes padecen “la injusticia, la inestabilidad política, la persecución religiosa y el terrorismo”. Recordó de modo especial a Sudán, Sudán del Sur, Malí, Burkina Faso y la República Democrática del Congo. Incluyó en sus oraciones al pueblo de Haití, para que cese toda forma de violencia y el país pueda avanzar por el camino de la paz y la reconciliación.

En ese contexto, pidió a los responsables de las naciones y a la comunidad internacional un compromiso renovado con la paz, la justicia y la ayuda solidaria y observó que la figura del Niño Jesús debe inspirar a quienes toman decisiones de impacto global, recordándoles que el poder encuentra su sentido auténtico en el servicio y la protección de la vida humana.

América Latina y el desafío del diálogo
De forma particular, el Papa volvió la mirada hacia América Latina, una región marcada por fuertes tensiones sociales y políticas, invitó a sus líderes a escuchar y dialogar sin exclusiones, dejando de lado la polarización política, como camino para enfrentar a las necesidades de sus pueblos.

El Pontífice afirmó que únicamente un diálogo centrado en el bien común, puede abrir caminos para construir la paz y permitir el desarrollo en contextos de desigualdad y exclusión social.

Cercanía con quienes más sufren
En su mensaje, el Papa manifestó su preocupación por quienes viven en situaciones de mayor vulnerabilidad —pobres, migrantes, refugiados, jóvenes desempleados y privados de libertad—, haciendo ver que Cristo se identifica con ellos. Para ayudar a subsanar estas heridas, invitó a la comunidad cristiana y a la sociedad a comprometerse activamente con la solidaridad y la defensa de la dignidad humana.

El Pontífice recordó al final de su mensaje que la Navidad es la certeza de un Cristo que no condena, sino que salva y sana, acompañando a la humanidad en sus sufrimientos. Apuntó, que esta celebración llama a toda la humanidad a asumir la responsabilidad de construir una sociedad más fraterna, iluminada por gestos concretos de amor y justicia .